Dos años separado de él, no hay nada que pueda hacer. Solo confía en que dentro de la academia nada malo suceda. Le ha escrito una y otra carta, y ha recibido respuesta cada vez que le ha escrito.
No puede mandarle mensajes por teléfono ni menos por internet, ya que las señales no llegan a la academia.
Por su parte Alexis ya ha empezado su instrucción en el caudillo segundo del departamento de policías, y sus días libres los usa para seguir entrenando.
"Debo hacerme más fuerte de lo que fui antes si las cosas se terminan de complicar"
La verdad que no sabe hasta que momento la situación se va a mantener tranquila. Por lo que debe estar preparada. Otro punto que aquel demonio escandaloso ni siquiera se ha aparecido en estos años ¿Será algo bueno o no? Lo ha llamado y no ha recibido respuestas y eso la inquieta.
Por eso mientras practicaba con su espada Runronbi al girarse y verlo frente a ella estuvo a punto de desequilibrar su aura sagrada y hacer caer la espada sobre sí misma. La tomó a tiempo antes de que eso pasara y se giró molesta ante el demonio que le sonríe con malicia.
—Él viene —le dijo antes de desaparecer.
Alexis arrugó el ceño, extrañada.
"¿Qué quiso decir con eso? "
—Ha pasado el tiempo, joven señor —se escuchó una voz varonil.
Se quedó paralizada, solo una persona la llama de esa forma. Al girarse se encontró frente a un hombre tan apuesto que se quedó enmudecida antes de reaccionar y reconocerlo, Adrián Makris le sonrió con suavidad satisfecho de haber logrado ese efecto en su joven señor.
Si antes estaba alto ahora ya tenía el mismo tamaño con que lo vio en su vida anterior, y no solo eso, su rostro ya maduro es igual a él, tanto que no pudo evitar sentir ciertos escalofríos, pero su mirada dulce apaciguó su aturdimiento. La dulzura de los ojos, de aquel mucha... de aquel hombre, es distinto a la mirada de rencor y crueldad de su vida anterior.
Se lanzó a sus brazos emocionada, olvidándose que ya no es una niña, sino una mujer. Pero Adrián la recibió con las mismas ganas, sinceramente no se esperaba que el joven heredero de la familia Vikar, a pesar de sus buenas relaciones, saltase así sobre él. La sorpresa fue grata, no lo niega, por eso la estrechó con tantas fuerzas que por un momento Alexis tuvo miedo de que al sentir su cuerpo tan pegado al suyo se diera cuenta de su verdadera identidad.
—Volviste antes de tiempo —le preguntó ansiosa viendo de repente como la mirada de Adrián se oscurecía. Preocupada le tomó ambas manos—. ¿Qué es lo que pasa?
—Estoy bien, no te preocupes —le dijo dándole la espalda.
—No digas eso, te conozco desde niño, no me engañas —señaló con seriedad.
Hubo un momento de silencio en el que notó como Adrián miraba al cielo, dolido.
—Es mi padre...
Alexis arrugó el ceño llevándose una mano a su barbilla. Aunque Adrián fue abandonado recuperó el contacto con su padre ya siendo mayor. Siendo su única familia se aferró con fuerzas a él pese a todo, en esa vida no existía una Alexis bondadosa ni un Alexander Vikar que ignoraba la crueldad de su hijo mayor.
"Creo que su padre falleció por esta época... " pensó la futura caudillo con seriedad.
No pudo evitar que la pesadumbre tomara su rostro, y dentro de sus pensamientos quiso buscar respuesta en el íncubo que debía estar oculto en los alrededores.
"—Oye, demonio, ¿Hay alguna forma de salvar a su padre?
—No, el hilo de su vida es delgado, demasiado, pronto las tijeras lo cortaran —respondió de inmediato.
—Fue cerca de estas fechas en donde se produjo el evento que causó su cambio rotundo a la maldad ¿Tendrá algo que ver la muerte de su padre? —le preguntó con seriedad
—Tú eres el principal gestor de su cambio... —indicó
—Podrías darme más pistas para saber que pasara —masculló molesta. Luego suspiró ante la impotencia de no poder hacer nada por el padre de Adrián."
Se acercó a Adrián colocando su mano con suavidad sobre su hombro.
—Sea lo que sea que necesites para él, solo pídemelo —le dijo con sinceridad.
No puede evitar esa muerte, pero si por lo menos hacérsela más llevadera. Adrián se giró mirándola agradecido para luego estrecharla con tantas fuerzas que sintió que el aire se le escapaba bruscamente de los pulmones.
"A este niño sí que le gustan los abrazos fuertes"
Pero no fue capaz de rechazarlo y se quedó ahí durante todo el tiempo que aquel la sostuvo entre sus brazos.
—Me basta con tenerte a mi lado —susurró en su oreja de una forma que provocó que el corazón en el pecho de Alexis saltara.
No supo que decir, pensar que al final de alguna forma provocara tal evento que hará que esa mirada dulce a futuro pueda cambiar a esa mirada de soledad y rencor que vio en su vida anterior la hizo tragar saliva con amargura.
Aun ante sus palabras, Adrián no le pidió ayuda, durante el tiempo la buscó todas las veces posibles, pues la compañía de Alexis era como un dulce ambiente de relajo en medio de toda la tormenta que padece. Incluso había tomado la manía de dormirse con su cabeza apoyada sobre sus piernas fingiendo no darse cuenta.
La situación de su padre empeora día a día. En un par de semanas se acaban sus vacaciones y entrará a la escuela especial de comandos de la policía. Y claro nada de esto le ha dicho a Alexis porque siendo una unidad secreta ni siquiera a sus amigos pueden decirle de su existencia. Solo lo consuela saber que seguirá cerca de su joven señor, y al estar en un mando superior podrá hasta protegerlo.
Por su parte Alexis al darse cuenta de que Adrián nunca le pide ayuda por su padre terminó ella misma con ir a hablar el medico diciendo ser gran amiga de la familia y del hijo del hombre enfermo. Pero sí había una cura, el demonio le había mentido. Hay una forma de detener el desafortunado final de ese hombre.
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Editado: 28.06.2024