Serie Akuni | Falla en el infierno

37.- ¿Un milagro?

Adrián arrugó el ceño en cuanto se encontró en pleno pasillo al joven hijo del general. Por la dirección en que se mueve parece venir del departamento del Caudillo segundo. Eso se le hizo extraño ¿Si está mostrando su respeto a cada Caudillo porque precisamente ha empezado por quien se encuentra en una de las alas más alejadas del edificio? Además, aun ni siquiera ha saludado al primer Caudillo, acababa de terminar de hablar con él y cuando le preguntó por el hijo menor del general le respondió que hasta ahora no habían tenido ningún encuentro.

Chasqueó la lengua, molesto. Y el pelirrojo al verlo lo saludó de inmediato. Adrián solo inclinó la cabeza siguiendo su camino, sin dejar de mirar de reojo la ligera sonrisa satisfecha de Erick.

En tanto Alexis se ha comenzado a sentir pésimo. Ha vomitado todo lo que comió durante la mañana. Siente que el alma se le escapa y se pregunta si es la hora de su muerte. El sudor corre por su frente y entrecierra los ojos como si se fuese a dormir en esa posición, inclinada frente a la taza del baño.

Como pudo se colocó de pie y fue a la cafetería a tomarse algo caliente que aminore su malestar estomacal. Se dejó caer en la silla de una mesa alejada y con pocas ganas bebió algo de té.

—¡Adivinen! —gritó una oficial desde el otro lado juntándose a dos más que bebían café—. Se acuerdan de que hace unos días vomitaba hasta el agua. ¡Chicas estoy embarazada! Felicítenme.

Alexis solo las observó en forma distraída bebiendo su té.

—Te lo dije —exclamó otra—, si hay vómitos y has tenido relaciones sexuales, entonces ¡magia! ¡Es un bebé!

Alexis se rio con sarcasmo, sí, claro, magia.

"Vaya magia... bebé, vomito y relaciones sexuales..."

No terminó de unir estas tres cosas para escupir su té llamando la atención de todos.

"¡¿Vómitos?! ¡¡Bebé!!"

Se palpó su adolorida panza aterrada. Esto no puede ser, ni en sus peores pesadillas ¿Embarazada de su asesino? ¿De Adrián? Se llevó las manos a la cabeza conteniendo sus gritos, y las imágenes de ella con un bebé junto a Adrián Makris como una futura pareja feliz vinieron a su mente para torturarla. Quiso vomitar de solo pensar en eso.

"¿Qué clase de padres tendría este pobre bebé?"

Se puso de pie de inmediato sintiendo un sudor frio en su espalda, quiso correr, huir de las miradas curiosas, pero no se espera chocar con quien menos hubiese querido en ese momento. Se fue hacia atrás y antes de caer al suelo alguien la sostuvo de la cintura para llevarla hacia su pecho en donde Alexis colocó ambas manos. Quedando en una posición de indefensión y sumisión como una doncella inocente. Alzó sus ojos encontrándose con la fija y penetrante mirada de Adrián, quien no dudo en sostenerla con más fuerzas.

No vino a reaccionar hasta cuando los chillidos de las tres policías, que antes hablaban del embarazado de una de ella, llegaron a sus oídos.

—¡El capitán Makris y el Caudillo Vikar, hacen tan bonita pareja! —exclamaron.

—Los dos son tan apuestos y lindos —dijo otra con emoción.

Alexis quiso vomitar sangre al escuchar esas palabrerías ¿Qué les pasa por la cabeza a esas mujeres? Pero antes de que pudiera pensar más se cubrió la boca con ganas de vomitar y salió huyendo ante la sorpresa de Adrián que no entiende lo que le pasa.

—Debe estar muy enfermo —dijo Liu, el Caudillo tercero, preocupado apareciendo detrás de Adrián—. Hoy recién ha vuelto de su licencia, aun no debe estar en condiciones.

—Si fuese mujer, yo diría que esta embarazado —respondió el Caudillo sexto, un joven muchacho de expresión risueña y se echó a reir ante esto.

Pensaba decir algo más, pero la fría expresión de Liu Zank lo hizo callar de inmediato, sin entender que fue lo que lo molestó tanto ¿Acaso el Caudillo tercero le gusta Alexis Vikar? ¿Cómo al capitán Makris? ¡Qué buen lio amoroso es este! Sonrió a sus adentros.

—Deja de molestar al Caudillo tercero —exclamó otro hombre de gran tamaño que casi agarró del cuello al Caudillo sexto llevándoselo a una mesa. Parece un pequeño cachorro tomado del pescuezo.

—El Caudillo sexto y el Caudillo séptimo también hacen linda pareja —señaló una de las mujeres a las otras.

Liu Zank sintió que una ceja le tiritaba ¿Qué pasa con estos policías? Esto es un departamento serio, no un club de citas y parejas ni menos un bar gay. Pensaba decirle algo a Adrián, pero cuando se volteó la expresión de este, lo descolocó.

El capitán Makris luce estupefacto, pensativo.

—¿Qué pasa si tienes relaciones sin protección? —preguntó de repente y Liu pestañeó confundido de que un hombre de esa edad preguntara algo como eso, mientras una mueca se dibujaba en su rostro por una pregunta tan obvia.

—Se te pega una enfermedad venérea —respondió luego de toser y colocarse serio—, o en el peor de los casos, ella se queda embarazada y te conviertes en padre.

¿Cuántos años no tiene el capitán para no saber esto? Piensa incómodo. A menos que esté intentando jugarle una broma

—¿Y cuando una mujer empieza a mostrar signos de embarazo? —le volvió a preguntar.

Lui se rascó el cabeza aún más extrañado ¿Qué pasa con estas preguntas? Además, como ha de saberlo él si es soltero, sin pareja siquiera.

—Tengo entendido que, a los tres meses, igual podría darse antes y...

El rostro de Adrián se ensombreció y salió de la cafetería de inmediato sin decir nada más dejando a Liu aún más confundido.

Alexis apoyó la cabeza en su escritorio, esta pálida como un papel. Su desanimo es evidente, acaba de ver como son los partos y se sintió morir de ver eso. Además, calculando el tiempo va a morir siquiera antes de dar a luz. No podría estar en peor situación.

—Eres una mujer de veintiséis años ¿Cómo no ibas a saber que si no te cuidas podía haber consecuencias? —la reprendió el demonio apoyado en la pared a cierta distancia—. Mensa ¿Qué hiciste en tus clases de educación sexual? ¿Fuiste a calentar el asiento o qué?




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