—¿Ya te sientes mejor? —le preguntó Liu acercándole una taza de té caliente mientras Alexis sigue con la cabeza apoyada en la mesa.
—Sí, no moriré... —masculló aunque pareciera que fuera ser lo contrario.
Se encuentra en su oficina dentro del departamento de policías, hace un par de días le dieron el alta para regresar y aquí está, intentando seguir adelante pero las nauseas se le hacen cada vez más insoportables. Tomó la taza caliente entre sus manos y tomo un sorbo.
—Entonces... ¿Estas embarazada? —preguntó Liu incomodo recordando las palabras de Adrián aquel día en el comedor y luego los rumores de este sacándola entre sus brazos frente a todos los policía, acrecentando el rumor de un romance entre el Caudillo segundo y el líder de la policía especial—. ¿El padre es el capitán Makris?
Alexis se atoró apenas lo escuchó y empezó a toser sin control. Liu le masajeó la espalda para luego suspirar desanimado.
—Entre todos tuviste que elegirlo a él...
—¡No! —lo interrumpió respirando agitada, y se colocó de pie—, quiero decir que no lo elegí...
"En todo caso ¿Cuáles todos? No recuerdo que tenga siquiera un enamorado en algún lugar, claro si no es una chica que me ve como un hombre..."
Bufó desaminada sin darse cuenta. Su vida amorosa si que es más árida que el desierto de Atacama.
—Fue solo un encuentro... ¡casual! sí, eso —dijo sonriendo a la fuerza—, pero no hay amor entre nosotros, esto es algo inesperado ¿Te imaginas yo enamorada del capitán Makris? Con el corazón de piedra que tengo solo hay una persona que amo, yo misma y... Solo fue... para pasar el rato.
La puerta se abrió casi de un portazo y vio a Adrián mirarla fijamente con expresión dura, parece bastante molesto, y sin decir nada dejó una bolsa en el escritorio antes de salir con otro portazo.
—¿Qué pasó? —exclamó Alexis confundida sin entender porque hoy luce tan molesto ¿Por su insistencia de volver al trabajo?
Liu bajó la mirada y sonrió con suavidad.
—Deberías alcanzarlo.
—¿Por qué? Así de molesto como esta prefiero estar varios metros lejos de él —se alzó de hombros volviendo a su asiento.
—Alexis —suspiró—. Eres una persona que ha tenido que vivir de forma distinta al resto escondiendo tu fachada bajo esa capa de dureza, tal vez por eso no te das cuenta de tus acciones o de lo que pasa a tu alrededor. De seguro no te imaginabas que me gustabas y mucho.
Se quedó enmudecida.
"Liu Zank ¿Se esta declarando? ¿A mi?"
Sonrió al notar la expresión anonadada de Alexis. Pero no debería preocuparse, se resignó a ceder su lugar al oficial Makris.
—Y también no te has dado cuenta lo que Makris esta sintiendo por ti, si él escuchó las palabras que dijiste sobre que solo te amas a ti y que lo pasó de él solo fue pasar el rato, debe estar muy confundido y dolido...
—No entiendo —desvió la mirada, confundida y nerviosa. Porque con sus palabras claro que se ha dado cuenta, no tuvo el tacto, pero tampoco pensó que algo así pudiera afectarle a Adrián.
Pensó que su odio era mayor a cualquier otro sentimiento hacia ella, así se lo mostró hace unos días. La cuida por el bebé, pero sigue sintiendo rencor por ella.
"¡Que confuso es tener esta clase de sentimientos!"
Se quejó en silencio tensando su rostro. Y sintió las cálidas manos de Liu sobre las suyas.
—¿Has pensado que un día será mejor dejar de esconderte detrás de la apariencia de un Caudillo? —le preguntó Liu con seriedad.
Alexis abrió los ojos sorprendida por su pregunta. La verdad es que nunca ha pensado en eso, menos en esta vida donde no hay más futuro que cumplir con su muerte el mismo día de su muerte anterior.
—Tu sabes que si descubren lo que soy podría meterme en líos....
—O generar una revolución femenina en el cuerpo de policías —se rio Liu con suavidad—, es bastante tonto que una de las condiciones para ser Caudillos sea ser hombres, ni la policía del siglo XXI era así —dicho esto se coloco de pie—. Ahora ve detrás del padre del bebé y arregla el tema con él. Cuídate.
Y salió de la oficina dejándola sola con sus confusos pensamientos. No pudo evitar entrecerrar los ojos con tristeza pero luego suspiró con fuerzas animándose. Fabiola, la mano derecha de Alexis lo miró de reojo saliendo de la oficina de su superior. Quisiera entender lo que pasa, antes el oficial Makris llegó de buen animo, no estuvo ni un minuto en la oficina y salió hecho una furia provocando que incluso quienes se cruzaron en su camino se espantaran solo al mirarlo. ¿Será cierto eso del romance entre su Caudillo y el capitán Makris? ¿Habrá sido una escena de celos?
—Saldré un momento, si me llaman diles que estoy afuera y no sabes cuando volveré —dijo Alexis saliendo de su oficina con premura.
Fabiola no alcanzó ni a responder y la vio alejarse por el pasillo. Empuñó su mano deseándole que le fuera bien, porque para ella es claro que ha salido a buscar al capitán Makris.
Alexis revisó cada lugar sin ocultar su frustración parece que Adrián hubiera desaparecido. Pero escuchó su voz al fondo y se apresuró a ir hacia allá. El hablaba con uno de sus subordinados, y apenas aquel se retiró notó la presencia de Alexis. Arrugó el ceño, no olvida sus palabras, habló como si solo fuera un juego pasajero, no debería decepcionarse, de todas formas esa es la verdadera Alexis Vikar, una mujer indiferente y cruel, capaz de jugar con sus sentimientos fingiendo que le importaba. Cayó una vez, dos veces jamás.
—Te estaba buscando yo...
—Caudillo segundo ¿Por qué me trata con esa familiaridad? ¿Se lo he permitido acaso? —la interrumpió endureciendo su mirada. Los penetrante e intimidantes ojos de Adrián la hicieron callar.
Con esa mirada luce tan igual a su anterior vida. Es de la misma forma como la miraba ese Adrián que acabó con su vida ¿Será que Liu se confundió al creer que siente algo por ella? Porque ante la evidencia frente suyo es claro que Adrián lo único que siente hacia ella es odio.
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Editado: 28.06.2024