Sesenta y un días

Capítulo 7

 

 

Me sentía absolutamente culpable por lo ocurrido con Tahiel ayer por la tarde. Hoy es el cumpleaños de mi madre y seguramente el vendría con su padre. Sería una noche muy incomoda para mí, y seguramente que para él igual.

Me levanto de la cama y voy hacia el baño. Luego de haberme cambiado tomo mi teléfono y justo en ese momento empieza a sonar en mis mano.

“Mat" llamando…

—Hola…

—Adivino, recién te levantas ¿no?

—Hace aproximadamente…media hora, estuviste cerca. ¿ a que se debe tu llamada a las tantas de la mañana?

—Son las once y media ya.

—Vamos Mat… estoy de vacaciones—pongo los ojos en blanco.

—Como sea—Responde— esta tarde llegare ahí.

—¿Qué?...  ¿por que?

—Hoy es mi día libre, y justo coincide con la invitación de tu madre a su..¿cumpleaños?

—¿Te ha invitado?

—¿Raro no? Bueno en fin, nos vemos esta tarde. Me tengo que ir, chau.

—Chau…— y me corta.

Bueno es en verdad muy raro de parte de Megan, ¿ invitar a Mat? ¿En serio? Pero ese es el menor de mis preocupes, espero que la tensión no sea tan obvia en el aire, Mat sabe leerme perfectamente y se dará cuenta sin siquiera preguntarme.

Oh no.

Voy hacia la sala y me encuentro con Megan y su vaso de whisky. Me siento a su lado y pongo los pies en la mesa de noche.

—No me dijiste que invitaste a Mat—le digo.

—¡Hola mamá, feliz cumpleaños!—Responde

—Lo siento— no me di cuenta, Sonrío— ¡Feliz cumpleaños madre!

—Así esta mejor—me abraza— Si, lo he invitado, dijiste que esta vez podría ser diferente y así lo será.

—Bueno no creí que te lo tomaras en serio—le digo sorprendida.

—Bueno, después de todo es solo tu hermano y tu familia es mi familia, cariño.

¿Desde cuando? Me pregunte a mi misma.

 

Para las seis de la tarde veo por la ventana de mi habitación el auto de Mat estacionarse. A traído un ramo de rosas, seguro es para Megan. Voy corriendo hacia abajo para recibirlo y darle un abrazo.

—A llegado mi salvación— me pego a él

—Es mi día, por si no lo recuerdas—Dice Megan.

—No seas exagerada, Adeline— se gira hacia mi madre—¡Feliz cumpleaños, Megan!— se dan un corto abrazo y le entrega las rosas.

—Vamos te acompaño a dejar tus cosas—Le dice Megan a Mat.

Desparecen por las escaleras y yo voy detrás de ellos. Voy hacia mi habitación a darme un baño y a aprontarme para la cena de esta noche. Estoy nerviosa, después de lo ocurrido con Tahiel, no sé cómo nos comportarnos. Por suerte luego de esto quizás no lo vuelva a ver por el resto de las vacaciones.

 

Opte por mi único vestido largo color negro que había traído de casa, al fin y al cabo íbamos a ser solo cinco personas máximo.

Me estaba arreglando el pelo en ondas, cuando siento que alguien abre mi puerta. Efectivamente ese alguien era mi guapo hermano que traía puesto unos pantalones de vestir con una camisa desabrochada en los primeros botones de arriba.

—Tengo que hablar contigo— murmura aclarándose la garganta.

Oh no.

—¿De que o que?

—De trabajo…

—Me has conseguido trabajo—Bromeo.

—No— cambia a una expresión seria.

—Bueno dime.

—El siguiente mes me tengo que ir a trabajar afuera— se pasea por la habitación hasta llegar a mi cama, se sienta— Tendrás que quedarte otro mes aquí.

—Puedo quedarme en casa sola— Me apresuro decir.

—No, no quiero que estés sola allí. Luego de lo ocurrido con..—Bien, no quería halar de eso ahora , así que hizo caso a mi cara de advertencia —pero podría llevarte conmigo a un departamento…

No quiero ser una carga para Mat, y menos cuando se trata de su trabajo. Así que que más da, un mes más aquí, creo que sobreviviré.

—Tranquilo, me quedaré aquí— me siento a su lado.

—Bueno eso fue fácil, pensé que harías berrinches—bromea.

—Vamos, ya no tengo diez años Mat…

—Lo se…—Bueno vamos abajo, ya han llegado los invitados.

Me tenso al instante, por suerte Mat no párese notarlo, se pone de pie y sale de la habitación. Me míro en el espejo y respiro hondo una y otra vez— Vamos, tu puedes— me digo a mi misma— es solo una noche..

Bajo las escaleras muy sigilosamente, espero que Tahiel no haya venido. Al bajar el último escalón veo a Mat sentado en un fofa solo, mi madre alado de Daniel y a Tahiel sentado en frente con… una chica. ¿Qué?

A Simple vista se veía que era un chica hermosa, delgada y con el cabello rubio. Todos los ojos quedan clavados en mi al verme parada al final de la escaleras.

—Oh, ella es mi hija Adeline— le dice mañana a la chica.

Voy hasta ellos y le estrecho la mano a la chica.

—Un gusto— siento los ojos de Tahiel clavados en mi y con todas mis fuerzas lo ignoró, evito su mirada a toda costa.

—Lo mismo digo—Sonríe encantadoramente— Soy Marcel una amiga de la familia de Daniel.

Mmm… amiga.

Le sonrió y me apresuro a sentarme alado de Mat, él me mira con expresión de pregunta. Seguro ya ha notado mi tensión, pero no dice nada. Lo cual agradezco.

La noche iba pasando y con cada trago de vino que tomaba mi tensión y nervios se iban desvaneciendo. Mat y Daniel hablaban entre ellos de trabajos y no se que más. Mi madre estaba a las risas con la chica, cada vez que se reían yo ponía los ojos en blanco. Tenia ganas de levantarme e irme a mi habitación a tirarme por la ventana. Y aún lado mío en el otro sofá estaba Tahiel, cada vez que me veía poner los ojos en blanco sus labios se curvaban hacia arriba en una pequeña sonrisa, la cual intentaba ocultar pero yo lo notaba.

Ya habíamos cenado y nos encontrábamos en la sala de estar, cada uno con una copa en la mano.

Un sentimiento de celos me recorrieron el cuerpo cuando gire mi cabeza hacia Tahiel y vi a la chica pegada a su lado con la mano en su rodilla. Aparte enseguida la mirada y apreté mi como con fuerza y la llevé a mis labios.

Mat se daba cuenta de mi comportamiento extraño y me miró con cara de pregunta. La cual también evite.




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