Miranda
Me estoy castigando a mí misma al practicar durante horas encerrada en mi habitación sin descanso alguno.
"Busca tu sueño, nunca dejes de buscarlo." Me repetía en mi mente a cada segundo de mi vida, quizá eso me ayudaba a sostener la esperanza de triunfar dentro de mi corazón.
Los sueños son lo más importante en la vida porque gracias a ellos podías llegar a sentir lo que era estar vivo.
Deseo ser una artista desde hace muchísimo tiempo, y más aun cuando descubrí la industria del Kpop.
Por décima vez en el día practico una coreografía compleja, la cual no termina de salirme a la perfección debido a que no soy una bailarina tan buena. Admito que soy una excelente cantante, pero, en cuanto al baile dejo mucho que desear.
Un golpe en la puerta de mi habitación logra desconcentrarme por completo, sonrío al ver que se trata de mi madre.
—Miranda mi vida, opino que debes descansar por lo menos un rato. Has estado bailando por mucho tiempo.
—Sabes que descansaría si estuviese contenta con mis habilidades para el baile.
—En la academia te han ayudado mucho a mejorar a pesar que lleves poco tiempo allí. Sé que este es tu sueño y que convertirse en una artista exige de muchos sacrificios, pero, eres tan jovencita que no quiero que te mates ensayando todo el tiempo. Ven a almorzar, luego sigues repasando.
—Sí mamá, voy ahora entonces le mostré una sonrisa mientras recogía mi cabello en una coleta alta.
Pausé el radio y salí de mi dormitorio casi corriendo. Al llegar al comedor pude ver a mi padre almorzando.
—Miranda, quería que vinieras pronto a almorzar porque hay algo que me gustaría decirte —me indicó.
—Dime papá.
—Una empresa de entretenimiento de Corea del Sur hará audiciones en nuestra ciudad mañana.
El corazón se me detuvo dentro del pecho.
—¿Mañana? ¿Y apenas me lo dices? —grité exaltada—. Ni siquiera tengo tiempo de practicar, no sé si aun tengo tiempo de inscribirme incluso...
—No me has dejado terminar Miranda, en realidad ya te he inscrito, solamente debes presentarte.
—¿En qué categoría me has inscrito? —Me puse nerviosa y comencé a dar pequeños saltitos.
—Por supuesto que te he inscrito en canto, sé muy bien que no eres buena en el baile como desearías y que el canto es lo que se te da mejor. Mañana debes cantar dos canciones, seguramente te preguntarán qué idiomas dominas y en ese sentido tendrás una ventaja.
En eso mi padre tenía toda la razón puesto que sabía a la perfección chino mandarín, inglés y coreano.
—Pero si es mañana debo comenzar a repasar ahora mismo, de lo contrario el tiempo no me va a alcanzar.
—Si quieres escuchar un consejo de parte de tu padre Miranda...Debes elegir canciones que conozcas bien, descansa un poco hoy para que mañana puedas ir relajada.
—Sí papá, tienes razón en eso, comeré y me retiraré a repasar un rato antes de descansar —asentí lentamente.
Esta es la oportunidad perfecta que he estado esperando para poder hacer realidad mis sueños, y sin embargo aunque no lo admita en voz alta siento miedo de no llegar a ser suficiente y no poder cumplir las expectativas de los jueces al momento de la audición.
El día se pasó mucho más rápido de lo que pude darme cuenta, por la mañana me preparé para la audición y mi madre me acompañó.
—Quiero que estés muy segura de ti misma en un día tan especial como hoy, eres una jovencita muy talentosa y sé que te irá bien en esta audición. Lo vas a lograr, te lo aseguro mi niña. —Mamá me dijo mientras nos bajábamos del auto.
Asentí con una sonrisa.
No es justo para mí dejar que los nervios ganen y desperdiciar esta oportunidad tan preciosa para mí, voy a hacer que todo mi esfuerzo valga la pena. Haré que cada noche de desvelo, cada clase de canto y baile, y cada lágrima valga completamente la pena.
—¿Qué haremos si logro pasar la audición? ¿Qué va a suceder con nosotros? —Me atreví a preguntar.
—Si tenemos que mudarnos lo haremos, haremos todos los sacrificios que sean necesarios para que puedas cumplir tus sueños —acarició mi mejilla con amor—. Siempre te vamos a apoyar en todo lo que necesites, tu familia siempre va a estar acompañándote.
—Gracias por siempre hacer todo lo posible por mí, significa mucho en verdad —le respondí.
—Eres la participante número 5734, todavía tendremos que seguir esperando por un rato.
Mis padres son lo más importante que tengo en la vida. Y aunque Jake no es mi padre biológico, es casi como si lo fuera puesto que mi madre contrajo matrimonio con él cuando yo apenas tenía cinco años. Mi padre de sangre, Ming Wang, vivía en Corea del Sur y pasaba con él todos los veranos, o todas las vacaciones que tenía de la escuela.
Mientras esperábamos en la fila una jovencita de ojos alegres me saludó.
—La espera es agobiante ¿No lo crees? —Me preguntó.
—Los nervios son más grandes con cada instante —reí—. Mi nombre es Miranda Wang, encantada de conocerte.
—Hwang Rosalie, un gusto.
Lo que no sabía en ese momento es que acababa de conocer a una de las personas que iban a cambiar mi vida para siempre.
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Editado: 23.07.2024