Shadow of Glory: Libro uno (edicion en español)

3. El Hen Chemon:

“El Omega no bastara, mi señor volverá algún día y ustedes lo lamentaran hasta el fin de los tiempos”

Qui Mortem – Archidemonio.

Lodtrack se dirigía hacia la biblioteca del palacio para buscar información sobre el Hen Chemon, evento que se celebraría ese día y al que todos en la capital asistirían para celebrar la festividad. Lodtrack no conocía nada de cómo era la celebración en la ciudad, por lo que quería investigar antes de que comenzara.

Cuando llego a la biblioteca, la puerta estaba abierta; esto llamo su atención, aunque no le dio importancia realmente. Entró y se deslumbró con la monstruosa cantidad de libros. Eran prácticamente tres habitaciones de dos pisos unificadas, llenas de libros de todo tipo.

- Para cuando encuentre un libro que me ayude, el Hen chemon habrá terminado – murmuró Lodtrack irritado. Primero busco por el segundo piso algún libro de historia o, en su defecto, el Trad Mud (el libro de información sobre las culturas del imperio más importante). Vio uno que se titulaba “la Historia del Invierno”. Lodtrack lo tomo y busco entre sus páginas, aunque no parecía haber nada que le sirviera cuando hojeo el contenido del libro. Volvió a dejarlo en la repisa, aunque lo acomodo mal; el libro cayó y reboto en el suelo para después caer por la barandilla hacia el primer piso.

¡AY! – exclamo una dulce voz femenina – ¿pero qué rayos? – Lodtrack se estremeció, salto desde el segundo piso y cayó en frente de la princesa que grito de sorpresa al verlo a parecer de repente.

- ¡Princesa! – Lodtrack se puso nervioso al ver a la princesa ahí “¿cómo es que no note su presencia?”, pensó. Lodtrack se puso firme, dio una reverencia y dijo con fuerza – ¡buenos días su majestad, es un placer encontrármela en este lugar!

- Shh, no hables tan alto -le ordeno la princesa - se supone que no debería estar aquí.

- Pero… ¿Entonces que hace aquí, su majestad? – susurro Lodtrack.

- Me gusta leer para despejar mi mente. Aquí está la colección más grande de libros del imperio – la princesa señalo el lugar y volvió a fijarse en Lodtrack, que la miraba fijamente – ¿Qué pasa?

- No estaba del todo seguro, pero parece que me equivoque – La princesa miro curiosa al Guarda – ¿no usas magia para enaltecer tu belleza, ¿verdad? – Lodtrack dejo salir una pequeña sonrisa, pero la princesa se enojó por el comentario.

- ¡Qué grosero! ¡¿por qué razón usaría magia para algo así?! – Lodtrack no entendía del todo la razón de su enojo, por lo que solo la miraba tratando de comprender, la princesa desvió su mirada enojada por el comportamiento del Guarda, viendo el libro en el suelo y recordando la razón por la que habían terminado así - ¿no te vas a disculpar?

- ¿Eh? ¿Disculparme? ¿Por qué?

- Por golpearme con ese libro, eso me dolió – Lodtrack desvió la mirada hacia donde se encontraba el libro.

- Ah, lo lamento… el libro solo se resbaló de su lugar y cayó sobre usted – Lodtrack dejo salir una pequeña carcajada; la princesa también se burló de la absurda situación – por cierto, ¿por qué está escondida aquí? ¿No debes entrar a la biblioteca?

- No es eso – la princesa bajo la mirada - se supone que no debo rondar el castillo sola en el Hen Chemon y siempre debe acompañarme mi guarda, ya sabes, por si a alguien se le ocurre intentar algo. Pero a veces me gusta estar sola y leer un poco, además mi guarda es muy posesivo a veces.

- Eso es curioso; uno no esperaría que una princesa estuviera tan interesada en los libros – la princesa lo fulmino con la mirada.

- Bueno, lo mismo puedo decir de un soldado como tú – la princesa lo analizo un momento, notando su cicatriz y preguntándose cómo se la había hecho.

- Sí, supongo que ambos somos personas extrañas – ambos rieron. Lodtrack escucho como se abría la puerta y la princesa se estremeció. El que entro era el Guarda imperial, aquel que cuidaba a la princesa.

- Señorita, ¿se encuentra aquí? Necesito que me acompañe – Lodtrack volvió a mirar a la princesa, que parecía asustada. Él le tocó el brazo a la princesa para llamar su atención y le guiño el ojo mientras sonreía.

Lodtrack se levantó y fue hacia el Guarda. Este, al reconocerlo, lo miro con desprecio – ¿sabe dónde está la princesa? Me dijeron que la habían visto entrar aquí – le pregunto el guarda a Lodtrack – tiene que acompañar a su padre para una clase de etiqueta.

-No, no está aquí y ¿por qué sabría dónde está? Tengo a mi propio noble para cuidar – respondió Lodtrack con una sonrisa sarcástica – además, ¿Por qué la buscas tan desesperadamente, acaso no puede pasear por el castillo sin que la estén acosando por cualquier tontería?... – antes de que pudiera continuar el guarda desenvaino su espada y tomo una posición defensiva.

- ¡Conoce tu lugar, plebeyo! ¡Que seas un guarda, no te da el derecho a hablarme así! – Lodtrack lo fulmino con la mirada - ¡¿Por qué me miras así vulgar animal?! Arrodíllate ante mí, el hijo de la casa Pari y tal vez te perdone tu arrogancia – Lodtrack se enfureció por los comentarios del noble. La princesa, que miraba de reojo, comenzó a preocuparse por la situación.

- Que gracia, ¡eres un noble de cuarta y crees que puedes hablarme como si fueras el emperador! – Lodtrack tomo la empuñadura de su espada listo para atacar.




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