Shadows

SHADOWS #7.5. Caminos pt.2

Cuando él se levanta de su aposento y camina hacia la sala, todo el mundo tiembla. 


¡Ay de aquel que murmure en su contra!, porque por su maldición, de sus súbditos todo lo sabe, sin excepciones. 
Él rige el lugar, y dicta las órdenes, y si una persona se revela, le caerá todo el peso de su poder encima, nadie le manda.


No es para nada justo, ni siquiera posee compasión, es frío y sumamente distante.


Está revestido de prendas doradas, bastante brillantes, pero su cuerpo está lastimado y su mente corrompida. Su altura lo hace destacar, con sus dos metros con doce centímetros, y su temperamento de hace notar cuando sus súbditos le desobedecen. 


Como muchos mencionan, él es el creador de la mayor organización del mundo. La más prestigiosa y peligrosa de todas: La organización de los Ojos Dorados.


Él es la autoridad, el que hace y deshace.


¡Todos de rodillas para recibir al gran Gentetsu!.

 

Gentetsu convocó a una reunión con sus Ojos Mayores. Estaban planeando una nueva misión, la cual sería de beneficio, al igual que todas las anteriores. Pero esta vez sería diferente...


 -Como verán, durante unos años hemos estado luchando para repeler a los llamados "Híbridos" de todas las zonas, lo cual ha transcurrido bastante bien, pero ahora necesitamos desviarnos un poco de ese objetivo, ya que tenemos un nuevo blanco en la mira- dijo el representante de Gentetsu.


-¿Cuál sería este nuevo objetivo?- respondió Ayori (la tercera integrante de los Ojos Mayores).


-¿Alguna vez escucharon sobre... el desertor?- dijo el representante.


-MALDICIÓN- dijo Ryuu mientras golpeaba la mesa (el primer integrante de los Ojos mayores).


-...no puede ser...- respondió Tobbu (el segundo integrante te los ojos mayores).


-Así como sus oídos lo perciben, el desertor ha sido encontrado en la nación de Holish, y si nuestros informantes están en lo correcto, se dirigen hacia Ciudad Capital- dijo el representante.


-... entonces, ¿se supone que tendremos que ir por el desertor...?- preguntó Hikaru (el cuarto integrante de los Ojos Mayores)


-...no- respondió el representante.


Todos los integrantes se quedaron perplejos.


-El señor Gentetsu va a enviar a unos reclutas, pero quería avisarles por si sucede otra situación, ya que, como bien saben, Cuidad Capital se situa bastante lejos de nuestra ubicación, y quedarse sin un miembro importante de nuestra organización sería un rotundo peligro- dijo el representante. 


 -...pero...- nuevamente el representante 


-... hay un chico llamado Yamato Akihiro...-


-... sospechamos que él viene del linaje de sangre de los Akihiro, lo cual representa un peligro para l organización- 


- se presume que el desertor está confabulado con Yamato Akihiro, y con lo que aparentemente es una... maestra de técnica...-


Todo el mundo quedó en completo shock, ya que como muchos saben, los maestros de técnica de consideraba extintos, debido a que años antes se realizó una "caza" de los mismos.


-... como bien saben, lo que estamos presenciando es más que impactante, y se deberá tratar con extremo cuidado, por eso enviamos a reclutas experimentados para la misión, cabe aclarar que es una misión de reconocimiento, entonces no habrá interacción alguna con los sujetos-  aclaró el representante de Gentetsu.


-... Cuidad Capital tiene un gobernador, ¿verdad?- preguntó Nicco (el quinto integrante de los ojos mayores)


-Estás en lo correcto, pero, aparentemente ese gobernador ha muerto, y se supone que el cargo será heredado por su joven hijo- respondió el representante.


 -... ya veo- respondió Nicco.


-Entonces, se da por terminada la sesión convocada de...- el representante fue interrumpido .


Gentetsu se levantó de su asiento y miró a cada uno de los que estaban ahí, y les dijo con una voz más tétrica de lo que se pueden imaginar.


-... el que falle en este proyecto... será ejecutado... sin importar quien sea...- 


Todos y cada uno quedó en silencio, mirando hacia la mesa. Se levantaron y salieron del lugar. Y así acabó la reunión convocada de los Ojos Dorados.


Todos salieron de la sala, excepto Gentetsu. Y conforme iban saliendo, comentaban acerca del asunto.


Hikaru se acercó a Tobbu y le dijo con su clásica expresión tétrica. 


-No entiendo a qué va todo esto, si al final de todo siempre somos los vencedores-


-Hikaru, cuida tus palabras- respondió Tobbu respetuosamente.


Mientras ellos hablaban Ryuu los miró desde lejos.


-Ese par de estúpidos no hacen más que estorbar...- aportó con odio.


Ayori escuchó eso, pero pasó de largo, en verdad no le importaba en absoluto, y a Ryuu se le heló la sangre.


Y así seguían los asuntos en la sede de los Ojos Dorados. Sinceramente, nunca tuvieron la mejor química entre ellos, mejor dicho, poco les faltaba para matarse entre sí, pero el respeto y el temor (sobre todo) que le tenían a Gentetsu les hacía valorar su vida un poco más que eso.


De manera simultánea, un sentimiento bastante incómodo se descargaba en Cuidad Capital, como si un mal de estuviera gestando en el centro de la cuidad. Una situación mucho más grande estaba a punto de suceder, como si los hilos de un titiritero estuvieran entrelazando todos estos sucesos para que uno mucho más grande suceda dentro de poco.


En las calles de Cuidad Capital, un anuncio de una fiesta bastante elegante estaba siendo difundido, y paulatinamente todos nuestros personajes se irán dando cuenta de este evento, por lo que se asume que estarán ahí...


Yamato, Hideki y Kyomii, con un objetivo en mente, y el secreto que ocultan... mientras que por otro lado, los jóvenes aunque experimentados reclutas se dirigen hacia el mismo destino. Mientras miro la situación, un sentimiento amargo en mi corazón me advierte. 
Pobres almas en pena, sufriendo por las circunstancias de la vida misma, y de lo que el mundo les reparó...




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