Salimos todos del lugar. Todos estábamos impactados. No sabíamos que hacer. Draco no fue a comer.
- ¿Que ha de haber sentido Draco?-Dijo Theo.
- Impotencia. - Respondí mientras me sentaba a lado de él.
- ¿Cómo sabes?
- Yo... yo eso creo... Tu te sentirías igual ¿No?
- Sí, eso creo.
En ese momento Draco bajó, y se dirigió al sillón que están enfrente de nosotros, dos niños pequeños se encontraban haciendo su tarea ahí.
- Largo. - Dijo Draco mientras movía sus manos en señal de que se fueran.
Los niños se levantaron lo más rápido posible. Draco se sentó a leer.
- Hola Malfoy. - Dijo Theodore rompiendo el silencio. - ¡¿Ese libro es mío?!
- Sí, se calló de tu mochila hoy cuando ibas para el baño. - Dijo sin mostrar ninguna expresión, seguía ojeando el libro, no levantó la mirada.
- ¿Por qué no me dijiste? Lo estaba buscando.
- Oh sí, bueno, lo leeré primero, y ya dñte digo si me gusta o no, para comprar uno. - Termino de decir la frase y miró hacia arriba, sus ojos se encontraron con los míos.
- Lombrad... - Se dirigió hacia mí. - ¿Tienes otro nombre?
- Margoth.
- ¿Entonces eres Christine Margoth Lombrad?
- Sí. ¿Por qué?
- No, no... solo preguntaba.
- ¿Tienes otro nombre?- Pregunté yo.
- Draco Lucius Malfoy.
- Como tu padre, por eso mi padre te dice Lucius II. - Dije con emoción.
- Exacto.
Todo se quedó en silencio. Theodore acababa de hablar más con Draco, a finales del tercer grado. Así que ahora eran "amigos" por así decirlo. No pasábamos todo el tiempo cerca de Draco. Solo algunas veces o en clases.
- Bueno - Dije levantándome de mí lugar. - Iré a la biblioteca. Adiós Theo. Adiós Draco. - Alcé la mano despidiendome.
- Adiós Magui. - Dijo Draco, mientras volvía a abrir el libro. Miré a Theo, quien lo miraba sorprendido. Salí de la sala común.
- ¿Me había llamado Magui? Nadie me dice por mi segundo nombre. Aunque me gusta más. - Pensé en mi mente.
- ¡Chris! - Escuché detrás de mí.
- Oh, hola.
Era Harry Potter.
- ¿Cómo estás?
- Bien. Amm.
- Que bien.
- Sí. ¿Tú?
- Bien... ¿Ya tienes pareja para el baile?
- No. ¿Y tú Harry?
- Tampo... - Harry fue interrumpido.
-Potter, ¿no te cansas? - Era Draco. Lo acababa de ver y ya está de nuevo aquí.
- Que querés Malfoy, ¿Que te convierta en hurón nuevamente?
- Basta Harry. - Dije firmemente.
- ¿Lo defiendes?
- Cállate Potter. - Dijo Draco. Harry apretó su mandíbula.
- Te veo luego Christine. - Dijo Harry, dicho esto dió la vuelta y se desvaneció rápidamente entre las paredes.
- ¿Por qué hablabas con él? - Pregunto Draco con mal humor.
- Él me habló primero. No tengo que darte explicaciones Malfoy. - Respondí de la misma forma.
- Bien. ¿Irás a la biblioteca? - Draco cambió su tono de voz. Era ¿Tierno?
- Tenía planeado, ahora iré a mi habitación. Compermiso. - Pasé a un lado de él.
- Espera Magui. - Dijo Draco mientras me tomaba del brazo suavememte. - ¿Podemos ir a el patio? Oh claro que podemos. Acompáñame. - Respondió su pregunta solo. Me giró y me tomó de la muñeca avanzando hacia el patio.
- ¡DracOo Malfoy! ¡DejameEeE! - Estaba gritando, pues me llevaba corriendo.
- Ya casi llegamos Magui. - Su voz era tan tierna.
Llegamos al patio, era un día nublado.
- Bonito día. ¿No lo crees? - Miraba hacia el cielo.
- Sí, está lindo, aunque un poco frío. - Admití.
- Sí, lastima, no traigo otro suéter Magui. - Bajo la cabeza.
- No te preocupes Draco. - Sonreí.
- Me gusta pasar tiempo... Contigo. - Dijo Draco, nervioso.
- A mi también me gusta pasar tiempo contigo, aunque no nos conozcamos mucho. - Me miró y le sonreí.
- Eres linda cuando sonríes. - Dijo y volvió a mirar hacia el cielo.
- Gracias. - Dije. Sentí mis mejillas arder.
- ¿Sabes bailar?
- Sí, un poco.
- Bien, entonces deberías ser mi pareja para el baile.
- ¿Cómo? - Dije nerviosa.
- Ya sabes, te estoy invitando. - Abrí los ojos muy grandes.
- Oh, entonces sí. - Tomé varios segundos en responder, y en encontrar las palabras correctas, y no decir algo que lo hiciera sentir incómodo.
- Perfecto Magui. - Un sonrojo llegó en el rostro de Draco.
- Perfecto Draco. - Dije ahora más tranquila. Me sentía bien con él.
Aún no me soltaba la muñeca. No la soltó. Quise hacerlo, me apretó cla mano más fuerte.