She's the danger

Prólogo

En una gran casa a las afueras de Londres, se encontraba uno de los narcotraficantes más importantes, un gran comerciante y una de las personas más buscadas del Reino Unido.


 

Bruce Sking, era un hombre de veintidós años a quien no le importaba nada más que él y solo él. Todos conocían su reputación. Era el gangster más buscado y jefe de la banda más temida. Los policías y federales estuvieron tras su imperio por muchos años, pero tan solo encontraron cenizas y ningún rastro.


 

A muy temprana edad comenzó con todo lo que ahora posee y terminó siendo uno de los reyes más jóvenes que ha existido en el mundo ilegal. Rescató a pobres niños que eran abandonados e ignorados de las frías calles de Londres. Ellos más tarde dieron lo mejor de sí y quisieron superarse para que Bruce estuviera orgulloso. Los inició y formó dentro de su imperio junto con todos sus hombres.


 

Desde hace mucho tiempo que no era un tipo afectivo. Siempre permaneció serio y frío ante cualquier situación. Los chicos que él rescataba muy pronto adoptarían la misma postura y comportamiento que él.


 


 

Pero de un momento a otro llegó ella. Sus pequeños ojos verdes irradiaban felicidad, adoración y curiosidad por el nuevo mundo que tenia a su alrededor. Él le tomó cariño. Todos quedaron fascinados con la pequeña cara de ángel que traía ella. Ningún integrante de la banda había experimentado el sentimiento de protección hacia alguien o el cariño y afecto que le tenían. Con su llegada ella se convirtió en parte de la familia y la luz que iluminaría sus vidas.

Él, en ese entonces, era muy joven para ser padre. Más aún de un bebé recién nacido. Pero no iba a ser cruel con alguien que no se lo merecía en lo más mínimo.


 

Bruce siempre se estuvo preguntando el porqué de todo aquello. No era un caballero ni un hombre digno. Solo robaba, mataba y saqueaba. El destino era algo que él no comprendía. Pero lo que sí sabía era que por algo la puso en su camino.


 


 

Cuando la vio en la puerta con sus ojos esmeralda, un millón de preguntas comenzaron a formarse en su cabeza. Apenas término con su alocada adolescencia y tenía un banda que manejar. Por primera vez el tendría que ser un padre, no un jefe.


 

Tuvo el presentimiento de que no sería capaz de cuidarla, pero no dudó en aceptarla.

Los niños que rescataba ya tenían algunos años de experiencia en la vida. Desde un comienzo sabían hablar, comer y vestirse. Tarde y temprano se sabrían arreglar solos.

Pero ella, era un bebé sin experiencia y él le tendría que enseñar todo como si fuera su padre y ese gran detalle lo ponía muy nervioso.


 

La pequeña de ojos brillantes se movió en la canasta y una carta calló al suelo.


 

"El que esté leyendo esta carta sabrá, que la bebé esta huérfana. No podía cuidarla, ni tampoco cuidarme a mi misma. Ella necesita mucho cariño ya que yo no pude brindárselo. Espero que usted le de un hogar y una gran familia que la cuide.

Mi pequeña Kelsey Addyson, mi niña de ojos verdes, espero que algún día me perdones por mi decisión. Pero fue lo mejor que pude hacer. Conmigo sufriría y no disfrutaría su nueva vida.

Espero que entiendan mis razones y que sepan cuidarla.


 

Con cariño y tristeza, Marielle"


 

Ya había aclarado sus pensamiento. Pero esas palabras le bastaron, para tomar a la niña en brazos y ingresarla a su familia, con amor y cuidado. Pero a la vez si estaba cerca de él, también a su trabajo.



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En el texto hay: romance violencia armas

Editado: 11.07.2019

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