Ryoma y Neora permanecen inmóviles, pero con sus sentidos en el mayor estado de alerta posible. Algo los hace poner nerviosos a ambos, dos miembros fuertes de la shield force:
-¿Pudiste encontrar algo?- pregunta Ryoma
-No, no aún. Se esconden demasiado bien
Ryoma mueve su pie derecho en dirección hacia el frente, moviéndose lentamente para no ser atacados. Neora lo sigue y al mismo tiempo mira a su alrededor con su vista altamente calificada entre los mismos miembros del escuadrón.
La oscuridad de la noche no ayuda a mantenerse a salvo, puesto que esos enemigos siguen acechando en la distancia como si tuvieran las mejores de las vistas. Es casi tan aterrador como si hubiera una horda de frente y no hay armas disponibles:
-¿Qué hacemos entonces?- pregunta Neora, alterándose por la impaciencia y preocupación
-A la cuenta de 3…
-Tiene que ser una broma
-No hay de otra…uno…dos…
-Mejor que mis piernas puedan soportar. Son al menos 500 metros- murmura Neora
-Tres…
En el almacén, Willian, Sora y Kana conversan como cualquier joven de su edad, boberías y curiosidades de sus habilidades, así como vivencias propias para conocerse. Mikael y Elizabeth preparan los vehículos mientras que Kenzo se queda con su hummer casi a 300 metros del almacén. Teressa investiga sobre el infectado gris con muestras obtenidas por la joven espadachina después de haberlo desintegrado con el disparo de Neora.
No siempre van a poder establecer sus vínculos, pero los más jóvenes conversan como si no importase que el mundo sea tan caótico y hayan nacido en él. Mikael, Elizabeth y Teressa los observan y piensan que ese pequeño mundo que conformaron en pocos días debe ser protegido por los adultos:
-Kana ¿no pensaste en ser de esas chicas que bailan y cantan? ¿Cómo es que se llamaban? - pregunta Willian
-¿Te refieres a las idols del fin del mundo? Jajajaj, no lo creo- ríe levemente
-¿Idols del fin del mundo?- pregunta Sora
-¿Acaso no las conoces?- se sorprende Willian- ¿eres tonto o qué?
-Di una vez más eso y te arrastraré afuera- responde amenazante
-¿A si? Entonces pruébame- lo enfrenta a Sora
-Ya, ya, no se peleen- los calma Kana y busca las palabras para responder. En algún momento de su corta vida había pensado en convertirse en una idol del fin del mundo, pero inevitablemente su talento arruinó tal sueño- la verdad es que no es para mí. Eso es todo- dice con una expresión triste
-¿Te sientes bien? ¿dijimos algo que te haya molestado? - se acerca Sora, preocupado de haberle hecho sentir mal- ¡oye tonto! ¡¿no ves que se puso triste?!
-¡¿Qué?! ¡¿yo?!
-No, no, para nada. Descuiden- niega son su mano y sonríe otra vez, pero con mirada triste
-¿No fue Willian?- lo señala Sora
-¡¿Huh, que hice?!- se exalta el joven, toma su espada y apunta a Sora
-Es que…
De repente se abre la puerta del almacén, Kenzo llega junto con Ryoma y Neora, agitados por la persecución sufrida de parte de quien los acecha como simples víctimas. Nadie entiende que sucede y porque sus expresiones tan alteradas:
-¿Qué pasó?- pregunta Teressa
-Tenemos que irnos, rápido- dice Ryoma
-Kenzo ¿no estabas con los vehículos afuera? - pregunta Elizabeth
-Si, pero a lo lejos vi corriendo a Ryoma y Neora- responde el vicecapitán
-No logro entender ¿Qué pasó afuera para que estén alterados? - pregunta una vez más Teressa
-Algo nos acecha afuera. No sabemos que es, pero es mucho más peligroso que un infectado evolucionado- le explica al oído- solo digamos que hay infectados ordinarios y no ahondemos en el tema. Los chicos no tienen que alterarse- añade
-De acuerdo
Sora, Willian y Kana se acercan a Ryoma, curiosos, para saber qué fue lo que vieron, pero el capitán solo se muestra esperanzador y, contradictoriamente reacio a explicarle a los más jóvenes.
Neora se lleva a los novatos a los cuartos para que descansen, mientras que Ryoma se reúne con los demás para contarles que vieron.
Tras una larga charla y donde Ryoma y Neora cuentan que sintieron miedo y señales invisibles de que estaban siendo observados con una incontenible sed de sangre, Kenzo, Teressa, Mikael y Elizabeth se ponen de pie y buscan sus cosas para retomar la ruta destinada. Todo esto frente a Ryoma, que aún sigue en shock:
-Kenzo…
-¿Huh?
-Tengo que hablar contigo