Shield Force

Capítulo 59: Deseos de la humanidad

Las heridas de Ryoma son muy graves, así como las de Kenzo y en parte Elizabeth con ciertas quemaduras en sus manos por lo que se mueven rápido hacia los transportes. La gran incógnita es ¿Qué hará Kenzo con su hummer? Nunca había permitido a nadie conducirlo y ya que está herido, su actitud testaruda sale con fuerza al intentar manejar él mismo. Sin embargo, cuando se sienta en el asiento del conductor se ve con claridad como la sangre empaña el suelo y todo el lugar.

Entiende, al ver esto, que no puede hacerlo así que mira a los más jóvenes y con un previo suspiro exclama:

-Estamos a casi 5 kilómetros ¿crees poder hacerlo…Kana?- mira a su prima. A pesar d

-¿Q-Que? ¿y-yo? - se sorprende.

-Eres la persona en quien más confío. ¿Podrás conducir mi hummer hacia la ciudad?

-Yo…-William y Sora la empuja levemente para darle ánimos- ¡Si, señor!

-Esa es la actitud…je, je, aaaaggghh. ¡Duele maldita sea! -grita Kenzo.

-Ven, tendrás que estar con Ryoma y Elizabeth. -lo acompaña rápidamente. A medida que se acercan al otro transporte, uno más pequeño que la camioneta por lo que tendrán que estar acinados, escuchan los gritos de dolor de Ryoma y como maldice para soportarlo.

En la hummer, Kana conduce con William de copiloto, Neora y Sora atrás. Mientras tanto en el otro transporte, Teressa, Ryoma, Elizabeth, Kenzo, Betum y Mikael los siguen por detrás. A pesar de su juventud, Kana recibió adiestramiento en la conducción de autos ya que es uno de los conocimientos mínimos para el escuadrón.

Mientras ella trata de arrancar el motor, William se encuentra cabizbajo, no se ha podido recuperar del todo del shock y mucho menos en una situación de muerte donde varios de sus camaradas están heridos de gravedad y el tiempo prima para evitar una tragedia en el grupo.

Sora agita su hombro y pregunta cómo se siente, pero el británico apenas sonríe y se queda mirando al frente. Neora palpa la espalda de Sora y sin decir una palabra le da a entender que no se preocupe tanto por William, al menos no por ahora, entonces el joven le pregunta:

-¿Crees que el capitán, Elizabeth y el vicecapitán estarán bien?

-Elizabeth se quemó las manos, pero no parece muy grave. Por lo que se vio, Kenzo sufrió la perforación de algunos órganos, pero fue atravesado limpiamente y Ryoma…tenemos que apresurarnos. Solo eso puedo decirte. -responde con la seriedad que la caracteriza.

La máquina avanza apenas 10 metros cuando se detiene abruptamente y una pálida Kana, algo realmente raro en ella, señala al frente mientras trata de decir con torpeza algo:

-M-M-Miren…e-esa…cosa…

Al frente, un enorme lobo de fauces metálicas, pelaje negro y puntiagudo y mirada carmesí obstaculiza el camino y la luz de la luna llena revela lo imponente que se ve. Neora prepara su arma mientras que Sora abre la puerta. William no parece tener consciencia de lo que ocurre y Kana apenas puede mover su cuerpo, ya que la herida sigue molestándola.

El lobo se acerca y no parece mostrarse para nada hostil y se nota en el pelaje que baja y adopta un perfil muy calmado y amigable.

Sora camina hacia la criatura y aunque Neora lo llama, este sigue hacia su destino hasta quedar apenas a dos metros de distancias:

-No llegarán a tiempo si pretenden tratar a los heridos en Neo Tokyo.-exclama Ranga.- Las hordas enemigas están apostadas a unos cientos de metros de la entrada a la ciudad y hay evolucionados mucho más cerca de allí.

-Puedes hablar…e-entonces ¿Qué debemos hacer? Tenemos heridos y…

-También tú lo estás y veo a simple vista que no solo heridas físicas. También heridas difíciles de cerrar.

Sora se voltea a ver a William. Se sorprende de que la criatura sepa sobre lo que le pasa a su amigo, pero no hay tiempo para indagar sobre su naturaleza. Si hay ayuda genuina, bienvenida será:

-¿Qué podemos hacer?- pregunta Sora.

-Síganme. Los escoltaré hasta la entrada.

-¿Podemos confiar en tu palabra?-sea acerca Neora con su arma en la espalda.

-Siempre pueden hacerlo y hoy no será la excepción. Vamos.

Dicho y hecho y sin cuestionarse nada, los dos vehículos siguen a la enorme bestia.

Cuando llegan a zonas de infectados, Ranga lanza un feroz aullido que los obliga a moverse del camino. Mikael le pide a Teressa que tome nota sobre la criatura, características, nivel de poder e inteligencia. A pesar de eso, no logran calcular en qué nivel de infectado se encuentra, mucho más difícil es saber si entra en la categoría de infectados.

Sin embargo y aún lúcido mientras guarda reposo con vendas en el cuerpo, Ryoma pide que confíen en Ranga ya que no suena que tenga malas intenciones. Kenzo cuestiona esa lógica, pero, para él, dudar del capitán es una locura que jamás compartirá por lo que va a confiar en el lobo negro. Curiosamente, Betum no parece sentir hostilidad siendo que los animales son los más susceptibles a los cambios de atmosfera, incluso se encuentra calmado oliéndose la entrepierna.

El viaje se realiza en apenas veinte minutos sin siquiera problemas en el camino. Todo lo que hizo Ranga fue para ayudar a la shield force despejando dudas en los miembros del escuadrón.




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