Shield Force

Capítulo 60: Las sospechas en la ciudad

El grupo es llevado a escondidas hacia un sector del cuartel donde puede, tranquilamente, descansar, comer y asearse sin problemas y también para mantenerlos alejados de cualquier persona civil. La mera presencia de la shield force podría ocasionar preocupación ya que no tienen la mejor de las reputaciones.

Antes de establecerse, los heridos son tratados en el sector médico. Salvo Kana, quien es tratada en el momento con medicamentos y una venda hecha con una tela especial que no se moja y mantiene la firmeza que cubre la zona herida lastimada, Kenzo, Ryoma y Elizabeth son llevados al pabellón médico para se curados.

Las mujeres y los hombres son separados en distintas habitaciones de gran tamaño para albergarlos a todos sin tener que dividir de a dos o tres personas. Al entrar ven camas cómodas, ropa limpia y, para lo que es ese momento del año, una estufa que mantiene a temperatura agradable el ambiente. Las chicas corren deprisa hacia el baño y sin esperar a cerrar la puerta se van quitando la ropa, ocasionado que los muchachos expulsen de sus narices grandes montones de sangre.

Mientras las chicas disfrutan de su baño, Mikael se reúne con Sano afuera del complejo, pero la conversación se torna violenta al grado de que se puede escuchar todo lo que se dicen. Neora no se mete a pesar de ser el superior de Mikael, cuestión que despierta en Sora la curiosidad:

-Teniente ¿no tendríamos que interceder o algo?

-Descuida, no somos ajenos a esto y además…tenían tiempo sin verse. Necesitan decirse muchas. -responde la teniente.

-Sora, Mikael y Sano fueron pareja antes de que nuestro científico se uniera a nosotros. -añade William.

-De hecho, Sano estuvo en contra de que Mikael se uniera y hasta usó su influencia en el ejército para que no se vaya. Bueno, al final Mikael hizo lo que creyó más conveniente y abandonó al equipo de investigación y al ejército. -termina de explicarle Neora.

-Por eso le reclama a Mikael, pero ¿no ven como un problema haber vuelto a la ciudad? -pregunta Sora.

-Si lo ves desde una misma perspectiva puede que tengas razón, pero ¿Qué otra cosa podríamos haber hecho? Tenemos tres heridos, dos de gravedad que están siendo tratados. Relájense y vayan a ducharse. Las chicas ya saldrán. -aconseja Neora.

-Neora ¿Por qué no vas a ducharte con las chicas? Nosotros protegeremos este lugar. -dice William con Betum entre sus brazos.

Neora lanza una pequeña sonrisa y en tono de sarcasmo dice:

-Claro, ya me siento a salvo. Chicos, tranquilos, es mi labor como la siguiente al mando después de Ryoma y Kenzo, pero haré lo que me dijeron. No me tardo. Mantengan la seguridad y traten de no armar un alboroto.

Mientras tanto en los baños, Kana se relaja sobre el agua caliente, así como descarga toda la tensión de su cuerpo, haciendo que los músculos se relajen, aunque la sorpresa de Theressa es enorme por verla desnuda siendo la primera vez y que su físico sea idéntico al de una persona que hace fitness. Tiene una definición increíble para una chica de su edad:

-Kana, es increíble. ¿Desde qué edad entrenas? Tienes un cuerpo muy trabajado. -exclama Theressa.

-¡¿Q-Que?! ¡y-yo, humm…! -se exalta nerviosa.

-Jajaja, tranquila, es solo curiosidad. Nunca nos hemos bañado juntas, siempre lo hacías a la madrugada después de entrenar sola o con Kenzo. -se acerca Theressa para ponerse al lado de Kana.

-Desde que era muy pequeña dependí siempre de Kenzo, inclusive cuando nuestra familia fue masacrada por infectados es que yo…decidí volverme más fuerte.

-Pero al final terminaste siendo tú la más fuerte.

-En cierta forma, pero no puedo llegarles a los tobillos en lo que se trata de experiencia y estrategia en combate. Kenzo es demasiado fuerte en ese aspecto.

-Míralo por el lado bueno.

-¿Cuál?

-Él ha empezado a reconocerte y es por lo que tanto has luchado. ¿No crees que es un gran inicio?

-¿Sabes? Tienes razón y eso jamás me lo he preguntado. Ahora…siento que puedo luchar a su lado sin temor a fracasar o sentirme despreciada.

-¿Te sentiste despreciada alguna vez con Kenzo?

-No lo sé, pero eso ya dejó de importa ¿verdad? -sonríe Kana.

-Claro, ahora no importa…

La puerta se corre y entra Nora con una toalla cubriendo su cuerpo y el pelo recogido. Antes de poder entrar al agua con las chicas, la francotiradora se limpia el cuerpo con jabón y shampoo para su cabello. Las buenas tradiciones japonesas no han desaparecido ni dentro de su gente aún en la desesperación de muerte y caos.

Tras este ritual de aseo, Neora apoya el dedo gordo del pie sobre el agua para corroborar la temperatura y luego mete todo su pie seguido del otro y luego entra, lentamente, por completo:

-Hacía mucho no disfrutábamos de un baño tan relajante ¿verdad chicas? -pregunta Neora.

-Si, esto es como un sueño. Hace muchos días no podemos bañarnos y lo que pudimos fue con agua casi fría o en casas con agua sucia. Es terrible…-se deprime la doctora al recordar cuando tuvo que bañarse en una casa en cuyo baño había manchas de sangre y sesos por las paredes y un infectado muerto en la bañadera. Tuvo que bañarse desnuda con esa cosa a un lado.




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