Si algún día muero

Capítulo Uno

TYLER

Mi despertador empezó a sonar y sin más tiempo que perder me puse de pie. Me vestí con unos pantalones negros, una camiseta blanca y una camisa vaquera encima abierta. Me peiné un poco y luego me lavé la cara y los dientes.

-¡Tyler! ¡Despierta, hijo!-Escuché que gritó mi madre y luego como la puerta se abrió.-¿Tyler?

Me asomé desde la puerta de mi baño y le saludé con la mano, todavía con el cepillo de dientes en la mano. Terminé de cepillarme los dientes y salí del baño.

-Buenos días, mamá.-Empecé a preparar mi mochila para el instituto, bajo la atenta mirada de mi madre.

-¿Qué haces despierto?-Me preguntó con los ojos abiertos de par en par, se sentó un momento en mi cama ya hecha, tenía en las manos el paño de cocina.

-Pues me preparo para ir al instituto.-Le dije y me encojí de hombros. ¿Para qué otra cosa me iba a preparar? Mi madre y sus extrañas preguntas. Llevaba haciendo lo mismo desde hacía cinco años y entré en el instituto. 

-Ya, pero normalmente no te levantas hasta que quedan diez minutos.

-Hoy será un día diferente, supongo.-Dije y sonreí. No sé porque, pero lo hice.

-Sí, será un día diferente.-Dijo asintiendo con la cabeza.

Salí de mi habitación y bajé a desayunar. Mis hermanos, John de 13 años y Kate de 8 años, se están peleando por la leche. Se gritaban cualquier barbaridad para tener sus edades. Cogí un zumo de naranjas y me preparé mis tostadas con mantequillas en silencio. Todavía sentía la mirada de mi madre, que seguía todos mis movimientos. Mis hermanos seguían discutiendo por algo y no notaron mi presencia.

-¡Buenos días, Ty!-Gritó Kate cuando se dio cuenta que estaba ahí. Yo le deseé buenos días y le di un beso en la frente.-¿Qué te pasa hoy?-Preguntó atónita.

-¡Mamá! ¡Tyler está enfermo!-Grita John justo cuando mi padre entró en la cocina.

-¿Qué te pasa, Tyler?-Me preguntó mi padre y se sentó a desayunar.

-Nada.-Digo y sigo comiendo. ¿Qué me puede pasar? Esta familia es muy rara.

-Me ha dicho buenos días y me ha besado la frente, ¡Me ha dado un beso!-Dijo Kate exageradamente mientras señalaba su frente de forma dramática, mi padre abrió los ojos y tosió fuerte.

-¿Qué tú has hecho qué?-Dijo y todos ríen menos yo.

¿Qué le ven de gracioso a eso? Esta familia se está volviendo loca, menos mal que soy el cuerdo de la familia.

-Y se ha levantado temprano.-Añade mamá y él vuelve a mirarme.

-Deberíamos llevarlo al médico.-Dice mi padre y en respuesta, le enseño el dedo medio.

-Me voy.-Digo y cojo las llaves y mi mochila.-Adiós, os quiero.-Me despido de todos y salgo de la cocina.

-Hoy si que será un día diferente.-Escucho que dice mi madre antes de salir de casa.

Una vez vez subo a mi nuevo coche, me pongo en marcha hacia el instituto. Durante el trayecto me siento diferente. Hoy sin duda me pasa algo, ¿Será el fin del mundo? ¿Vendrán los aliens a matarnos? Espero que no, he vivido muy poco y esta belleza tiene que recorrer mundo.

Sin darme cuenta, llego al instituto. Aparco el coche y me bajo de él. Me dirijo a mi taquilla y veo que ya todas las chicas me están esperando. Dios, no las soporto.

Este es mi último año antes de ir a la universidad. Estamos en Abril, apenas quedan tres meses para la graduación. Iré a la Universidad de Nueva York, ya me han aceptado, por mis extraordinarias notas y mis matrículas de honor. No soy un mal estudiante, realmente me gusta aprender cosas nuevas, pero el hecho de tener que madrugar y soportar a gente antipática me hace odiarlo, supongo que no todo es perfecto.

-Buenos días, Tyler.-Dice con voz chillona Evelyn.

-Hola, Ev.-Le saludo y abro mi taquilla pasando completamente de ella, es toda la atención que normalmente recibe de mi parte.

-¿Qué haces esta tarde, Tyler?-Me pregunta con su insoportable voz chillona.

¡Tiene veinte años! ¿No puede hablar bien? Si, tiene veinte, suspendió dos veces seguidas la pobre, supongo que estar poniéndose cosas en la cabeza no le ha sentado nada bien. No es que esté en contra de las chicas que se arreglan e intentan estar bien, lo respeto, pero el caso de Evelyn es diferente, literalmente no le importa nada más.

-Estudiar, Ev, algo que te vendría bien.-Y dicho esto me voy. Pude escuchar como sus secuaces ríen ante mi comentario.

-¡Hey, Tyler!-Escucho que me llaman. Me giro y veo a mis amigos y compañeros de equipo.

-Hoy hay entrenamiento, que no se te olvide.-Me dice Michael.

-No se me olvida.-Digo y me voy hacia mi clase de matemáticas.

Llego y me siento en mi lugar de siempre. Todos están hablando animadamente, hasta que el profesor llega y todos se callan. El profesor entra y cuando me ve abre los ojos.

-Señor Wade, ¿Usted aquí temprano?-Me pregunta y toda la clase ríe.



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En el texto hay: novelacorta, enfermedad, corazon

Editado: 10.07.2018

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