Si El Tiempo Tuviera Memoria

| CAPITULO 5 |

Jueves 16 de febrero 2023

6:35 am

Entro a mi apartamento nuevamente y al cerrar la puerta me dejo caer hasta tocar el piso, froto mi cara con mis manos, estoy muy desorientada, hay tantas preguntas en mi mente que no se ni por dónde empezar. El dolor de cabeza aumenta y mi cuerpo duele como si me hubiera pasado un camión encima.

Le pregunté a Rose si recordaba algo sobre aquellos hombres, pero me dijo que no, que hablaría con su nieto en cuanto llegara de la escuela, ya que, él fue el que salió a hablar con ellos.

Dejo pasar unos minutos en los que tengo los ojos cerrados, hasta que decido levantarme. Conecto mi teléfono y espero a que cargué un poco para poder encenderlo. Ya prendido me empiezan a llegar mensajes, la mayoría de los compañeros del trabajo, ignoro todos y me voy directo al chat de Joana, y leo todos los mensajes que me dejó.

Joana:

Dett ¿dónde estás?

Contestaaa.

Tu turno ya comenzó.

Me estoy asustando por favor contesta.

Esto está muy raro, llamaré a la policía.

Hay otros cientos de mensajes, pero todos son igual a los anteriores. Estos son de ayer, así que ayer no fui a trabajar.

Checo la hora, aún hay tiempo para llegar al trabajo, si es que aún tengo uno. Me cambio rápido para ir a trabajar y averiguar qué fue lo que me pasó, tal vez en el hospital encuentre respuestas.

6:59 pm

Llegó al hospital con la respiración agitada, tuve que ir corriendo para llegar a tiempo, mi casa no queda tan lejos del hospital, pero el tráfico a esta hora es horrible.

Llego a recepción y las chicas no dejan pasar por alto mi presencia.

—Hola perdida. – Me saluda Carol con una expresión burlona.

—Estábamos tristes porque creíamos que habías renunciado y te habías librado de nosotras. - Dice su compañera Marjorie.

—En realidad yo creía que había tenido una noche, ya sabes salvaje – remarca la última palabra mientras sube y baja sus cejas – dime quien fue el afortunado o afortunado ¿o ambos?

Sonrío mientras Carol se queda pensando en lo que dijo.

—En realidad no recuerdo nada de lo que sucedió ayer.

—Que envidia, ocupo una de esas borracheras que te dejan sin memoria, al otro lado de la ciudad y despiertas a lado de alguien que jamás has visto en tu vida. – Comenta Marjorie con una expresión entre nostalgia y aburrimiento.

—Que especifica. – Dice Carol mirándola como si hubiera perdido la cabeza.

—Chicas, en verdad no recuerdo nada de lo que pasó, desperté hoy en la mañana creyendo que era ayer y…

—¿Y?

Dudo sobre contarles lo de mi habitación, no quiero que se burlen.

—Sin ningún mueble en mi habitación.

Pasa un segundo en el que se dedican a observarme y después entre sí, hasta que ambas explotan en carcajadas. Sabía que debía omitir esa parte.

—No se burlen, en verdad no recuerdo que pasó y me asusta.

—Tranquilízate… sólo… fue una… borrachera.

Habla entre espacios que utiliza para reírse. Marjorie con una mano sobre el estómago apoya lo que dice su compañera.

—Si Dett a todos nos ha pasado alguna vez.

Dejo escapar aire y tomo un poco de agua, mi cuerpo pide a gritos una siesta de 7 horas mínimo.

—¿Qué fue lo último que recuerdas? – Me pregunta Carol.

—A mí saliendo del hospital para ir a casa.

—Ahí está, estabas muy estresada que pasaste a un bar saliendo del trabajo, tomaste de más y bueno emm después pasó lo que pasó.

—No lo sé, ¿es posible olvidar todo un día solo con cerveza?

—Drogas – Carol truena los dedos mientras Marjorie dice “claro” asintiendo con la cabeza.

Dudo mucho que eso haya pasado, suelo ser muy responsable en cuanto a ese tipo de sustancias, no tomo alcohol, estoy en abstinencia desde hace 4 años.

No había tenido tiempo de pensar en eso, todo pasó muy rápido, pero es muy difícil creer que me haya emborrachado, y cuando desperté no olía a alcohol era más un olor a fierro no sé cómo explicarlo, pero era un olor muy familiar.

Me despido de las chicas y voy directo hacia la oficina de Asier – el director del hospital – para asegurarme que aún tengo trabajo.

Asier es un hombre no mayor de 30 años, no tiene más de 1 año desde que llegó al hospital. Cuando llegó hubo una gran controversia ya que llegó para sustituir al antiguo director, un señor ya adulto que jamás había tenido problemas con nadie, su trabajo era impecable y siempre fue muy respetuoso con todo, por esa razón nos sorprendió que simplemente lo despidieran con la excusa de que era viejo para tener tantas responsabilidades y en su lugar pusieron a Asier.

Los padres de Asier son unos científicos muy reconocidos en el país, sus descubrimientos han dado una mejor perspectiva a la medicina, gracias a eso Asier ha sido víctima de chismes donde aseguran que entró por palancas y que todo es gracias a sus padres. Lo cierto es que es el un gran médico y es brillante, algo serio, pero nunca irrespetuoso, tal vez las circunstancias en las que entró no fueron las mejores, pero eso no le quita el mérito al empeño que le pone a su trabajo.

Tocó la puerta antes de escuchar una respuesta afirmativa, entro y cierro la puerta tras de mí.

Él se encuentra tecleando algo en su computadora, no me mira, pero su sola presencia me intimida incluso cuando es menor que yo.

—¿Piensa hablar o estará observándome todo el rato?

Trago saliva.

—Yo quería hablar sobre el porqué no me presenté a trabajar ayer.

—¿No se presentó ayer a trabajar? – En ningún momento me ha mirado, está concentrado en la pantalla de su computadora.

—Si, yo falté porque…



#3657 en Thriller
#1990 en Misterio

En el texto hay: misterio, cartas, escritos

Editado: 21.11.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.