Si es contigo acepto

Capítulo 14

Estoy relajada, muy relajada. Me repito esa frase, mentalmente, una y otra vez.

11:45 marca el reloj de la cocina. Se supone que debía estar en la tienda de Phill. ¡Él me dio trabajo! Pero no… a Don Ex Gruñón se le ocurrió ¡encerrarme!

El día que fui con Rob de compras al supermercado, fui a la tienda de Phill y le pedí que me diera trabajo. Phill ha de estar pensando lo peor, que soy una incumplida, que no valoro el trabajo que él me ha aceptado darme.

Frunzo el ceño al cerrar mis manos en puños y cierro mis ojos. He soportado infinidad de situaciones para nada agradables en mi vida, he aceptado que decidan por mí miles de veces, me he callado cuando debía dar mi opinión, siempre fui una mujer obediente, que aceptaba lo que otros decían que estaba y era correcto. Pero algo que nunca me hicieron, ni si quiera cuando era una niña, fue encerrarme… jamás. Estoy muy enojada, muy enojada.  

Abro los ojos ante el sonido de la llave girarse varias veces en la cerradura de la puerta del apartamento, ésta se abre y por instinto agarro el cojín de los Minion y lo lanzo hacia el rostro de Robert.

Por desgracia él es más rápido y lo agarra en el aire antes de que impacte en su rostro. Me mira incrédulo por mi reacción.

Rob deja su maletín en el mueble que está junto a la puerta

—no era el recibimiento que esperaba—arroja el cojín hacia el sofá de enfrente vacío

—¡me dejaste encerrada!—termino por gritar, no voy a levantarme soy capaz de golpearlo

No, no eres capaz. Acéptalo.

¡Cállate conciencia!

Parpadea, tranquilo. Como si no le hubiese dicho nada del otro mundo

—siempre lo hecho—murmura

Abro los ojos más. Oh, mierda. ¿Lo dice en serio? ¡Y yo recién me doy cuenta!

—pensé que lo sabías…—se cruza de brazos y arquea una ceja

Ahora sí. Me pongo de pie y levanto los puños para pegarle en su pecho. Pero antes de impactar contra su piel el me agarra de las muñecas.

—relájate—dice con voz suave. Noto en su mirada una chispa de diversión, lo que me enoja más. ¡Le parece divertida esta situación!

—¡no! ¡nunca me habían tratado de esta forma!—quiero golpearlo pero me sigue sujetando, su fuerza aumenta—no soy una niña chiquita

—lo lamento, no confiaba en ti

»No confiaba« lo dijo en tiempo pasado. Entonces, ahora si lo hace… ¿Por qué esa idea me hace sentir tan mal? Mi ánimo decae. No tengo ganas de reír, ni de golpear, mi ánimo decae… me siento la peor persona del mundo. Robert… él no debe confiar en mí. No debe.

—dijiste que no confiabas en mí, eso quie…—por favor sácame de mi error, no confíes en mí Rob

—eso quiere decir—me interrumpe—que ahora ya tienes mi confianza—hay un rastro de sonrisa en su perfecto rostro—lamento haberte dejado hoy encerrada, creo que fue la costumbre de éstos días. Perdóname por favor…—sus ojos grisáceos azulados me miran con anhelo  

¿Por qué, maldita sea es tan lindo? Eso no es bueno.

Me siento muy mal. Debo admitir que Robert me trataba muy mal los primeros días de conocernos, pero luego… cambió su actitud conmigo, al principio pensé que me odiaba con tan solo conocerme, decía cosas que me herían, aunque él parecía no notarlo. Pero estos últimos días, ha sido tan amable, tan tierno, que duele. No le estoy mintiendo, solo…

» SÍ estás mintiéndole «. Me recrimina mi conciencia.

Tiene razón, estoy mintiéndole. Robert debe creer que huí de mi boda porque no quería casarme con mi novio, y en parte es cierto, pero también quería huir de la vida que tenía.

—no llores. No me gusta que llores—levanto la mirada hacia sus ojos. No me he dado cuenta de estar llorando, pero siento lágrimas en mis ojos que amenazan con salir

Robert me sigue sujetando pero ya sin nada de fuerza

—suéltame, por favor

Él lo hace. Me doy vuelta, no quiero que él me vea así. Antes de poder caminar hacia la habitación, me sujeta del brazo y tira de mí con una brusquedad tierna. Me abraza y esto me hace sentir peor.

—¿qué pasa?—suena preocupado. No soy capaz de corresponder a su abrazo. No debo

Niego con la cabeza que estoy ocultando en su cuello. Ésta es la segunda vez que él me abraza e igual que la otra vez, yo estaba sensible.

Una de sus manos está en mi cintura y con la otra, acaricia mi cabello.

» No te enamores, Bouquet. No lo hagas «

No, yo no. No puedo ni voy a enamorarme de Robert. Solo somos amigos. Pero admito que… Robert es lo que yo nunca creí que necesitaría.

Reacciono y también lo abrazo. Mis brazos rodean su espalda sin llegar a encerrarla. Estar tan cerca, me permite oler su perfume de hombre, varonil y… jodidamente sexy.

—que me ocultas…—susurra contra mi cabello

—no oculto nada—también susurro. Pero creo que no me ha escuchado

Me separa de él con delicadeza y me mira a los ojos, fijamente.

—no me gusta ver esos ojos verdes, empañados ¿oíste? —frunce ligeramente el ceño

Sonrío sin poder evitarlo.

—así me gusta—palmea mi cabeza como si yo fuera un cachorro

Lo ayudo a sacarse el saco, esto ya se me está haciendo costumbre de todos los días. Caminamos hasta la cocina. Veo y escucho a Rob bostezar un par de veces.

—disculpa—me dice al notar que lo estoy observando

—¿estás cansado?—le pregunto

—tengo sueño—dice con sinceridad

—ve a dormir—le digo—te prepararé café

Me mira con una sonrisa divertida.

—dime algo… ¿estabas así de enfadada porque te dejé encerrada?

Oh, cambio de conversación.

—sí, no me gusta que me dejen encerrada. Es decir… ¿a quién le gusta eso?

—debes comprender que te tenía desconfianza… a penas y te conozco—dice las últimas palabras en voz baja

No digo nada. ¿Qué voy a decir?

Agarra mis manos entre las suyas—¿te cortaste?—revisa ambas

—no seas dramático, no por romper un vaso me voy a desangrar



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En el texto hay: comediaromantica, romance, amor y humor

Editado: 05.07.2022

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