Si es contigo acepto

Capítulo 25

Robert.

—te digo algo—Tyler se apoya en mi brazo—ese—señala al “señor coqueto”—es peor que yo. Así que cuidado, hermano

Viviana está… está… ¡coqueteándole a ese recién llegado! ¿Y él quién se cree? Es un confianzudo. No me voy a quedar aquí esperando a ver que más pasa. Ya mismo voy a interrumpir su acogedor momento. Vamos a ver que de interesante tiene su conversación…

—Robert… cuidado con lo que vas a hacer—Phill me advierte

—golpéalo de una vez—Tyler se cruza de brazos—yo te apoyo—sonríe descarado

—no lo alientes—vuelve hablar Phill

No pienso seguir escuchando a ninguno de los dos. Camino sigilosamente hasta dónde están ambos, parezco un león asechando a su presa, sí… Donatello, más te vale correr.    

—deberías conocerla, te agradaría…—lo escucho a él

Viviana sonríe a la vez que niega con la cabeza

—no está en mis planes irme de Brooklyn—sonrío en mi interior

—yo te puedo llevar a Italia…

¿Qué mierda?

Carraspeo haciéndome notar. Donatello me mira de arriba abajo, inspeccionándome, como si no mereciera un poco de su tiempo. Imbécil. Ese aire de egocéntrico le brota por los poros.

—Donatello—interviene Viviana—él es Robert Watson, es profesor de literatura inglesa e historia en el Brooklyn College. Robert…—¿por qué Robert y no Rob?—él es Donatello, es ahijado de Phill, llegó por la mañana

—sí, ya veo—inspecciono a Donatello. Cabello castaño un poco largo, ojos oscuros, tiene buen porte, pero eso no le quita lo idiota

—veo que esta señorita—rodea los hombros de Viviana con sus brazos—tiene muchos amigos—sonríe

Maldita sea, ¿tanto le gusta toquetear?

—vive conmigo—digo entre dientes

Pero es como si no hubiese dicho nada. El idiota ni se inmuta. ¿Por qué sonríe tanto?

—Vivi ya me lo dijo

Mis ojos se abren de par en par y mis manos se cierran en puños. No. No lo soporto. ¿Vivi? ¿en serio? Claro, como él tiene un nombre ridículo también quiere que los demás tengan uno así.   

—¿así que Vivi?—miro a Viviana

Ella frunce el ceño pero no dice nada.

—¡ya llegué!—bien, no sé si esto será bueno o malo. Tyler aparece en escena—¡Viviana!—le sonríe pero luego quita esa sonrisa al ver al italiano—si no tienes que abrazar, cómprate un peluche ¿la sueltas?

Donatello la suelta a regañadientes

Bien hecho amigo.

—¡hola de nuevo!—la abraza efusivamente

—¡hola, Tyler!

¿De verdad? Se abrazan como si no se viesen en años. No me pondré celoso de mi amigo, pero… ¿por qué diablos Viviana se ve más feliz con otros que conmigo? A penas los ve y se emociona y cuando llego yo, solo recibo un ‘Hola, Rob’.

—Viviana, recomiéndame una buena sopa instantánea, vamos—Tyler intenta llevársela

—es que…—ella mira primero a Donatello y luego a mi 

—oh déjalos—Tyler agita su mano hacia nosotros—deja que Rob y el queso crema se hagan amigos

Miro de reojo como mi amigo se lleva a Viviana. Donatello y yo nos observamos, el uno al otro, sin decir palabra alguna, pero la tensión se nota a kilómetros.

—es una bonita mujer—dice, obviamente refiriéndose a Viviana

—lo sé—me limito a responder

—me dijo que eres un buen amigo, que le permites vivir en tu apartamento—no puedo descifrar que quiere, pero no es nada bueno.

Lo que dice, lo dice de manera sutil, como si me estuviera midiendo, como si esperara alguna acción impulsiva de parte mía.

—así es

—soy Donatello Baccani y no ando con rodeos, me interesa esa mujer

Contrólate… vamos, control…

—¿qué dijiste?

—trabajaré con ella, ya le dije a Phill que lo ayudaré en la tienda y Vivi estará conmigo así que…

—escúchame bien—lo interrumpo antes de que siga hablando estupideces—número uno, deja de llamarla Vivi, su nombre es Viviana, dos, no por ser ahijado de Phill creas que te tendré un poquito de consideración, sigue así y te juro que te partiré la cara y tres, deja ya tus aires de engreído que me están fastidiando

—vaya. Viviana no sabe aún quien eres—se nota fastidiado y molesto

—apártate de ella. Lo digo en serio

—ustedes son solo amigos—afirma—no tienes ningún derecho a exigirme nada

Si supiera… que Viviana y yo somos todo, menos amigos.

—además, Viviana trabaja aquí toda la mañana, me lo ha dicho. Desde mañana estaremos juntos y podré conquistarla, no podrá resistirse a mis encantos

—ella trabajará contigo, pero todas las noches duerme en mi cama—la boca de Donatello se abre hasta no más poder

Creo que decir eso se presta a malos entendidos, pero no me importa que el piense demás.

—Rob—he ahí mi princesa. Me giro a verla, Tyler está con ella—han llegado más clientes, debo atenderlos…—me mira a modo de disculpa

—tranquila preciosa—la hago acercarse y beso su mejilla—te esperaré, tengo tiempo—acomodo su cabello suelto y lo coloco todo hacia atrás

—pero…

—nada—la interrumpo—Tyler también vendrá—miro a mi amigo y él asiente feliz—almorzaremos los tres

—es una gran idea—da un pequeño saltito acompañado de su sonrisa. Acaricio su mejilla. Por eso me gusta, a veces puede ser tan… infantil—Donatello—oh no… no lo invites—¿me ayudas? Los clientes esperan

Éste sin decir nada y con el gesto agrio que hace hacia nosotros se va hacia el mostrador principal.

—¿qué le pasa?—Viviana se queda mirando en la dirección que se ha ido el italiano. Me mira, retándome—¿qué le dijiste?

Me encojo de hombros

—nada. De verdad.. ve, haz tu trabajo

Creo que la he convencido, se da la vuelta y desaparece entre los pequeños pasillos de la tienda.

—a mí no me vas a mentir ¿Qué le dijiste al cabrón ese?

—que Viviana duerme en mi cama todas las noches

—¡eso es!—Tyler hace un ademán con su brazo de haber ganado—dame cinco—levanta su mano.



#25995 en Novela romántica
#16194 en Otros
#2540 en Humor

En el texto hay: comediaromantica, romance, amor y humor

Editado: 05.07.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.