Sara estaba en frente de su casillero conversando con unas cuantas chicas, en realidad no me asombraba eso pues se puede decir que es muy popular y sobre todo la más hermosa del colegio. En cuanto me vio se aparto de su alrededor y me regaló una sonrisa. Me acerque y le hice un gesto de desagradó para que concluyera lo celosa que estaba al verla con alguien más. Ella solo respondió con un suspiro y una mueca muy graciosa que nos hizo reír como locas.
— Creí que no llegabas hoy— dijo un tanto disgustada.
En ese momento estaba nerviosa, no sabía cómo sería su reacción cuando escuchará la decisión que tomo mi madre, pero tenía que decírlo por más triste que fuera. — Pues como vez, si llegue. Peero no durará mucho, solo vine por mis cosas y a despedirme de ti...—me interrumpió
— ¿ Acaso es una broma?
— No!! Esto es serio. Hoy me voy con mi madre a California, ya sabes no podemos seguir viviendo asi, además creo que eso ayudará a que estemos más tranquilas y nos preocupemos menos del asunto, esto nos tiene aturdidas— dije antes de que ella pidiera razones. Ella estaba paralizada ante la noticia.
— Pero¿cómo?... no va ser lo mismo sin ti, ¿Con quién pasaré los días?— la interrumpí
— Seguiremos en contacto ¿si?. Vendré a visitarte en cuanto pueda y si quieres puedes pasar las vacaciones de verano allá. No será lo mismo, eso lo tengo más que claro pero...— sin más solté el llanto. No podía asumir esto, era demaciado para mí y más por qué la considero como una hermana, ella era la única que me entendía en todo momento y me brindaba su apoyo. Sin embargo era una oportunidad para ella, tanto tenía conmigo que hasta se estaba perdiendo su verdadera forma de vivir, perdió amigos solo porque yo no era aceptada por las demás personas, me veían y me seguirán viendo como un bicho raro: fea, tímida y muy tonta.
Ella me abrazo y al igual que yo, soltó el llanto, pero no duró mucho pues sonó el timbre para la primera clase y ambas teníamos que alejarnos— Te hecharé de menos, no será lo mismo sin ti. Mándame mensaje en cuanto llegues a tu nueva casa, dile a tu mamá que le agradezco todo lo que ha hecho por mi y cuidense mucho. Las extrañaré esté lugar sin ustedes no será lo mismo.—se limpio las lágrimas, sin más nos dijimos adiós y nos deseamos suerte.
Decidí no entrar a clases, porque lo más seguro era que mi madre tendría un coche esperando afuera, así que solo me aseguré de guardar todas mis pertenencias que estaban en el casillero, me despedí del director y salí con rumbo fijo. Ya estando en el coche mi chófer me dió la indicación de bajarme del auto para recoger la ropa que quisiera llevarme de la mejor tienda de Canadá, así lo había ordenado mi madre. Desde ese momento estaba decidida a que mi vida cambiaría por completo. En primera porque mi madre me permitiría arreglarme como lo había deseado siempre y en segunda por qué tenía que acostumbrarme a estar sin mi mejor amiga presente, y aunque no lo crean eso me destrozaba.
Después de aver realizado las compras nos dirigimos a la casa solamente para recoger a mi madre quien ya estaba en nuestra espera.
Ya estando en el aeropuerto mi mamá fue la primera en despedirse de los empleados y después subió al avión como si hubiera esperado por mucho tiempo este momento. En cambio yo tarde demaciado en despedirme, nunca me había despedido de esta manera de ellos y me hacia sentír mal.
—Alma— escuché mi nombre cuando estaba a punto de abordar. Giré la mirada y al darme cuenta de quién se trataba me quedé muy confundida.
—¿Papá?
— Hija— aclaro la garganta— solo me quiero despedir de ti— Se acercó y me dió un abrazo, algo muy raro ya que el siempre me hacía de menos.— Cuídate, cuida a tu madre y en verdad disculpame por no poder afrontar está situación de la manera correcta.— tenía un rostro tan normal, tanto que intenté adivinar si era una broma o era real.
—Lo hecho hecho está— fue lo único que pudo salir de mi boca y el me miró sonriente y lo entiendo, no soy de las que contestan por algo así.
— Ya me he encargado de que ingreses a un buen instituto y no podrás decir que no por qué ya está todo pagado;ú abuela te informara de ello.También decirte que tendrás dinero en efectivo y te estaré apoyando para que nunca te falte nada— me quedé desepcionada, de el siempre recibía dinero y más dinero, el cuál casi no aprobechaba porque prefería no presumir tanto. Realmente lo que buscaba de el era amor mucho amor, pero eso nunca era así.
— Gracias papá, aunque a decir verdad no era necesario.— dije algo sería— bueno tengo que irme y de verdad te lo agradezco— nuevamente me abrazo y me dió un beso en la frente para así concluir nuestra despedida.
Así son las cosas de la vida, recibes poco de las personas que más quieres...
Editado: 14.06.2020