Si Me Entiendes

Capítulo 7: Tras ella

Los pasos de Claire se oyen a lo lejos, perdiéndose en la oscuridad. Debe estar regresando apresuradamente a su cuarto antes de que alguien note que falta de su cama.

Me detengo por un segundo a pensar porque Claire, la mujer que afirmaba que la habitación gris está cerrada hace años, acaba de ingresar por su puerta en medio de la noche.

Por momentos algo me dice que yo soy la que está mal: como si tal vez me inventé que pasé cada día del verano en una habitación sepultada en el olvido.

¿Qué hice este verano, aparte de mirar por esa ventana los días pasar?

No lo recuerdo.

Tal vez nunca ocurrió.

Lo único que sé es que con el correr del tiempo, nada queda de la chica que solía ser.

El campaneo de la llave dentro del bolsillo de Claire desconecta mis pensamientos. Miro hacia el pasillo y me percato de algo: se dirige en una dirección contraria a su habitación. ¿Qué estará yendo a hacer a estas horas de la noche?

La pregunta retumba en mi cabeza por varios minutos hasta que decido a ir tras sus pasos. 

Su figura se mezcla con la nada misma y no alcanzo a ver con claridad. Lo único que me guía hacia ella es el sonido de la llave, dando vueltas dentro de su saco color verde ceniza.

Creo que balbucea mientras camina, pero por mucho que lo intente, no logro escuchar lo que sale de su boca.

Se oye un murmullo distante, aunque se siente como si su aliento rozara el interior de mis oídos.

Todo aquí es extraño.

Mis pies se resbalan por el piso de madera, impacientes por seguirle el ritmo.

A esta altura, hemos pasado por todas las habitaciones de las criadas de esta casa, pero Claire no ha detenido su marcha.

Pienso que eso solo puede significar una cosa: se dirige a un lugar en solitario.

-   Más despacio.

Es mi voz, retumbando en mi garganta, advirtiéndome que pause mi andar. Pero eso ya no es posible: me inquieta saber hacia dónde se dirige.

Sus piernas ligeras se detienen al final del pasillo y mi mirada hace esfuerzos por comprender que sucede. Sus ojos negros se enfocan en dirección al suelo. 

Parada desde donde está, flexiona sus piernas y se agacha sobre el frío piso de madera.

Con hábiles movimientos desplaza un trozo de madera del suelo y desliza dentro la llave que acaba de tomar de su bolsillo.

Mientras lo hace gira su cabeza por al lado de su hombro y mira hacia ambos lados: actúa como si supiera que la estoy mirando desde las sombras, a unos cuantos metros de distancia.

Algo en su mirada me causa escalofríos.

Claire está a punto de colocar la madera nuevamente en su sitio, pero repentinamente se alza en un salto y gira. Titubea unos segundos y se enfila directo hacia dónde estoy, con pasos prolijos.

Todo me lleva a pensar que me ha descubierto.

-  ¿Quién anda ahí? ¿Irene eres tú? Sabes que lo hago por Gretel.

Su voz se oye distante pero fuerte.

Estoy aquí, parada en un costado del pasillo, sin poder creer las palabras que salen de su boca. ¿Qué tiene que ver Irene en todo esto? ¿Qué se supone que hace por mí?

En este momento solo ruego que la oscuridad de la noche sea lo suficientemente negra para camuflar mi rostro.

- Puedo verte Irene, sal por favor.

Efectivamente Claire ha visto mi silueta, parada al costado de este corredor. Nunca creí que tuviera similitudes con nadie de esta casa, pero la noche sombría parece jugar a mi favor, al menos hasta que se acerque lo suficientemente a mí. Para entonces estaré en problemas.

Evalúo mis alternativas.

Podría hablar, pero entonces me descubrirá al instante. Yo, la misma que vio un muerto a través de la ventana de la habitación gris, acabo de descifrar donde se esconde la llave.  

Otra opción sería escabullirme en la habitación más cercana, pero correría el riesgo de ser avistada por otra criada, o aún peor: por la Sra. Marci. Si esto último sucede nunca más podré salir de esta casa por las noches.

El avance de las pisadas de Claire me impide pensar con claridad.

Indecisa me giro hacia las escaleras con pasos de pluma, sin girar mi cabeza hacia atrás.

Siento como la dureza de los escalones raspa mis zapatos.

Ya estoy en la plata baja de la casa y algo me dice que Claire está detrás de mí.

Me pregunto si a esta altura ya se percató que yo fui quien la vio guardar la llave bajo un trozo de madera en el pasillo.

Puedo oler su enojo en el ambiente.

Atravieso el comedor y voy hacia la puerta de la entrada, con el pulso temblándome en la mano.

No estoy segura si ahora que efectivamente se donde se guarda la llave, Claire cambiará su ubicación.

Sin detenerme entre mis pensamientos empujo la manija y la puerta se abre fácilmente.

Puedo sentir como el aire se filtra por entrada e ingresa por mi boca. Su sabor es amargo y frío.

Balanceo mi cuerpo hacia afuera, intentando salir, pero algo detiene mi marcha.

Un cuerpo macizo y robusto bloquea mi salida, parado justo en la entrada de mi casa.

La oscuridad de la noche desdibuja su rostro, pero en su mirada puedo ver peligro y me causa desconcierto.

Todo en él me hace sentir desnuda.

Podría reconocerlo desde donde sea: es el hombre del bosque.

Perturbado abre sus labios y deja salir una voz pesada:

- He venido a advertirte.  



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En el texto hay: misterio, intriga, romance adolesente

Editado: 14.08.2020

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