Si te vuelvo a encontrar...

Capítulo 10

Narra Jeilana Ríos 

 

— ¡Alex vámonos ya! — le gritaba Taylor a Alex después de mucho rato en el que se fue de nuevo a jugar

 

— ¡Ya voy Taylor! — y empezó a correr hacia nosotros 

 

Nos dirigimos a la casa después de estar como 3 horas en el parque, estoy muy agotada. Estuvimos jugando con Alex a las escondidas y acabé muy cansada

 

— Me gustó mucho que vinieras con nosotros Jeilana — me dice Alex con una sonrisa inborrable de su rostro 

 

— A mi también me gustó mucho Alex — y le di una sonrisa 

 

En poco tiempo llegamos a nuestras casa y entramos rápidamente sin antes despedirnos

 

Está todo en silencio, se supone que hoy es el día de descanso de mi madre así que subí a su habitación. La encontré dormiendo profundamente, no quise despertarla y bajé para hacerme de comer

 

La casa se escucha tan sola, es un silencio que me agobia, he incluso me da un poco de miedo, miedo de quedarme sola o no tener a nadie a mi lado aparte de mi madre que me pregunte si estoy bien o como me ha ido mi día. No tengo conocidos o incluso amigos en la ciudad así que me siento un poco... sola.

 

Me puse a preparar unas tostadas para comer cuando me llegó un mensaje de Jhon

 

Mensaje de: Jhon: Hola Jeilana, ¿cómo has estado? no he sabido nada de ti en estos días ¿crees que sea conveniente invitarte a cenar? te lo recompensaré por lo del otro día : )

 

¿Debería salir con Jhon? no quiero dejar a mi madre sola

 

Mensaje a: Jhon: He estado bien gracias, hoy descansa mi madre y me gustaría pasar tiempo con ella. ¿Qué te parece si mejor cenamos aquí en mi casa? Yo invito, soy yo la que debería disculparme por lo del otro día. ¿Aceptas?

 

Mensaje de: Jhon: ¡Bien! ¡Me parece perfecto! Solo díme en dónde vives

 

Mensaje a: Jhon: ¡Bien! Vivo al lado de tu amigo Taylor. Aquí te espero por la noche **

 

Mensaje de: Jhon: Ahí nos vemos hermosa! ; )

 

Me puse a comer cuando de pronto sentí la mano de alguien en mi hombro que me hiso que volteara rápidamente 

 

— ¡Por dios! Mamá ¡Me diste un susto terrible! — sentía mi corazón a mil 

 

— Lo siento mucho hija — y se sentó a un lado de mí — ¿Qué estás comiendo? Comes mucha comida chatarra hija, aprende a comer más sano — mi madre siempre se ha quejado de que como pura comida chatarra, en realidad para ella todo lo que yo como es comida chatarra 

 

— ¡Pero mamá! Esto no es comida chatarra, es comida normal — yo intentando justificarme 

 

— Como sea, tienes que comer más fruta y verduras. Nunca te he visto comer alguna –mi mamá siempre ha sido muy fitness, porque le gusta comer sano y hacer ejercicio 

 

— Cierto. Mamá, invité a un amigo a cenar a la casa ¿te importa? La verdad es que le debo una comida y no quise dejarte sola así que lo invite a comer a la casa —

 

— Sí, está bien hija no te preocupes. Solo hay un problema... tenemos que hacer algo de comer especial. ¡No me digas que planeaba comprar cómida rápida! ¿verdad? — ups, me descubrieron...

 

— Nooo, por supuesto que no mamá ¿cómo crees? — 

 

— Eres muy mala mintiendo Jeilana — si, lo soy 

 

— Bueno... si, lo admito, planeaba hacer eso, pero dime entonces. ¿Qué comida podemos preparar? —

 

— Una receta clásica de la abuela... ¿te parece? — me pregunta mi madre emocionada

 

— ¡Por supuesto que si! — 

 

— Bien entonces. Manos a la obra — y se paró de la mesa para empezar a sacar ollas y especias — Por cierto... ¿cómo te fue con esos chicos? — 

 

— Bien... fuimos a comernos un helado — le dije sin importancia 

 

— Me entere que son los nuevos vecinos ¿lo sabías? son unos chicos tan lindos. Desde el más chiquito al más grande ¿no te parece? — 

 

— No... no sabía que eran los nuevos vecinos, y el que me parece lindo es el chiquito, no el grande — 

 

— ¿Sabes hija? Su cara se me afigura parecida. ¿No es uno de tus ex compañeros de la escuela? — 

 

— No, no lo recuerdo — 

 

— Jeilana, sabes que no sabes mentir así que no lo hagas más ¿de acuerdo? — me dice mi madre sarcástica 

 

— Pero es la verdad, no lo recuerdo — de nuevo yo intentando justificarme 

 

— Bien, esta vez te la dejo pasar solo porque necesito que me ayudes a cocinar algunas cosas — uff me libré 

 

— Bien, ¿por dónde comienzo? — 

 

Duramos como media hora preparando la cena aunque todavía faltaba mucho para que anocheciera 

 

— Mamá, ¿no crees que es muy temprano para empezar a preparar la comida? — le pregunto a mi madre mientras ella lavaba los platos y yo los secaba

 

— Tal vez sí, pero es mejor tener la comida desde temprano, más a parte en la noche solo se calienta y ya. Apropósito... ¿quién es el chico que va a venir? — 

 

— Es un amigo que conocí hace poco, me pareció muy buena persona — le contesté a mi madre convencida para que ella sintiera eso y no me preguntara más


— Bueno... estoy ansiosa por conocer a ese chico entonces — me dijo con una mirada misteriosa y eficaz 


— Mamá, es solo un amigo, no te imagines cosas – conozco a mi madre


— No, yo no estoy diciendo nada hija, te creo — y siguió lavando los platos — ¿Como se llama hija? — hay ca do interrogatorio de mi madre


– Se llama Jhon Uley — me limité a responderle más cosas, eso es lo bueno, no me siguió preguntando

En la tarde, tuvimos una deliciosa comida y en cuanto la terminé subí a mi habitación para bañarme y arreglarme un poco.


Al salir de bañarme me puse un conjunto muy lindo que consistía en unos jeans, una camisa negra de encaje y abajo una camisa de tirantes junto con unos Convers blancos. Me peine una coleta alta y un maquillaje muy sencillo y ligero.



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En el texto hay: novela juvenil, reencuentro, odio y dolor

Editado: 30.04.2020

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