Capítulo 25 | Tan cerca pero tan lejos del peligro

Apenas llegamos a Sydney Ash pasó rápidamente a dejarme y tomar su teléfono que "accidentalmente" se había quedado en mi departamento.

―Gracias por todo, amor.― Le agradecí dándole un casto beso en los labios. Él asintió sonriendo y se despidió sacudiendo su mano.

Realmente tenía mucha prisa en llegar a su casa.

Sin embargo no fue tan necesario que se apresurara.

Su teléfono comenzó a sonar desesperadamente, como seguro lo estuvo estos días.

Él me miró antes de responder como pidiendo mi aprobación. Asentí, pues no tenía ningún impedimento, después de todo si era mi culpa.

―¿Mamá...?― titubeó nervioso. Sabía la relación que llevaba con sus padres, pero no hacía falta ser un genio para saber que se trataría de ella o su padre.

Decidí quedarme en el pasillo cerca de él, temía por lo que le dirían.

¿Y si sus padres saben todo? Lo nuestro se terminaría.

No demoró mucho hablando, pues apenas colgó sus padres venían corriendo hacía él. Sólo los había visto una vez, pero los reconocía.

Eso me desconcertó mucho... ¿Qué hacían ellos ahí?

―¡Ash, Ashton! ¡Hijo!― Su madre fue la primera en abrazarlo como si le hubieran dicho una terrible noticia pero que no había sido cierta.

Él correspondió el abrazo torpemente, mirándome confundido. Tal vez ni él sabía que ocurría. Su padre sólo me miraba con desprecio, como si yo fuese la culpable o peor aún como si fuera una asesina.

Algo deben saber...

En parte era mi culpa, pero no le haría ningún daño, ahora es mi novio... Y antes era mi amigo, pero aún así, yo no dañaría a ningún ser humano.

―¿Dónde te tuvieron? ¿Te hicieron algo, mi niño?― Ella preguntó mientras lo inspeccionaba de arriba a abajo, acariciando su rostro.

Ash y yo fruncimos el ceño ante sus palabras. Sabía que yo lo había "secuestrado", pero no le hice nada, él ni siquiera sabe que fue un secuestro.

―Mamá... Mamá...― La tranquilizó. Su padre la separó de él al ver nuestros rostros. ―No me pasó nada, ¿De qué hablas? Estoy bien... Sólo estuve en casa de ella, de Sam...— Me tomó del brazo para abrazarme por la detrás.

Su madre me miró mal. Al igual que su padre, pero aún peor, como si él supiera lo que realmente pasó.

―Ashy...― Lo tomo del brazo, separandolo de mí. ―Estos días...― Se quebró y no pudo seguir hablando.

―Nos dijeron que estabas... Secuestrado.― Su padre lo dijo de forma neutra, tal vez porque ya había pasado y su hijo estaba bien.

Él frunció el ceño a más no poder, obviamente a él ni siquiera se le cruzó por la mente esa opción.

―No... Sólo estuve en casa de ella― sonrió.―–Sólo no pude volver a casa para avisar y mi teléfono se había quedado aquí.― Señaló con la cabeza la puerta de mi departamento. ―¿Les pidieron dinero?― agregó asustado.

Su madre negó rápidamente.

―Sólo nos dijeron eso y que te matarían.― Sus lágrimas se acumularon en sus ojos.

―¡¿Y no había más teléfonos?!— Su padre preguntó irónicamente, pero más como una queja. Ash hizo una mueca con la boca. Y es que era simple lógica, pero tal vez Ash realmente confiaba en mí ciegamente que se creyó todo. O quizás él mismo quería olvidarse de que sus padres jamás estaban con él estos días... 

―Él de ella se descompuso y... No había teléfono en su casa, ni nada.― Se encogió de hombros como si nada. Parecía normal para él, ahora miles de formas de comunicarte con alguien, pero tal vez él no se preocupó realmente por eso.

―Pues no creo que la señorita viva en medio de la nada...― susurró su padre, pero lo escuché. No dije nada, no tenía ningún argumento realmente válido, y ellos sólo se dirigían a su hijo.

―¿Dijiste algo, papá?― rio leve, ignorando eso. ―De igual forma, ya no soy un niño, puedo irme donde yo quiera... Simplemente se me pasó, me la pase muy bien con ella... Y ustedes, nunca están en casa.― Se acercó a ellos, dejándome en mi lugar a mí.

―Tenemos mucho trabajo.― Su mamá dijo nerviosa, tal vez era cierto, pero entendía a Ash, él siempre estaba solo en casa, sólo volvían cuando le pasaba algo grave y recordaban que tenían un hijo.

―Bien, pues yo tengo cosas que hacer fuera de casa...― Se giró hacia a mí y estiró su mano, esperando que la tomara, lo cual hice rápidamente, estaba bastante nerviosa y eso me tranquilizaría. ―Ella es Sam... Mi novia― sonreí lo más amable que pude, pues no habíamos tenido una buena primera impresión.

―Oh... Mucho gusto.― Primero ella me estrechó la mano, había cambiado su expresión, seguramente pensando en lo que pensaría de ella. Su esposo no dijo nada, pero imitó la acción de ella con más desagrado.

Claramente no le agradaba a él.

El ambiente se puso tenso, ninguno dijo más, después de todo "el secuestro de Ashton" había sido una farsa y él ahora se encontraba bien.

Las puertas del ascensor se abrió, dejándonos ver a Luke y Michael en la puerta.

¿Qué demonios hacían ellos aquí?

Todos fijamos nuestra vista en ellos. Realmente mi mente no encontraba una explicación lógica para que ellos estuvieran ahí; Calum regresaba un día antes del último día del año y yo... Se suponía que también o poco antes.

Ellos se quedaron pasmados ahí dentro mirándose el uno al otro sin entender nada.

―¿Qué hacen aquí?― me atreví a preguntar y ambos salieron rápido antes de que las puertas del elevador se cerrarán de nuevo.

―Yo... Nosotros veníamos a...― Mike balbuceo, parecía muy nervioso, así que Luke le puso su mano en la boca para que callara.

―¿Sam? No pensé que volverías tan pronto, pero... Vimos el auto de Ash aquí abajo y veníamos pasando por aquí y veníamos a desearles una feliz navidad.― Se encogió de hombros. Michael asintió.

―No tenemos mucho que hacer estos días... Su padre siempre está de viaje y bueno, yo me aburro en casa solo.― Mike completó. Si lo que había dicho Luke no parecía creíble, esto te convencía, además Luke nunca tocaba el tema de su familia... Que Michael lo mencionara, es porque debería ser cierto.