Siempre fuiste tú

Capítulo IV

25 de junio 2010

Marco

Estoy hecho mierda, la lastime, la destrocé. Eso me duele, al igual que no hay forma de comunicarme con ella, cuando la busque por todos lados, me lleve un piñazo de Evan, el padre de Ali me mira para matarme, mi hermana me puteo hasta en chino amenazándome de muerte por clular, mi otra hermana que esta de novia con el padre de Ali a penas me escucho y bueno la madre de Ali creo que me ve y me asesina literalmente, por eso no he ido a su casa, se que ella esta allí, la seguí cuando Evan la llevo sin que ella me viera.

Rosario estaba conmigo en la oficina del restaurante, si bien no se aún que me pasa, ella esta acompañándome, a pesar de que le rompí el corazón cuando la deje el día de nuestro casamiento.

- Marco, tienes que estar tranquilo, se por lo que esta pasando Alaia, yo pase por lo mismo cuando ustedes se fueron juntos, eso sumado a la vergüenza pública que sentía, pero lo supere y ella lo hará también. Además tiene que aceptar que nos amamos. -Acaricia mi rostro y me da un beso suave en los labios. - Mi único miedo es que se quiera vengar quitándote todo mi amor. - La miro - Nosotros habíamos firmado un contrato prenupcial, pero ustedes no lo hicieron, quizás ella te quiera quitar el restaurante para vengarse.

- Si quisiera dinero me hubiera llevado todas las joyas y vendido, no soy de esa clase como otras personas. - Miro sorprendido hacía la puerta de mi oficina. Ali estaba allí, se la veía seria. - Siento interrumpir, solo vine a hablar contigo Marco,

- Ali, yo no pude pedirte disculpas el otro día, a pesar de todo yo… - la interrumpe

- No te gastes conmigo Rosario, hazlo con quien si te cree. - Me miro a mí.- ¿Podemos hablar? - Me pregunta.

-Claro que si – respondo enseguida, sin dudas al ver la hora veo que viene del hospital, además esta con ropa deportiva que por lo general utiliza cuando tiene su turno.

- A solas – Me dice al ver que Rosario no se va, me mira tristeza

- Entendí, me voy. Pero si quieres que este a tu lado mi amor, me quedo – Me asegura con una sonrisa triste, veo a Ali, se que ese “ mi amor” le dolió.

- Tengo que hablar con Ali a solas, gracias. - Le digo tan solo, ella iba a besarme, pero yo deje un beso en su mejilla. Ella suspira y sale de allí, miro a Ali. - ¿Quieres sentarte? - Ella asiente y nos sentamos uno frente a otro, la miro, sin dudas siento algo fuerte por ella, el tenerla tan cerca me provoca querer tenerla entre mis brazos y no soltarla nunca más. - Ali, yo…

- Marco, - me interrumpe- Nosotros ya hablamos, ya esta, a lo único que vine fue a avisarte que el lunes presentaré la demanda de divorcio. - La miré sorprendido. - Tranquilo, no pedí nada, no quiero nada de ti, lo único que siempre quise, nunca lo tendré, nunca me vas a amar y no te puedo obligar a hacerlo.

-Ali, creo que tenemos que hablar antes de llegar a esa instancia, podemos hacer terapia, algo. -Dije con urgencia.

- ¿Para qué? Hacer terapia no nos va a servir de nada, Marco tu debes entender que lo más sano para los dos es el divorcio, ¿De qué nos sirve seguir casados? Será solo lastimarnos. -Se escucha segura y eso me da más miedo aún.

- Ali, se que no creerás nada de lo que te digo, pero te amo, si es idiota que lo diga después de lo que te hice, pero te amo, no amas tu sola, yo también lo hago. - Me levanto, me acerco a ella, me siento en el escritorio, acaricio su rostro. - Te amo y te juro que nunca más te voy a lastimar en mi vida, quiero llegar a casa y que me estés esperando, aunque te diga que no y tu mueras de sueño, escaparnos a un picnic de vez en cuando. - Sonrió

-Marco, tu fuiste claro, tu dijiste que me engañaste porque yo no te entendía, y creo que tienes razón. - La miro sorprendido. - Yo no soy ni seré jamás tu tipo de mujer, me gusta ganarme todo lo que tengo, desde pequeña lo hago, amo mi profesión, tengo mis tiempos, no me veo madre ahora apunto de terminar una carrera, comenzando mi vida profesional, viajando. Y dime egoísta, pero no quiero dejar eso, no quiero sentirme frustrada como se sintió mi mamá años por dedicarse a nosotros. No tengo la culpa de que me engañaras, eso ya es tu tema y tu falta de huevos de no hablarme de frente, soy culpable de no entender que no somos el uno para el otro, nada más. - Una lágrima escapa por su mejilla. Yo la miro, se veía tan frágil y es muy fuerte.

-Ali, si alguien es culpable soy yo por ser un idiota, por eso te pido de una vez más. -Pedí de nuevo

-No, porque darte una oportunidad, sería un infierno, ya no confió en ti, además seamos sinceros, Rosario acaba de irse de acá, no la vas a dejar jamás y yo en el amor soy una egoísta, quiero alguien que me ame a mi, no quiero compartir ese amor. - Suspira – Solo te pido el divorcio, que no te opongas a él, quiero que sea de común acuerdo, así será más rápido.

- Ali, tienes razón en algunas cosas, pero no me quiero divorciar. -Me acerco a su rostro, quiero besarla, pero ella se aparta de mí y se para.

- No Marco, los besos no solucionan nada, la herida esta hecha y ponerle una curita y hacer como que ya cicatrizó no va conmigo. - Abre la puerta. - Piénsalo y veras que es la mejor opción. - Se va , me deja pensando y con un dolor en el alma, la perdí, aunque no quería siento que la perdí, las lágrimas caen de mis ojos, siento que la perdí para siempre.

***

Bastian

Luego de pensarlo, decidí aceptar e irme a África, estaría comunicado con Emanuel y si algo pasaba me iría, eso le voy a advertir al decano.

- Si te soy sincero me gustaría ir también, observar el comportamiento de esas personas en el contexto que viven. Sería una interesante investigación. - Decía Alex. - Pero estoy tapado de trabajo, no lo descarto para el futuro.

- Es una realidad dura de seguro, solo espero poder ayudar y que la gente que vaya conmigo sea eficaz.

- Veras que si.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.