20 de septiembre
Alaia
-De verdad me alegra que aceptaras esta oportunidad – Me sonríe mientras caminamos hacía el avión – Es duro si, no te voy a negar eso, pero es una gran experiencia, veras una realidad totalmente distinta, aprenderás que no necesitas aparatos a veces para saber lo que sucede.
-Cristóbal, eso no quita que estará en una zona de peligro. - Asegura mamá – Aún no entiendo porque no querías que yo viniera – Me mira – Tú padre y hermano entendible, se pondrían a hacer un drama.
-Porque no quería escuchar veinte vez lo que me vienes diciendo hace días – Sincera. - “Alaia, creo que no es confiable la fundación” “¿Si cae una bomba dónde estas y te mata?” - Le recuerdo solo algunas
-Soy realista – Se defiende.
-Y un poco exagerada amor – Sonríe Cris y ella lo mira mal – Ella estará bien, este viaje le hará bien y es lo importante
Ella solo suspira, estoy por subir al avión, cuando veo desde lejos a marco, suspiro
-Ahora lamento que tu hermano no viniera – La miro -Es real lo mata, hago pasar por loco a tu hermano, lo que no será díficil y listo, solo estará seis meses en un psiquiátrico.
-Mamá de verdad, exageras a veces -Sonrío – Iré a ver a que vino.
-¿Segura? -Me pregunta Cris-Asiento- Bien, nosotros te esperaremos aquí-Asiento
Vuelvo a suspirar y camino hacía donde esta.
-Aún no creo que en verdad te iras – Me dice
-Lo haré, iré hacía lo que mi destino me deparé – Sonrió.
-Me dejas solo
-No, tú sabes que no. - Lo miro – Queda Rosario, la persona que amas y en dos o tres días llegará Mía, así que no estás solo
-Pero sin ir y eso para mí es estar solo – Lo miro -Se lo que hablos, pero eso no evita que te extrañe y que aunque no me creas, te americanos-Marco, esto es lo que tenía que haber pasado hace un tiempo, es lo mejor, ya te lo dije, no merezco estar con alguien que no me ame como yo lo hago y tu no mereces estar con alguien que no amas con todo tu corazón.
Se acerca, me abraza fuerte y deja un beso en mi mejilla, yo sonrío y me voy hacía el avión. Me despido de mamá y Cris, subo, primero me siento en el medio, pero veo que Amber y su esposo necesitan más lugar y se los doy, lo que lleva a sentarme adelante y con el insufrible de mi jefe, un amargado insoportable y así se lo hago saber cuando se ríe de mis miedos.
21 de septiembre
Después de casi un día de viaje contando la escala en Madrid, llegamos a las 16 horas horario de Kenia, 10:00 AM horario uruguayo, a la hermosa ciudad de Nairobi. Me despido de Amber y su esposo que van a un campamento cristiano que quedaba a una hora de donde iremos nosotros, pero a ellos los fue a buscar su comunidad religiosa.
Dadaad que es el destino al que vamos, queda a siete horas, por lo cual para no llegar a una hora peligrosa, quedamos en un hotel, al llegar a la habitación me comunico con mamá y paso mensajes avisando que ya estaba en Kenia, que mañana temprano llegaría a mi destino.
Pude dormir unas horas, me di una ducha ligera, me puse ropa cómoda, tome todas mis cosas y baje a desayunar. Al abrirse el ascensor suspiro.
-Eso que me fije en no apoyar el pie izquierdo al levantarme – Le digo
-Primero, es correcto decir buen día, aunque las niñas mimadas como tú, solo saben gastar dinero -Sonríe- Es raro que ya estés levantada, creí que tendría que echarte agua helada para levantarte
- Ok, buen día señor amargado y engreído que habla de las personas sin conocerlas – Entre al ascensor con mis dos valijas, mi mochila de viaje y mi cartera. Se cierra el ascensor
- Te estas ganando a pulso las primeras 48 horas de guardia -Me dice, le sonrío – Sonríes ahora, cuando estes en ellas lloraras
-Quisieras -Aseguro, me mira confundido – No tengo problemas, si quieres ponme 72 horas, si algo me gusta es trabajar, además así tendré más tiempo para conocer a las personas – No lo escucho contestar, porque se abre la puerta y salgo, para desayunar algo ligero.
Por suerte en el viaje de siete horas no tuve que ir al lado del amargado, Luisa es tímida y nuca había hablado mucho con ella, ya que con Mía siempre chocaron, en realidad Mía con ella, porque nunca vi que Luisa la provocará o algo. Abdul, quien conducía, se sorprendió que hablará el suajili, contó que las personas suelen hablar en francés o en ingles. A llegar al ugar se veía la precariedad del mismo, las casitas estaban construidas con ramas o con barro, se podía ver a la mayorías descalzos y claramente no tenía ni que usar la pulsera, para saber que había desnutrición, Las personas nos miraban y para mi esas miradas estaban cargadas de angustia, miedo y desconfianza.
-Es un poco peor que las fotos – Me comenta Luisa mientras bajamos de la camioneta.
-Si – Coincido – Y eso que estamos en el campamento médico, cuando estemos de visita en los otros será peor – Suspire
-¡Alaia! - Sentí esa voz y sonreí, cuando sentí el clásico ruido de tacones y unos brazos abrazándome, mi rubia que tanto extrañe – No te dejaré aquí es horrible – Asegura – Tengo todo planeado te iras conmigo, recorreremos Europa para que yo pueda limpiar mis poros, iremos a cada discoteca que allá y estarás con los que quieras, le enviaremos fotos a mi hermano y sufrirá. - Mía siendo Mía, río, ella me deja de abrazar y me mira
-Extrañaba tu locura – Sincera- Pero no me voy a ir Mía, recién llegue y siento que el destino me quiere aquí los próximos dos años.
-¿QUÉ? - Grita, todos nos miran - ¿Estás loca? No aguantaras un mes acá es horrible, rompí diez tacones, me llene de tierra los poros, sin contar que el sol casi me calcina, no hay agua embotellada, ni comida de cinco estrellas.
-Mía, estás en un campo de refugiados, obvio no vas a tener comodidades, no viene por eso, vine a ayudar.
-Si, se eso, pero igual es un horror estar acá, además me caso en un año, máximo un año y medio para quedar purificada-Se hace aire con las manos- Serás mi dama de honor