26 de octubre
Alaia
Un mes en este lugar, duro si, más con el brote de sarampión que ahora estamos tratando con los últimos casos. Motivo por el cual no he visitado a Amber y solo he hablado con ella por celular.
Ali, sabes muy bien que yo no tengo nada que ver con las publicaciones de Mía- preocupado mi hermanito
Lo sé Evan, se que ella sube publicaciones con Rosario para lastimarme – Me dolía si, no voy a negar eso – Ella esta enojada porque no hice lo que ella deseaba y quiere venganza
-Te juro que cuando se pone como niña de cinco años, siento que debería dejarla. -Suspira
No hagas eso por mí, Mía es así desde que la conocemos y así te enamoraste de ella.
-Si, pero eso no quita que a veces me gustaría que fuera más centrada y no tan caprichosa – Vuelve a suspirar. - ¿Cómo está todo ahí? Me sigue dando miedo que estés en una zona de conflicto
El brote de sarampión esta controlado, en unos días iré a visitar a Amber y Luisa me acompañará – Le conté.
-Me agrada que hicieras amigas, aunque para ti siempre es fácil hacerlo – Sonríe
No tanto, pero no voy a negar que estoy construyendo una linda amistad con ambas – Segura – Espero presentarte a ambas y al esposo de Amber, estoy segura que se llevarán bien.
Seguramente – Vuelve a sonreír - ¿Y con tu jefe? - Ríe
Creo que hace 6 horas que no discutimos, aunque hace 5 que no me cruzo con él, así que no se si es un avance – Sonrío. - Pero a pesar de que discutimos bastante, nos entendemos y podemos trabajar juntos, no voy a negar eso. Es un excelente profesional
Yo creo que esa debería ser otra buena razón para volver. - Suspiro – Ok, entendí, pero debía intentarlo – Me hace reír de nuevo- Te dejo que debo hacer que trabajo, o papá me va a echar.
Ve te llamo mañana como siempre.
Corto la llamada con mi hermano
Miro la hora, me quería duchar pero será cuando vuelva de hacer el relevo médico por los demás campamentos, son 7:30 y si bien salimos a las 8:00 aún no desayune nada y debo ir a la sala médica que tenemos aquí por mi maletín médico, sin contar que faltan 5 minutos para que corten el agua de ducha hasta el mediodía. Lo bueno es que me duche antes de dormir.
-Ali, espero no interrumpirte – Luisa entrando a nuestro cuarto o pequeño hogar como le decimos nosotras. - Pero debemos desayunar, salimos en un rato
-Tranqui, ya termine de hablar con mi hermano y mi padre no me dirije la alabra porque le dije que no estaré para el nacimiento de mi hermana, no entiende que no puedo irme, aquí necesitan toda la ayuda posible – Eso me tenía triste, pero quería seguir aquí, me sentía útil.
- Te entiendo, me pasa igual, extrañamente siento que puedo ayudar a mejorar la realidad de estas personas, más que cualquier cosa que pueda hacer en nuestro país. Pero yo en unos meses viajaré por mi mamá, necesito asegurarme que este bien en la clínica para Alzheimer que la deje, ese psiquiatra no me gusto, supuso que era una “Niña rica” que se “deshacía de su problema” Solo supuso ni pregunto – Suena enojada
-Nuestro jefe igual, cree hasta ahora que soy una “Niña de papá” él no tiene idea que tengo una beca y que mis padres hasta ahora insisten en pagarme mis cosas y siempre me rehusó. - Es la realidad, desde que tienen el dinero para hacerlo, siempre quisieron.
-Si te soy sincera, creía que tú familia era tan rica como la de Mía – Sincera – Ya que todas las amigas de ella tienen dinero.
-Mi padre heredo la casa, que me críe y que aún vive, de su abuela y fue realizando inversiones, que lo hicieron tener dinero. Mi madre cuando empezó a trabajar de abogada empezó a tener dinero, ella es muy bueno en lo suyo. No tienen la cantidad de dinero de Camilo el padre de Mía pero tienen lo suyo. - Suspiro- Sus amigas nunca me aceptaron de todo, slo me hablaban porque Mía casi se lo exigía, pero nuca me cayeron del todo bien. -Sincera- Yo trabaje medio tiempo desde los 15, cuando entre a la facultad aún lo hacía, porque inverti el fideicomiso que me dejo mi abuelo, obtuve la bca para estudiar, mi padre se enojo porque el quería pagarme mi carrera, por eso siempre depositaba dinero en mi cuenta y no quería que trabajará. Mamá me entendía, pero quería que solo me enfocará en lo que me gusta, así que apoyo a papá, aunque en secreto seguí trabajando.
- Yo entre por beca también a la facultad y trabajaba en mis tiempos libres, mamá como sabes tiene Alzheimer y me tuve que hacer cargo de todo, por suerte mi tía me ayuda y para poder venir, me ayudaron a que mamá entrará a una clínica prestigiosa. Si bien mi abuela paterna dejo algo de dinero, prefiero con eso pagar algún gasto extra que tenga con la enfermedad de mamá - Me cuenta
- Desde ya te digo que cuentas conmigo para lo que necesites. - Tomo su mano- Si necesitas que te ayude en lo que sea lo haré con gusto
- Gracias – Me sonríe- Yo también estoy para ti.
En eso sentimos que nos llaman, salimos r´pido, yo voy por mi maletín, me iba a ir sin comer, pero Jia una de las mujeres del refugio, me dio una fruta y me dijo que debía cuidarme y comer, sonreí le di un beso y le agradezco, ella queda sorprendida y luego me devuelve la sonrisa.
-Tarde – Me dice cuando llego comiendo mi rica manzana.-
- Lo siento señor dictador, pero me dieron esta manzana para que desayunará y agradecí el gesto – Le sonrío
– Aunque se que ya le gusta pelearme, por eso no dire nada, solo en marcha – Me subo a la camioneta, ya la mayoría había salido, así que me tocaría con él
-Juro que un día te haré un sumario – Se sube del lado del piloto- Y tratame de usted, me haces sentir viejo, eres la única que me trata de usted, me haces sentir viejo
-Solo respeto a mis mayores – Río ante su mirada, mientras nos ponemos en marcha, si soy sincera, me gusta mucho fastidiarlo, es mi nuevo hobby favorito.