Siempre Mia

SINOPSIS

Madrid, España, 12 de diciembre de 2018…

 

 

 

 

Estaba detrás del latir de un corazón humano- Un frenético y aterrado corazón que me estaba volviendo loco- El hombre me divertía mucho, creía que dentro de este espeso bosque yo perdería su rastro- Que ingenuo- Di un gran salto poniéndome delante de este, sus ojos me miraron con un estremecedor miedo, retrocedió un paso, el mismo que yo avance hacia el, entonces dio un paso más hacia atrás y en el trayecto tropezó con una rama sobresaliente de la tierra cayendo al suelo, jadeo. Me acerque al tipo y este como todo un gusano se alejó de mi arrastrándose en la tierra, hasta que topo con el tronco de un árbol, miro hacia atrás y luego giro a verme, ladee la cabeza y le devolví la mirada complacido- Sin más juegos- Me acerque al hombre a mi velocidad poniéndome justo a su lado, este grito e intentó escapar, pero rápidamente pise su rodilla con mi pie partiéndole el hueso a la mitad causando así que de su garganta saliera otro grito, más desgarrador y doloroso.

Tocó su pierna viendo los daños que le había causado y luego voló la mirada hacia mí, le sonreí ampliamente al ver en sus ojos temerosos lo que siempre buscaba- Sabía que iba a morir- Estos eran sus últimos momentos y en lo único que pensaba es en la porquería de droga que ya no podría meterse al cuerpo.

 

 

Hice una mueca de asco, lo tome del mentón bruscamente y gire su rostro para tener accesibilidad a su cuello, las venas en su piel se notaban de sobremanera y gracias a la adrenalina, su sangre corría con más fuerza por estas. Sonreí por última vez, desenfunde mis colmillos y me fui directo a su yugular, sentí como el tipo gritaba de dolor una vez más cuando mis colmillos atravesaron su piel, aferro sus asquerosas manos a mi brazo con la intención de detenerme, pero estaba claro que no iba a poder… Me engullí más en su cuello saboreando cada milímetro de su sangre, perdiendo el control, dejándome llevar, hasta que ya su agarre en mi brazo comenzó hacerse débil y su corazón comenzó a latir cada vez más despacio.

Hundí mis colmillos con más profundidad en su yugular, desgarrándole el cuello, solo entonces sus manos soltaron mi brazo y su corazón dejo de latir- Cuando bebí la última gota de su sangre, lo solté- Su cabeza quedo apoyada en la pared del tronco del árbol mirando en mi dirección, sus ojos estaban abiertos observándome fijamente y entonces pude apreciar como el brillo se iba apagando en ellos, es brillo tan peculiar que poseen los humanos, eso es algo que siempre me llamó la atención porque nosotros no lo poseemos… El brillo de la vida por fin se había apagado.



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En el texto hay: vampiros, dracula, amor

Editado: 16.12.2018

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