Capítulo 15
¡¿Cuál es su problema?! No puede decir simplemente: gracias Scarlet, fuiste muy inteligente y nos salvaste. No el señorito decide enojarse y encerrarse en su cuarto como un niño haciendo rabietas.
Cuando Harry salió del coche todos se pusieron tensos, sé que varios de los chicos me apoyan pero Harry es el jefe y al final es el que toma las decisiones del equipo. Es nuestro salvavidas y más el mío (debo decir, aunque no lo aceptaré en voz alta en este momento), pero en algún momento debe de entender que yo no soy una chica indefensa a la que deba proteger.
Sé en qué me metí y la verdad es que ¡Me importa un bledo! Porque lo único que me importa es estar a su lado, pero juntos, como un equipo. No podrá apartarme por más tiempo.
Hablar con Harry no había sido tan fácil como lo tenía planeado, me tarde tres horas para que decidiera abrirme. No sé qué fue lo que más miedo me dio, lo fría y cortante que era su voz o la decepción y el coraje que reflejaban sus ojos, por primera vez pude ver en sus ojos reflejado lo que es capaz de hacer... Tal vez incluso matar, nunca me he planteado la idea de que sea un asesino... Pero Harry es la clase de chico que hace todo por conseguir lo que quiere.
-¿Qué quieres Scarlet? Ya tengo suficiente de tí por este día, estoy cansado de tus trucos.
-Mis trucos es la única forma de mostrarte que no soy la damisela en peligro que crees, no soy una chica indefensa.
-¡Maldita sea, Scarlet! Yo nunca he pensado que lo seas, eso nunca ha cruzado por mi cabeza, ni siquiera un pinche segundo.
-Ah.... ¿No?
-No, no, no... ¡Carajo! ese no es mi problema. Nunca he pensado que seas débil o que no seas valiente, sé que lo eres. Mi problema es que no eres inmune a la muerte. Eres demasiado terca y actúas por tu cuenta, pero no te das cuenta de que hacer eso es sentenciarte. Sí, hoy nos ayudaste, pero eso no significa que lo puedas hacer siempre. Yo lo único que necesito es que estés a salvo.
- No necesito mantenerme a salvo, no soy una cobarde, si lo sabes entonces acepta que no viviré mi vida escondiéndome, tengo cosas por las que luchar ¡Deja tu puta necesidad de querer ser mi salvavidas!
- ¡Es que ese es el puto problema! Yo no busco ser tu salvavidas, no lo entiendes ¡Tú eres mi salvavidas! Y sé que es un poco egoísta pero es que si tu corazón deja de latir, el mío también morirá. Tú eres lo más importante en mi vida, un vida que pusiste de cabeza cuando llegaste, pero que me hizo sonreír de nuevo - se dejó caer a mi pies, abrazándome con su cabeza recargada en mi estómago- No lo entiendes. Todo lo que me importó alguna vez me fue arrebatado de una de las peores maneras, la primera vez me destruyó tanto que solo hasta que tu llegaste volví a sentir paz -empezó a llorar, sin apartarse de mi- si me lo arrebatan por segunda vez ya no tendré la fuerza suficiente como para seguir, yo moriré, porque no soportaría estar en un mundo en el que no estés tú.
Yo no tenía palabras.
Así que deje que mi corazón se encargará, me senté para estar a la misma altura, lo abrase mientras repartía besos por toda su cara generosamente hasta que paro de llorar. Un vez calmado lo convencí de que fuéramos a la cama, nos acostamos abrazados. Las palabras comenzaron a salir de mi boca.
-Sé que tienes miedo, yo también lo tengo, pero la razón por la que tú quieres que me aleje de las misiones es la misma que yo tengo para quedarme a tú lado en ellas. No sabes la tortura que es verte partir al peligro sin tener una idea de si vas a volver. Así que sí está en mis manos ayudarte aunque sea un poco a que vengas a mí cada día lo voy a hacer, porque estamos juntos y no hay dios que pueda hacer algo en contra de los dos.
-Somos tú y yo, siempre.-dijo mientras se pegaba más mí.
-Siempre.
Le sobe la cabeza y le tararee una canción de cuna hasta que se quedó dormido.
Harry dormido se volvía 10 años más joven, parecía como si por un breve momento todo el mal en este mundo se fuera y lo dejara tranquilo, me gustaría poder curar todas las heridas mientras duerme, para que cuando despertara solo nos preocupáramos por no dejar un espacio entre nuestros cuerpos.
Solo en este momento, cuando lo veo dormir, me doy cuenta que él se ha vuelto una parte de mí. Es como si no fuéramos dos personas sino más bien una que funciona en perfecta sincronía, con cada latir del corazón.
Es solo hasta entonces que toda la fuerza de la verdad cae en mí como si cargara al mundo, yo no puedo vivir sin él, así como él no puede vivir sin mí. Y me prometo que nada, ni nadie podrá separarnos, porque él me pertenece y yo le pertenezco. Porque estamos unidos de por vida.
Editado: 04.01.2021