— ¿Y tengo el trabajo? —Pregunto Mía impaciente a la Señora y el Señor Sullivan.
Miraron una última vez más el currículum de Mía y levantaron la mirada hacia ella.
— Por lo que veo tenés unas muy buenas referencias, así que.... Si estás contratada.
Una sonrisa gigante apareció en el rostro de Mía.
Estaba feliz de que obtuvo el trabajo.
— Muchas gracias.
— No hay que agradecer, empezas mañana.