Capítulo 1

Alexandra

Hace un mes que llevo viviendo en España junto a Judith, David y su familia —aún me causa dolor cuando recuerdo las mentiras y la traición de Noé —no sé cuánto tiempo deba pasar para que mi dolor sane —mis padres nunca llegaron a saber la relación que tenía con Noé y fue lo más prudente que hice —Judith y yo tenemos el corazón roto por esos dos idiotas, que lo único que hicieron fue causarnos dolor y pisotear cuantas veces quisieron nuestro corazón —perdí el apetito y con ellos unos cuantos kilos, solo quería llorar, sentía que me faltaba el aire en ocasiones por el dolor agonizante que sentía en mi corazón —mi pobre amigo David hacía de todo para que ambas sonriéramos pero no había nada que pudiera curar dos corazones rotos y para ello solo el tiempo era el más prudente —Judith sufriendo por el idiota de Fernando a quien había encontrado teniendo relaciones sexuales con otra mujer en su consultorio el día que pretendía darle la noticia que serían padres, pero es algo que ya no ocurrirá, Judith se niega rotundamente a contarle sobre su embarazo a Fernando y aquello será su castigo. En cuanto a mi siento que subirme a ese avión y venir a vivir con David a España fue la mejor decisión que tome, aunque esto me doliera a morir, no podía estar al lado de un hombre que me mintió y traiciono cuantas veces quiso —Noé sería padre nuevamente con la mujer que un día dijo no tener nada, una ex esposa que nunca me dejo en paz, Noé nunca me dio el lugar que me correspondía —cuan estúpida fui —me decía mentalmente —que derecho tenía yo en dejar a un bebé sin sus padre, Noé no tuvo los huevos para contarme sobre su paternidad y seguro pensaba ocultármelo y seguir con las dos a la misma vez, pero yo no quería eso para mi vida, no me lo merecía.

Recuerdo que la mamá de David decía que me veía diferente pero que aún no podía decir que era ese diferente en mi ser, solo atinaba a sonreír tímidamente —aquel día decidí acompañar a David a una de sus tantas visitas a los médicos para hacerse algunos tratamientos y ver el progreso de su enfermedad —según los últimos resultados se tenía un tiempo de vida de casi dos años, sin embargo si seguía sus tratamientos tenía la posibilidad de vivir muchos años más —mi corazón dolía cada que escuchaba esos comentarios —no podía aceptar que David, un chico lleno de vida, energía y sobre todo joven tuviese tan cruel destino —aleje todo pensamiento de Noé de mi vida y me centre en David, debía ser su suporte, su ayuda y su compañera en estos años que le quedaban de vida —esa fue una promesa que me hice a mí misma.

Ya son 3 meses en España y nos sentimos emocionalmente más estables y tranquilas, Ju lleva cinco meses de terrible embarazo el pequeño o pequeña le está dando lucha a su madre, los síntomas del embarazo sí que son fuertes y feos, pero algo se me vino a la mente en ese momento —hace 3 meses que no me viene el periodo —¡Dios! —grite —haciendo que Judith gire la cabeza y me mire asombrada.

—¿Qué paso? —escucho preguntar a Judith.

—No me viene el periodo hace tres meses —dije con mis ojos desorbitados, ya que esto solo significaba una cosa y no me está agradando para nada.

—Vayamos al hospital —posiblemente estas…

—Ni lo digas —grite, interrumpiendo lo que quería decir.

Al día siguiente acompañamos a David al hospital —aproveche y me fui a sacar una prueba de embarazo y el resultado fue lo que temía —sentí mi mundo ponerse patas arriba —como era posible que estuviera embarazada —bueno si era posible la última noche que estuve con Noé si tuvo consecuencias —salí de la consulta y camine como zombi por el pasillo que me conducía a donde estaba David y Judith.

—Sentí las manos de Judith tomarme de los hombros —cuéntame.

—No es obvio —dije algo desganada, no sabía si ser feliz o simplemente indiferente —no quería ser madre, aún no estaba en mis planes, pero esto era el resultado de mi irresponsabilidad.

—Felicidades amiga, ser madre siempre será una bendición —mi bebé tendrá un primito o primita —grito una Judith eufórica mientras me abrazaba y yo solo atine a corresponder su gesto.

—¿Vas a ser madre? —escuche la pregunta detrás nuestro. Era David quien había escuchado la noticia que ni yo misma sabia como tomarlo.

—David —yo… yo…

—Felicidades mi Ale hermosa —no es necesario que digas nada ahora —vayamos a casa, mis padres vinieron a recogernos. Me sentí apenada, aunque David mi felicito pude ver en su mirada una chispa de tristeza —yo me sentí mal en ese momento —¿porque no pude enamorarme de David? —me martirizaba con esa pregunta en mi cabeza.

—Caminamos, Judith iba delante nuestro —era la más feliz con toda esta noticia, yo solo arrastre mis pies hacia la salida, sentí la mano de David entre lazarse con la mía haciendo que reaccionara, me sorprendió aquel acto pero a la vez me sentí bien —pude sentir la calidez que emanaba su simple contacto —no estás sola hermosa —aquellas palabras fueron mágicas y me hicieron ver que no debía seguir viviendo en el pasado, ahora había una vida dentro de mí y si no estaría sola —tendría a seres que me amaban y amarían a mi bebé —sonreí ampliamente mientras sentí algunas lágrimas recorrer mi mejilla.

—No llores por favor —suplico David mientras me giro y quedamos frente a frente —sentí las yemas de su dedo secarme cada lágrima que rodo por mis mejillas.

—No estás sola hermosa, yo estaré para ti hasta que el último aliento de vida —amare a tu bebé como si fuera el mío —dijo David en tono firme mientras deposito un tierno beso en mi frente. Me abrazo por la cintura y camine pegada a él —no sabía que decir o cómo reaccionar.

Llegamos a casa y los padres de David como siempre tan lindos y atentos —habían organizado una comida súper deliciosa de nuestro país —cuanto lo extrañaba —grito Judith mientras trotaba a hacia la mesa donde se encontraban los platos.

—Cuidado pequeña, tienes que cuidar a mi nieto —grito la mamá de David.