Carta 20

Volema, 6 de abril del 2018.

De: Eloisa González

Para: Kali O’Neill

Gracias, Kali. Siempre sabes qué decir.

No te preocupes, estaré bien. Lo que dijiste era justo lo que quería escuchar… Sólo necesitaba saber que hay alguien allí afuera que se preocupa por mí, que escucha mi dolor y no se aleja de él, sino que me presta su hombro para llorar.

Sabía que entenderías, amiga, y no te preocupes por mí volviendo con él, porque tengo un montón de planes  y ninguno de ellos implica que él se irá de rositas con lo que hizo, porque...

¿Tienes una idea de lo humillante que fue todo lo que tuve que hacer para dejar la Orden?

Pararme frente las personas que había intentado impresionar toda mi vida y demostrarles que no era lo suficientemente leal como para cumplir mis votos y, peor aun, saber que ninguno de ellos tampoco podía hacerlo, porque estaban equivocados y sólo yo tenía razón…

Sólo yo podía proteger lo que necesitaba ser protegido.

Sé que nada de eso tiene sentido para ti. No es que me sorprenda ni que espere algo diferente. Es mejor si crees que se me zafó un tornillo y estoy muy, muy, muy loca.

La verdad es que todo esto pudo haber sido más simple y más rápido. Cómo quitar una curita. Lo único que tenía que hacer era pararme delante de todos los miembros de la Orden y señalar con el dedo a aquel que me había herido y había herido a su propia sangre por puro narcisismo y egocentrismo. Me costaría la vida, pero era algo que estaba muy dispuesta a perder, de todas formas.

Sin embargo, cuando puse un pié en la sede de LOB, recordé a tu madre:

–Ese corazón tuyo hará que te maten. Es demasiado gentil. Demasiado bueno.- dijo ella poco después de que la conocí, cuando era sólo una niña.

Y no lo entendí, taconcitos.

Tiempo después ella me contó la historia que te narré en nuestra primera carta, y fue entonces cuando lo comprendí.

Yo era demasiado honesta, y la honestidad se paga caro en un mundo lleno de mentiras.

La honestidad a veces no es el camino correcto. A veces es solo un arma que cargas y luego apuntas a tu propia cabeza, y a la de las personas que amas.

Allí estaba yo el 23 de febrero, herida y adolorida en la sede de LOB, recordando como tu madre me contó que mi honestidad era un arma que usarían en mi contra, y como, luego de contarme la historia, me hizo prometer que cuidaría de ti cuando ella ya no estuviera.

Tú madre me lo había dicho ya, Pajarita Blanca… Mi honestidad iba a costarnos la vida a ambas porque él es demasiado fuerte, y había nublado la mente de todos para que estuvieran de su lado.  Incluso la tuya, incluso ahora.

Kali, estoy asustada.

Creo que la chica que yo era no pudo sobrevivir a las decisiones que tuve que tomar. La aplasté hasta que desapareció. He estado intentando muy fuerte volver a ser la persona que era, pero en el fondo sé que ya es demasiado tarde.  Aún quedan demasiadas decisiones difíciles por delante como para perder el tiempo siendo blanda.

Hay algo feo y malvado corriendo por mis venas y pintando mi aura. Te lo advierto, Kali, es cruel y sólo quiere una cosa: venganza. Me temo que acabará por consumirme si no lo ha hecho ya.

Ayer hablé con Nathan, y por primera vez me contó de su vida anterior. Cuanto amaba  a su familia más que nada a pesar de lo idiotas y horribles que eran. Después me contó cómo lo traicionaron de una forma tan profunda que me hace querer gritar.

Él es sólo un muchachito. Él merecía mucho más, Kali. Y eso me hizo entender, en ese mismo momento, que lo que sentía y estaba haciendo no era un error. A veces, en este mundo, es ojo por ojo o aceptar que se te deje ciego y el culpable siga libre y sea capaz de dejar ciego a alguien más.

Finalmente entendí que tengo que ser una Eloisa diferente para sobrevivir a lo que casi mató a la Eloisa que solía ser.

Pero, de nuevo, no te preocupes por mí. Preocupate por ti misma... Lo vas a necesitar.

En tus dos cartas anteriores me ha parecido que estás rara. Intensa. Es más, me dejaste con la intriga… ¿de quién es ese beso que tanto guardas?

Me parece que hay alguien en tu corazón, taconcitos. ¿quién es? ¿por qué no me lo has contado ya?

Por cierto... ¡Felicitaciones por tu caso! Lo has hecho fenomenal.