Siempre tuya

Carta 22

Hedala, 8 de abril del 2018.

De: Marta Dubois

Para: Eloisa González

 

Querida Eloisa:

En consideración a la situación que atravesaste te he dado tiempo y espacio.

No obstante, me parece que ya es hora de que elijas bandos y tomes las decisiones que deben ser tomadas.

Sé que es difícil porque yo misma estuve en tu lugar cuando era mucho más joven: una chica rodeada de personas en las que no podía confiar porque la habían atacado justo en su talón de aquiles, razón por la cual debió tomar decisiones bastante cuestionables.

Así que creeme cuando te digo que te entiendo, porque soy como tú.

Si te sirve de consuelo, te diré que la diferencia entre las dos es que a ti aún te queda algo de integridad: te motiva la preocupación por el daño que le has causado al otro, la culpa; mientras, en cambio, a mí me motiva la ira y el resentimiento.

En resumidas cuentas, tu motivación te permitirá conservar algo de humanidad, mientras que la mía me ha transformado en un ser que no teme cruzar ninguna barrera en esta cacería de brujas.

González, entiendo que el mundo es difícil y atemorizante, y aplasta a las chicas buenas como tú, obligandolas a detenerse a respirar profundamente por una eternidad hasta que logran ver de nuevo el lado espiritual y optimista de la vida.

Sin embargo, tengo que notificarte que el mundo no se va a detenerse solo porque necesites un respiro: mientras tú intentas volver a conectarte con tu don o lo que sea, tu ex-noviecito, Andras el Bendito, está haciendo lo que le da la gana.

¿Qué se siente saber que ese traidor ocupa un trono mientras tú escondes al rey en la oscuridad?

¿Crees que es justo?

Te lo dije cuando viniste a mí esa noche de febrero y te lo voy a repetir en esta carta: la venganza va a ser la única aliada de la que vas disponer, lo único que te va a permitir resistir cuando todo lo demás esté perdido.

Permíteme el atrevimiento de contarte mi historia para que así seas capaz de entenderlo mejor:

Yo, siendo mucho más joven que tú, me vi en la necesidad de escoger este camino para tratar de encontrar a aquel maldito bastardo que asesinó a mi hermano mayor.  Sólo la sed de venganza me ha permitido atravesar todos estos años sin rendirme en su búsqueda.

Una vez dicho eso, Eloisa González, te lo preguntaré de nuevo: ¿Aceptas unirte a mi, en busca de la justicia que la Orden no puede darnos y para acabar con los dos lobos disfrazados de oveja inocentes?

Recuerda, querida, que sin mí no podrás lograr vencerlos y, si se descubre el secreto que te has llevado contigo desde Hedala, van a perseguirte, matarte y luego liquidar aquello que ambas hemos arriesgado todo para proteger.

Las dos sabemos que tenemos que ser cuidadosas: si él muere el siguiente Bendito nacerá del linaje de Andras, y será sólo otro títere manipulado por el gran titiritero.

En el fondo no sé qué hago pidiendote nada de esto, niña, porque que creyeras, incluso por un segundo, que Andras Coleman realmente te amaba fue a mi parecer un símbolo inequívoco de tu ingenuidad y falta de perspicacia.

Espero que hayas aprendido la lección.

Por otra parte, me imagino que tu amiga te habrá contado sobre lo rápido que comunicaron la muerte de Jeremiel. Me alegra que al fin hayamos tenido un golpe de suerte, porque los Nuevos Herederos hemos estado a pan y agua: han descubierto a tres de los nuestros que se encontraban infiltrados en la Orden del Bendito y, desde entonces, no hemos conseguido información útil.

Pero eso cambiará pronto, cuando Andras consiga un nuevo juguete con el que jugar: yo. Por supuesto, no seré capaz de lograrlo al menos que me ayudes.

Por cierto... no te asustes, niña. No pretendo que formes equipo con los Nuevos Herederos ni está en mis planes contarles sobre el secreto que te has llevado a Velam. Eso sólo nos pertenece a ambas y lo resguardaremos muy bien. Aún nos queda algo de sensatez, después de todo: la suficiente para entender que los inocentes no deben quedar atrapados en el fuego cruzado.

En fin, los nuevos herederos son solo otro montón de idiotas, no mejores que los de la Orden, que planeo usar para obtener el respaldo que necesitaré llegada la hora de enfrentar al maldito que asesinó a mi hermano (suponiendo que encuentre pruebas que confirmen mis sospechas). Y mi oferta es esa: que estés parada a mi lado mientras utilizamos a los Nuevos Herederos como un arma apuntada directo al corazón de aquellos que nos hirieron y nos lo quitaron todo.

Entonces sólo queda una pregunta... ¿qué decidirás?



#3206 en Paranormal
#1016 en Mística
#49663 en Novela romántica

En el texto hay: amor, amistad, brujo

Editado: 03.09.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.