Siendo Padre, Aceptando tu llegada.

Capitulo 5

Capítulo 5


 

Liam

 

—Se debe de quedar por lo menos  diez minutos en reposo —me habla la enfermera cuando está retirando las agujas de mi brazo.

—Llevo aquí más de cuarenta minutos —le hago la observación, durante todo ese tiempo mi mente se quedó en blanco, solo miraba cómo la bolsa se fue llenando de mi sangre.

—Debe de tomar un refrigerio, luego esperar a que lo revisemos y ahí se puede marchar.

—¿Debo? —quiero salir de este pequeño espacio.

—Debe… —replica —Por favor tome el refrigerio, cuente diez minutos y se puede ir.

La enfermera se va, haciendo que me quede agobiantes minutos más. Maldición, odio esto, todo es una porquería. Yo debería de estar lejos de aquí, disfrutando de la brisa, del whisky y alguna  una mujer, sin responsabilidad, sin hijo.  No en un cuarto de hospital. 

—Odio el yogur —tomo de mala gana, la caja de cartón, la abro y me bebo el espeso lácteo lo más rápido que puedo —Desagradable.

Cuando pasan cinco minutos ya no doy más, tomo mi saco, acomodo la manga de mi camisa en mi brazo izquierdo y salgo de ahí.

El frío acondicionado se siente más en el pálido pasillo, comienzo a caminar, llego a la puerta que me señalo el doctor, ahí es donde está Nate. Sin embargo, no entro, no es momento que lo conozca, aún no, procurando que mis ojos no vean a través del cristal, sigo mi recorrido. 

—No puede estar aquí, señor —me detienen.

—Lo sé, necesito ver a alguien —miro a la enfermera, al contrario de la anterior, está no se ve atemorizante —Debe de estar en cuidados intensivos.

—En esa área solo puede estar personal médico.

—¿Puede hacer una excepción? Ahí está la madre de mi hijo —trato de apelar a su corazón —ella sufrió un accidente.

Sus ojos se llenan de reconocimiento, debe saber que hablo de Nora. Se queda en silencio un par de segundos.

—Sígame… —Necesito verla a ella antes que a Nate, Nora está entregando su vida por su hijo —Por acá.

Me pasa los implementos necesarios para poder entrar a la sala de cuidados intensivos, cuando estoy completamente equipado respiro profundo.

—Cuarta cama… —asintiendo sigo el camino que me  indica con su mano.

A medida que mis pasos se van acercando, en mi mente destallan imágenes de Nora, las facetas que atravesó mientras me estaba diciendo que se encontraba en embarazo, me atormenta que esa sea la última imagen que me queda de ella. 

Frente al desconocido cuerpo lazo de la cama número cuatro, Nora no está ahí, lo poco de su rostro que dejan ver los tubos alrededor de este, me gritan que no es ella, ella ya se fue.

No me acerco, la observo desde una distancia que considero absolutamente necesaria, no la puedo tocar, no tengo nada que decir. Me doy cuenta en el momento exacto en que la culpa cae sobre mis hombros, yo te hizo esto Nora. Su voz se reproduce en mi cabeza, es como si ella estuviera leyendo sus mensajes en mi oído.

—Té pagaré la deuda Nora —le hablo —Yo no lo quiero, pero tú si, eso debe de bastar.

Doy media vuelta, me voy dejándola atrás, bruscamente me quito los guantes, la bata y el tapaboca tiro todo en desecho. Rápidamente, estoy nuevamente en la sala de espera, mis hermanos ya no estás, los padres de Nora siguen ahí, su mirada de águila cae encima de mí, inmediatamente se percatan de mi presencia. 

—Señor… —los abogados me están esperando tal como lo ordene.

—Llegaron —ese es mi saludo —Nora, mi expareja, acaba de dar a luz y está en coma, necesito que se encarguen del reconocimiento del niño, Nate Dankworth,  además  quiero que se aseguren que nadie pueda siquiera intentar que me quiten a Nate.

—Sí señor —.

—Por último, citen a los padres de Nora, Dayan y Anthony Walker, mañana los quiero en mi oficina a primera hora —ordeno — Préstenme  un celular.

Lo más pronto posible tengo que reponer el que se hizo añico, marco el número de mi asistente.

Cuando descuelga la llamada, no la dejo hablar.

—Marián, contrata dos enfermeras privadas, una para el día, otra para la noche, las quiero equipadas para lo que un recién nacido en UCI pueda necesitar, si llegan en una hora es muy tarde —cuelgo.

Dejando todo en su lugar decido ir a mi casa, un baño es lo único que me hace falta, sin decir nada ni mirar a la familia materna de Nate me voy a mi casa.

 



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En el texto hay: hijos, romance, amor

Editado: 13.06.2023

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