Siendo Padre, Aceptando tu llegada.

Capitulo 12

Capítulo 12


 

—Bueno… —comento en medio de mi habitación —Necesitamos ayuda, tu tía Savannah llega en veinte minutos.

Le estaba hablando al bebé como si pudiera responderme y hacerme sentir menos patético. Nate se encontraba despierto, pero tranquilo, lo tenía acostado en su cuna colecho firmemente asegurada a mi cama. Ese fue el remplazo para el moisés, se supone que es para poder estar más pendiente de Nate.

—Eres tranquilo Nate, eso se lo debes a tu madre —estaba hablando babosadas.

¿Qué otra cosa haría? Es mi primera noche con mi hijo, el hijo del que tanto he rango y no término de aceptar, bueno de aceptar no tanto. Es mi hijo y está a mi cargo, el problema es hacerme a la idea. 

—¿Y si te da hambre? —eso es una realidad; sin embargo, no debería preocuparme, mi santuario, mi recámara que siempre había guardado para mí, parecía una pequeña exhibición de cosas de bebés.

—¿Cómo te cambio un pañal? 

Tantas preguntas, he visto videos tutoriales, pero enfrentarme a la situación tan olorosa en carne propia me erizaba la espalda.

—No te imaginas a quien ha dejado tu madre a tu cuidado… —.

Estoy nervioso, no lo estaba hace tanto, me acuesto en la cama al lado del cunero, Nate hace pequeño ruido y mueve sus manitas de un lado a otro, llevamos treinta y cinco minutos solos y sigue vivo.

—¡Qué demonios estoy pensando! —exclamo espantado, este niño tiene que estar bien por su madre y la familia de ella—. Tus abuelos tendrán que venirte a visitar aquí, ni tiene de otra.

Mi mente me lleva de unos pensamientos a otros sin rumbo fijo, este no soy yo, siempre he sido sensato y centrado, ahora mi vida iba en desbocada y sin frenos.

—¡Llegamos! —la voz alegre de mi hermana me hace levantar la cabeza de la almohada.

—Nunca antes me había alegrado antes de verte… —le digo volviendo a dejar caer mi cabeza a punto de explotar en la cama.

—Soy tu persona favorita… —dice, la siento como corre y se acuesta —Córrete, necesito estar cerca de esta preciosura.

Le hago caso, ella pasa encima de mí para posesionarse en mi lugar mirando fascina al bebé.

—Mi Nate hermoso… —le habla —Eres vida, te amo mucho.

Roman en silencio, camina hacia la cuna colecho, lo mira, creo que es la primera vez que lo ve, se inclina un poco, su rostro serio lo observa por segundos, luego una suave sonrisa se dibuja en su rostro.

—Bienvenido al mundo amigo —también le habla —Somos una familia dispareja, con pasado y mucho dolor, tu padre y yo juramos no tener descendencia, pero tu llegada rompió esa promesa, ahora te tocará enseñarme a ser tío.

Esas palabras de mi hermano me sorprende, no las esperabas, él y Savannah son los que se han llevado la peor parte, y yo no los supe proteger, así como tampoco lo hice con Nora, espero pagar una milésima de culpa con mi hijo.

—Se parece mucho a Liam… —la voz de mi hermana es la próxima que se escucha —Ojalá solo herede tu cara hermanito.

—Yo espero lo mismo… —le contesto —¿Cómo vamos a pasar la noche?

Mi pregunta les hace mirarme, apenas el reloj iba marcando las seis de la tarde, la noche, era muy joven.

—Nunca he pasado la noche con bebés.

—Solo con mujeres sexis —se burla Savannah —¿Al menos has cambiado las sábanas?

—¿Por quién me tomas? La última mujer que durmió en esta casa fue bajo una mesa de vidrio y muy ebria para moverse. Y no era nada sexi, por lo menos esa noche.

—¿Sophie? —dice Roman.

—Ella, está empeñada en ser mi mejor amigo y rescatar a mi hijo del ogro que soy.

—Tan equivocada no está —mi hermana se sienta en la cama con las piernas cruzadas —Hay que pedir comida para los tres y pasaremos los tres aquí la noche con Nate.

—Creo que es un buen plan —lo último que quiero es verme solo sin saber qué hacer con el bebé.

—Y opino que su pañal se llenó ¡Vamos a cambiarlo!

—¿Y cómo hacemos eso?

—Para no estar moviéndolo mucho lo haremos aquí en la cama.

—¿Sabes hacerlo? —en su vida mi hermana ha cambiado a un bebé.

—Fui con Nora a diversos cursos de cuidado de bebés  y las prenatales.

Asiento, no tengo nada que decir, normalmente un padre se encargaba de eso, en esta ocasión fue la hermana de este.

—Tráiganme… —continúa —El plástico con patos, ese que está encima de esa cómoda, un pañal, pañitos húmedos, nistatina y polvo.

La miro por varios segundos, considero entender cada uno de los artículos que está pidiendo. Tomo en mis manos todo lo que solicito y voy con ella a la cama.

—Hay que tener mucho cuidado…

La observo, tengo que captar movimientos y gestos, no la voy a tener a ella siempre, mi hermana tiene una vida que vivir, y mi hijo es mío.

El cuerpecito es alzado y sacado de su cuna, colocado encima del plástico lleno de patos.



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En el texto hay: hijos, romance, amor

Editado: 13.06.2023

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