Símbolos y tesoros perdidos

Capítulo 5: La sombra de la Bahía Fantasma

A la mañana siguiente, temprano, Yasemin y Lale viajaron con Damir a la legendaria Bahía Fantasma. La luz del sol matutino salpicaba suavemente el mar, pero el silencio que los rodeaba hacía que el paisaje pareciera especialmente misterioso. Las aguas de la Bahía Fantasma eran más profundas que las de cualquier otro lugar de la zona, y las olas azules golpeaban suavemente el arrecife como si contaran un secreto desconocido.

Yasemin no pudo evitar estremecerse, a pesar de la temperatura favorable, sintió un escalofrío que le subía desde la planta de los pies.

«Este lugar ...... siempre hace que la gente sienta que algo va mal». Murmuró en voz baja.

Damir caminaba delante de ella a paso firme, pero había una mirada cautelosa en sus ojos, pues parecía estar atento a cualquier movimiento sutil. «Spooky Cove tiene una larga historia de ser un lugar donde los piratas estuvieron activos una vez, y hay muchos rumores - la mayoría de la gente no se acerca a ella». Su voz era baja, pero teñida de un imperceptible matiz de nerviosismo.

Lale se adelantó, completamente absorto por la novedad del paisaje que le rodeaba. «¿De verdad hay tesoros en esta bahía?». Preguntó inocentemente, con los ojos brillantes.

Damir sonrió un poco, pero la sonrisa no le llegó a los ojos. «¿Quién sabe? Muchos han intentado encontrar el supuesto tesoro, pero hasta ahora nadie lo ha conseguido».

Justo entonces, un vago sonido llegó de repente desde la distancia, como el leve sonido de alguien pisando grava.Yasemin inconscientemente se detuvo en seco, sus ojos siguieron la dirección del sonido. Dos figuras se acercaban lentamente desde el otro lado de la bahía: una mujer y un hombre. La mujer era esbelta y se movía con gracia, sosteniendo una pequeña daga en la mano, mientras que el hombre era larguirucho y tenía una mirada gélida, con una larga lanza colgando de la cintura. Su aparición hizo que el ambiente se tensara al instante.

«¿Quién es?» Preguntó inconscientemente Yasemin en voz baja, sus ojos se clavaron en los dos hombres y los latidos de su corazón no pudieron evitar acelerarse unas cuantas muescas.

La mirada de Damir se clavó en aquellos dos, una sombra centelleó en sus ojos antes de recuperar la compostura. Entrecerró ligeramente los ojos, con un tono bajo y cauteloso. «Zhanna y Murat».

Yasemin frunció el ceño, sintiendo una sensación de presentimiento. «¿Quiénes son?

«Gente peligrosa». Damir no dio más explicaciones, pero había una innegable seriedad implícita en su voz. «Zhanna y Murat han estado implicados en muchas actividades ilegales en la isla, relacionadas con el contrabando y el robo. No aparecen fácilmente, sobre todo en un lugar tan remoto».

Las sospechas de Yasemin se hicieron más profundas; sentía que Damir ocultaba algo, pero no podía estar segura por el momento. «¿Se volverán contra nosotros?» Preguntó con cautela.

«Mientras mantengamos un perfil bajo y no dejemos que se den cuenta, estaremos bien». Damir respondió con calma, pero sus ojos no dejaban de seguir los movimientos de los dos hombres. Era muy consciente del peligro que corrían Zhanna y Murat, pero por el momento no podía revelar demasiado, sobre todo acerca de su propio pasado con ellos.

Lale pareció darse cuenta de la tensión en el ambiente y se acercó lentamente a Yasemin, con una pizca de inquietud en los ojos. «Dan tanto miedo ......»

Yasemin cogió suavemente la mano de Lale, intentando calmar su inquietud. «No te preocupes, estaremos bien con Damir».

Damir asintió y les hizo una señal para que le siguieran. Rápidamente los condujo por un sendero oculto, tratando de evitar la posibilidad de un contacto frontal con Zhanna y Murat. A pesar de su aparente calma exterior, las olas de su interior eran difíciles de calmar. No podía dejarles saber demasiado, sobre todo acerca de sus antiguas interacciones con ellos, una parte de su pasado que no quería recordar y una sombra de la que se esforzaba por deshacerse hoy en día.

A medida que se adentraban en las profundidades de Spooky Cove, su entorno se volvía cada vez más inquietante, con la brisa marina susurrando entre los acantilados. «Puede que haya algunas pistas allí, pero debemos tener cuidado, Zhanna y Murat parecen estar buscando algo también».

Yasemin se sentía cada vez más confusa. La actitud de Damir le hizo preguntarse si sabría algo más, pero él se había mostrado reacio a decir más. Dudó un momento, pero finalmente no insistió. Quizá no era el momento adecuado.

Damir pareció percibir su mirada y dijo suavemente: «Yasemin, sé que tienes muchas preguntas, pero ahora no es el momento de hablar de ellas. Zhanna y Murat no son enemigos ordinarios, y sus intenciones pueden ser más complicadas de lo que pensamos».

Yasemin asintió, y aunque tenía un sinfín de preguntas dándole vueltas en la cabeza, comprendió que ahora no era el momento. Tenía que confiar en Damir, al menos en la crisis inmediata, lo necesitaban para alejarlos de un peligro potencial.

A medida que avanzaban hacia el faro, las siluetas de Zhanna y Murat se perdían de vista, pero los nervios tensos de Damir no se relajaban. Sabía que aquello no era más que el principio y que el verdadero peligro aún estaba por revelarse.



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En el texto hay: romance, aventura, tesoro escondido

Editado: 06.11.2024

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