Estabamos mirando el mar. La luna llena brillaba sobre nosotros y el viento susurraba en nuestros oídos.
-Me encanta el mar.- dije rompiendo el silencio.- Es como si me hablara directo al corazón.
-Si, entiendo lo que quieres decir, el mar transmite tanta paz qué puede calmar tu dolor.- dijo con una leve sonrisa.
-¿Dolor? ¿Qué tipo de dolor?.- pregunte volteandolo a ver.
Drew se miró las manos con una expresión que no pude descifrar.- Perdí a mi hermano hace unos años. Fue.- trago saliva con dificultad.- Fue muy difícil.
Me sentí impresionada por su historia.- Lo siento tanto.- Dije poniendo una mano sobre su hombro.
-Gracias.- Respondió mirándome a los ojos.- Es extraño encontrar a alguien que entienda.
A medida que hablábamos, me empecé a sentir cómoda con Drew. Era como si nos conociéramos desde hace años y no solo por unos minutos.
-Me siento tan sola desde que mi madre falleció.- Dije rompiendo en lágrimas.
-No estas sola.- Dijo drew envolviendome en sus brazos.- Estoy aquí.
Me sentí tan vulnerable, pero también segura. Drew no me juzgaba, no me criticaba, me aceptaba tal como soy.