Sin ti

Capítulo 1: ESCUELA Y PROBLEMAS

Hmmh, Hola. Se que dirán "que raro ver a un chico peculiar por aquí narrando quien sabe que historia..." y si, lo dije en forma sarcástica. Y dejen me decirles que esto no es cualquier historia, este es un tipo diario, pero no del todo, si no que les narrare toda mi vida, bueno, bueno, no toda, si no que cuando un personaje nuevo aparezca les narraré como lo conocí, que es de mi y así. 
Bueno, para empezar mi nombre es Oscar y como podrán notar, o leer, es un nombre muy usado pero mis amigos me dicen "bravo", solo por aparentar que me gustan las peleas clandestinas, callejeras, o como quieran llamarle; ¡Ah! Pero eso si nunca me ah gustado pelearme por que yo solo peleo por dinero y realmente soy mal apostador y nunca pago. 
-Oye viejo, ¿Hisciste la tarea de la maestra la " Antaña"?- Ese es Jack mi mejor amigo de la infancia y de toda la vida, tiene un hermano mayor que tiene ya su titulo profesional y actualmente trabaja como... 
-¡Jovenes a sus salones!- Habla él director de la escuela y realmente aturde a todos ya que él maldito habla por él megáfono y como no escucha, grita hasta que escuche su propia voz, y realmente él prehispánico tiene como ochenta años. 
-Viejo no has contestado la pregunta y ya nos toca. 
-¡Ah si!, lo siento, pero solo era copiar y pegar él teorema de cálculo. 
-¡Mierda se me olvidó! 
-Bueno jóvenes, es hora de sacar sus libros de matematicas-. Esa, esa merita es "la Antaña" una maestra de setenta y siete años, y si adivinaron es la esposa del director. 
-Viejo pasame la tarea mientras pasa lista, al cabo somos los últimos. 
-No puedo se va a dar cuenta que tenemos lo mismo. 
-No te preocupes yo me encargo de todo. 
-¡Hey!, ¿Que tanto susurran allá atrás?- Nos interrumpió la Antaña y de verdad la odio. 
-Nada maestra- respondí- solo que la queríamos felicitar. 
-¿Felicitarme? 
-Si, felicitarla por un siglo más de vida- No puedo creer que todo él salón se haya reído de mi chiste, jaja, y si, efectivamente, era él cumpleaños de la antaña numero setenta y ocho, ah, perdón, les había dicho que tenía setenta y siete años, corrección, ahora son setenta y ocho. Y en realidad se le notaban mucho las arrugas en la cara, tanto que parece una pasa, y pareciera que es mas vieja que su esposo. 
-Muy bien señor Oscar, si va a estar de gracioso tiene que...- interrumpí. 
-Ya se maestra, salir de su salón e ir con la otra antigüedad. Digo con él director de este museo de antigüedades- dije enojandome y azotando la puerta de la antaña, y cuando llegue encontré su puerta abierta del director. 
-¿Puedo pasar?- Hablé tan fuerte que él conserje que estaba barriendo él salón de enfrente dejó "brincado", pero él vejete no me escuchó. Grite tres veces más hasta que por fin se dio la vuelta. 
-¿Que raro verlo por aquí señor fraincheld?- noté su tono sarcástico- Me han reportado su comportamiento de hoy como ya es costumbre y... 
-Mire viejo, solo vayamos al grano y digame cuantos días de detención... 
-No habrá detención. 
-¿Que dice?- pregunté muy sorprendido. 
-Obviamente tampoco se le perdonará lo sucedido él día de hoy. 
-¿Entonces? 
-Se le asignara un tutor de comportamiento de nuevo ingreso- dijo mientras se levantaba de su silla para ver la ventana. 
-¿Un tutor de nuevo ingreso? ¿Quiere decir que un estudiante nuevo acaba de ingresar, y aparte será mi tutor?- pregunté con curiosidad mientras jugaba con la silla giratoria. 
-Asi es.  
-¿Y porque uno nuevo y no alguien con experiencia de esta escuela? 
-Por que uno nuevo es mas tolerante, por que ciertamente no conocen la actitud de una persona de aquí, en cambio uno de aquí todo él mundo conoce él sobrenombre de " bravo". Llegara mañana como por eso de las once A.M. 
-¿Una hora antes de entrar?- pregunté en un tono de flojera. 
-Así es, puede irse. Ah y recuerde que si no llega mañana a su asignación de tutor, será expulsado mañana mismo. 
-¿Expulsado?- exclamé hasta dejar más zordo al director- Me lleva la... 
-Sin malas palabras, puede retirarse- Agarré mis cosas con mucho enojo y me largue de ahí. 
Literalmente no estoy preparado para este tipo de sanción, si así se hace llamar, claro, por que yo lo podría definir como tortura, bueno, en fin. Que flojera tener que levantarme antes de lo normal, y eso no es todo, si no asisto seré expulsado. Nada podrá empeorar este día más de lo que ya esta. 
-Viejo, ¿Que pasó allá adentro?- se acercaba Jack corriendo desde él corredor hasta donde estaba yo, osea mi casillero mientras ponía mi contraseña.- Te ves fatal. 
-Estoy que me lleva la... Aghh. 
-¿Que pasó allá adentro, Oscar? ¡Dimelo! 
- Te lo resumiré. Me asignaron un tutor de comportamiento, y si no llego mañana aquí a las once A.M. seré expulsado. 
-¡Vaya mierda!, y no quiero arruinar más tu dia pero él te esta buscando y dice que te dará una paliza. 
-Todavía no tengo él dinero suficiente para pagar la apuesta que hicimos, es mas, no tengo ni la mitad de lo que le debo. 
-Recuerda que no es nadamas una apuesta, ni dos. 
-Ya lo sé que son cinco apuestas pérdidas, y que es una gran cantidad de dinero.  
Ah si olvidé mencionarlos al principio ese "él" se llama Jonathan, un tipo drogadicto que tiene una banda de pandilleros como yo y que ademas es fortachón, también le gustan la peleas callejeras pero él es lo contrario a mi él si es un buen apostador y un adicto. 
-¡Ahí estas hijo de perra!- y justamente hablando de él apareció jonathan saliendo del callejón que estaba al lado de la escuela señalándome con el dedo. ¡Ese dedo no! Mal pensados, él índice. Jaja. 
Y justo cuando intenté meterme a otro callejón uno de su banda, es decir, micke, un tipo fortachón igual que toda su banda, me agarro por atrás y me empujó hacia una pared hasta hacer que me pegara en la cabeza. 
-¡Carajo!- susurré frustrado. 
-¡Ah si que ahí estas imbecil, sabes que no puedes huir de mi idiota!- Me limpie él ojo de la saliva que había salido de su asquerosa boca. 
-¡Jonathan, relajate, hablemos como gente civilizada!- estaba tratando de calmarlo y que yo no pareciera nervioso, por que en realidad él estaba rojo de la cara y enfadado conmigo y en realidad me temblaban las piernas y otras cosas. 
-¡¿Gente civilizada? ¿Cuantas veces eh sido civilizado contigo y me has visto la cara de idiota?!- lo decía mientras levantaba su puño izquierdo para golpearme la cara. 
-Baja él puño, sabes que no quiero pelear. 
-Porque sabes que ganaré- quize negarlo, pero internamente sabía que era cierto. 
-Escucha, tengo solo la cuarta parte, sueltame e iré a mi casa y te la traeré mañana. 
-¿Por que debería confiar en ti? 
-¿Por que no deberías? 
-Buen punto- se quedó pensando hasta mover la cabeza como si estuviera afirmando algo- Esta bien, una oportunidad más, pero sin fallas, si lo haces no solo te daré una paliza, si no que te ¡matare! 
-Ok te lo traeré. 
Media hora más tarde me encontraba caminando por la calle juarez, claro como es de esperarse, esta no es una historia gringa, si no mexicana, y obviamente me encontraba en la ciudad de México como se le llamaba antes o D.F. que actualmente se llama Estado de la Ciudad de México, pero en fin, volvamos al punto, cerca de la calle juarez la rodeaba un parque enorme que se encontraba a dos avenidas cerca de mi casa. 
Quince minutos después de tanto caminar llegué a mi casa, saqué mi llavero en forma de guitarra eléctrica del bolsillo pequeño derecho de mi mochila, abro la puerta y vaya sorpresa. Una maldita humazon estaba rodeando él interior de mi casa. 
-¿Que mierda haces aqui, no se supone que primero ibas al gimnasio después de la escuela?- dijo mi hermano, y dejenme contarles que somos gemelos, solo que él es mayor por quince segundos y cree que puede hacer cualquier cosa solo por ser él mayor. 
-Eso no te importa- dije en un tono molesto y además tosiendo por él humo- ¿Sabes? A veces pienso que yo debería ser él mayor. 
-¿Por que, para abusar de todo este poder?- lo ven todo un engreído egoísta. 
-Quiero que saques a estas perras de aquí- y si, mi hermano había llevado a dos prostitutas, muy buenas por cierto, de la zona rosa. 
-¡Tu no me das ordenes! 
-Muy bien si no lo haces tu, lo haré yo entonces- dije- muy bien, Rossita, Aisslyn, es hora de marcharse- dije inventando los nombres por que no tenía ni puta idea de como se llamaban, y aparte las agarre del cabello lacio y rubio que tenían y les di una patada por él culo. 
-¡Ay! Yo no me llamó rosita, yo me llamo Aless...- si como si me importara su nombre y le cerré la puerta en la cara. 
-Subete él pantalón antes de que lleguen mis papás- le dije a mi hermano Luis mientras abría él refri para ver que había de comer. 
-Tu no eres nadie para darme ordenes- 
-Entonces contesta, ¿Por que carajo lo haces? 
-Yo no lo...- se dio cuenta que lo hacía por que se quedo mirando fijamente la hebilla de su cinturón. 
-Mierda tienes razón. 
Mis papás, hace tiempo están divorciados desde hace como quince años, desde que mi hermano y yo teníamos tres años. Obviamente desconozco la causa de su divorcio. Todo era feliz hasta que tres años después mi mamá se volvió a juntar con un mal tipo llamado Carlos,un soldado ex-militar que ah pasado él resto de su vida, pues en básicamente tomar, golpearnos, tomar, ver televisión mientras toma y dormir. ¡Ah! Olvidé mencionar a mis papás. Bueno mi mamá se llama Rossaura es una ex-estudiante, que por si no lo saben o son extranjeros, en México una de las causas del abandono escolar son los embarazos y hace diez y ocho años le tocó a mi mamá, ya saben por lo de el famoso "hijo no planeado" o en mi caso "los hijos no planeados", mi mamá estudió dos años y medio en la carrera de gastronomía y actualmente trabaja de mesera en un bar. Bueno ahora le toca a mi verdadero padre, tal vez no lo conozca bien pero lo que sé de él es que es un sargento militar; y si igual que mi padrastro Carlos, solo que él es un rango más alto, estuvo en la militar por quince años en él Estado de México, pasó él resto de su vida en Estados Unidos y hasta ahora no sé nada de él, ni por que nos dejó; ni se acuerda de nosotros, sus hijos, por cierto mi padre se llama Edgar. 
Tres horas más tarde me encontraba en mi cuarto acostado, escuchando música y jugando con mi celular, esperando la hora de dormir. En ese momento escuché que intentaban forzar la puerta, así que le hable a mi hermano que se encontraba dormido arriba de la cama. 
-Luis, Luis, despierta- dije susurrando. 
-¿Que?- dijo entre soñando. 
-Alguien esta tratando de entrar por la fuerza a la casa. 
-¿Y?- todavía se escuchaban los ruidos y él seguía somnoliento. 
-Tenemos que atraparlo y saber quien es, por que si se roba algo nos meteremos en problemas con mamá. 
-Tienes razón, hay que ir por algo para golpearlo. 
-Claro. 
No teníamos bates de béisbol, así que fuimos a la cocina y agarramos lo que pudimos, yo agarra un cuchillo grande y al parecer mi hermano igual, cerramos el cajón de los cubiertos y nos dirijimos hacia la puerta principal. 
-Escucha, abrela con cuidado- dijo mi hermano susurrando para que nadie sospechará que había alguien adentro. 
-Claro, tu apaga las luces de la casa y dime cuando estés listo. 
-Listo. 
Se me olvidó lo que había dicho mi hermano sobre abrirla despacio y la abrí de golpe. 
-Mierda- 
-¿Que me ves estúpido?- era Carlos y tenía una botella de whisky en la mano izquierda mientras en la otra tenia su cigarro y obviamente ebrio hasta vomitar. Soltamos los cuchillos cuando lo vimos y suspiramos de alivio. 
-No puedes llegar ebrio a estas horas- Dije en tono molesto y señalando él reloj que estaba en la pared. 
-¡Tu no me dices que hacer!- Estaba tan borracho que su aliento quemaba mis pestaña- Luis ve y prepara un café en la cocina y cargado. 
-Tu no eres nuestro padre así que ve y preparatelo tu- se fue cruzando los brazos y dirigiéndose al cuarto. 
-¡Grrrr, yo soy él que te mantiene rata inmunda de basurero!- dijo mientras agarraba un florero que estaba sobre la mesa de centro y se la tiro a mi hermano hasta abrirle un poco la nuca y tirarlo al suelo. 
-¡Ahora si te pasaste de la raya! -lo azoté contra la pared y lo empecé a golpear, lo tire al suelo a patearlo hasta reventarle la mandíbula y finalmente lo saqué por la puerta a patadas. -¿Estas bien hermano?- corrí hacía el para ver como estaba. 
-¡Volvere hijos de perra!- gritaba Carlos mientras salía por la puerta trasera de la cocina y sosteniendose la mandíbula. 
-Si estoy bien, solo esta un poco abierto- se sostenía la cabeza y checaba si salía sangre -Solo esta un poco abierto- lo decía mientras se miraba la mancha de sangre que tenía en la mano. 
-¿Que crees que vaya a decir mamá sobre esto? 
-No lo sé, tal vez grite de felicidad o tristeza. 
Por cierto olvidé mencionar que mi mamá fue a Inglaterra a probar ciertos platillos por unos días y se regresaba él martes próximo. 
-Puede ser, y si le digo que tuve problemas en la escuela me matará. 
-¿Problemas tu? ¿Que raro no?- noté su sarcasmo al instante- ¿Que clase de problemas?, es más, ¿Cual es tu sanción? 
-Pues la maldita vieja de la antaña me mandó a dirección por una broma que le hice y él director de la escuela me sanciono con un tutor de nuevo ingreso.  
-Wow. 
-Y mañana tengo que estar a las once de la mañana o si no seré expulsado. 
-Doble wow- intentaba pararse del suelo. 
-Bueno hay que ir a descansar y mañana limpiáremos todo este desmadre. 
-Ok. 








 



#22970 en Otros
#3414 en Humor
#35672 en Novela romántica

En el texto hay: romance amor , fuckboy, humor mexicano

Editado: 06.05.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.