✒️LEO*
Volví a casa más nervioso de lo que me gustaría admitir. Subí corriendo a mi habitación para tomar una ducha rápida y después vestirme. Justo cuando estaba terminando de abrochar mis pantalones Edwin y su mala costumbre de entrar sin tocar hicieron acto de presencia. Él ya iba listo para el festival, elevó a la altura de su cabeza un papel enmicado y un gafete que dejó sobre mi cama.
— Mi padre te mandó la invitación y el gafete es para que entres al lado privado del parque, solo dáselo al tipo que esté de traje rojo y corbata amarilla.
Fruncí el ceño tratando de imaginar ese vestuario tan ridículo.
— ¿De casualidad no tiene la cara blanca y la nariz roja? —Cuestioné a lo que él rodó los ojos.
— Mamá dijo que nos quería aquí antes de las once —Dijo para después salir de mi habitación.
Decidí concentrarme en que mi corbata quedara bien puesta, de los nervios no podía ponerla bien ya que siempre quedaba más inclinada hacia algún lado o hacia otro, pero menos como debería quedar. Terminé por tirar de ella y lanzarla a algún rincón de mi habitación, seguro que no importaba si no la llevaba.
✒️MADD*
— Voto por el vestido rosa pastel —Dijo Alice ladeando la cabeza
Ella llevaba puesto un vestido rosa claro con un estampado de corazones, y unas zapatillas bajas color rosa. Estaba maquillada con una sombra rosa casi invisible y un labial del mismo color. Algo muy natural, muy ella.
— Sigo pensando que el vestido negro es la mejor opción —Contradijo Hannah señalando el vestido que tenía en sus manos.
Creo que ella fue la primera en estar lista, llevaba puesto un vestido plateado que le quedaba cinco dedos arriba de la rodilla y unos botines rojos de tacón alto y un maquillaje no tan exagerado: Sombra dorada y un labial café chocolate.
— Chicas, ya, por favor decídanse por algo, me tengo que ver bien —Dije al borde de la demencia.
— Tu te ves bien con cualquier cosa —Alagó la castaña.
— Esto va a ser un caos —Chillé levantando los brazos.
— A ver, no dramatices, recuerdo que el año pasado compraste un vestido rojo súper lindo que solo te pusiste una vez y nadie te lo vio porque tenías un saco encima, voy a buscarlo —Dijo Hannah mirando el closet.
— No puedo creer que esté pasando por esto —Murmuré.
Nunca me había preocupado tanto por el qué me pondría, ni siquiera sabía por qué había aceptado esto de asistir al convivio. La fiesta a la que iría con Leo terminó por ser una fiesta inexistente, en una de nuestras pláticas había salido a la luz que su verdadero nombre era Leonardo. Además, yo le había dicho que tenía un compromiso familiar, y él lo entendió.
— No entiendo por qué te preocupas tanto por cómo te ves... Tampoco es como que alguien vaya a observarte muy de cerca —Murmuró Rose.
Ella se había puesto un vestido rosa oscuro con unas botas negras altas. Su maquillaje si que sobrepasaba un poco los límites: Una sombra rosa muy oscura, un labial rojo y un corazón rojo en la mejilla. Pero igual se veía bien, ella siempre se veía bien. Hannah sacó de mi closet un vestido rojo de tirantes de hilo y debajo de este tenía una caja con mis tacones rojos que nunca había usado.
— Ponte eso, mientras voy a buscar tus accesorios —Dijo la pelirroja.
Hice una mueca, poco convencida, ese era muy corto, estaba casi segura de que si me agachaba por algo se me vería hasta el alma.
— ¿No me dará frío con esto? —Pregunté buscando una buena excusa.
— No —Negó a modo de advertencia— ¡Anda, póntelo!
Volví a poner mi mueca de desagrado y ella me dio una mirada de "o te lo pones por la buenas o vamos a tener problemas". Rodé los ojos sin más opción y -segundos después- cuando salí del baño la chica ya tenía un collar en la mano. Comenzó a poner los accesorios en mí: Un collar plateado y unos aretes de aro del mismo color.
Escondí estratégicamente la mano para que la chica no fuera a quitarme el anillo que Leo me había regalado. Aunque sonara estúpido, no quería quitármelo.
¿Ya vas a admitir que te gusta?, ¿O tengo que seguir diciéndotelo yo?
Cuando terminó, me miré en el espejo poco convencida. El vestido era muy corto y muy provocativo, yo no estaba acostumbrada a usar ese tipo de cosas.
— Te ves muy sexy —Dijo Alice.
— ¿Eso es bueno? —Cuestioné arrugando la nariz.
Hannah, que había estado mirando su celular, levantó la vista con una sonrisa cómplice. Yo levanté ambas cejas, mirándola a través del espejo y ella solo borró la sonrisa y me guiñó un ojo.
— Te ves hermosa.
— ¿Con quién hablas? —Cuestioné entrecerrando los ojos.
— Con Eduardo —Respondió rodando los ojos.
— ¿Y por qué sonríes? —Acusé, cruzándome de brazos.
— Porque dijo algo demasiado gracioso.
— No te creo, quiero...
— Se nos hace tarde, vámonos —Interrumpió rebuscando algo en su bolso.
Subimos a la camioneta de Hannah, en donde yo quedé del lado del copiloto. Rose y Alice en la parte de atrás. Ya en el camino empecé a explicarles dónde nos sentaríamos.
— Entonces... ¿A mí me toca junto a la abuela Amey? —Preguntó Hannah.
— Sip, y a Alice le toca junto a la abuela Mártin, a Rose junto contigo, a mí me toca frente a ti y a Asher a un lado mío.
— Muy bien —Dijo la pelirroja concentrada en el camino.
Jalé el vestido hacia abajo por enésima vez, si esto seguía así, terminaría por tomar el saco de mi padre y ponérmelo.
— Me incomoda mucho esto —Dije.
— Si Leo fuera a verte así vestida, ¿te gustaría? —Preguntó ya estacionando.
— No sé, supongo que sí, pero a la vez me incomodaría y me sentiría muy avergonzada... —Me detuve en seco para mirarla con los ojos entrecerrados— ¿Por qué lo preguntas?
— Por nada.
Saludé a toda mi familia una vez que estuve adentro y después de un rato de platicar con algunos de ellos decidí buscar a Asher, pero aún no llegaba. Hannah se me acercó con dos copas de vino y me tendió una para después darle un gran sorbo a la suya. Justo en ese momento apareció Alice: