Sinfonía del amor.

Capítulo 15.- Los borrachos... siempre dicen la verdad?

✒️ASHER*

La fiesta de Alex era en realidad enorme, estaba llena de gente y -por supuesto- de alcohol. No creí que Madd fuera a venir, pero conocía la verdadera razón de su repentina aparición en una fiesta: Quería ver a Leonardo. Lo que ella no sabía es que él no se presentaría, por lo menos no frente a ella. No estaba enterado de todo lo que pasaba entre ellos, pero por lo poco que me contaba Leonardo y sus conversaciones -nada disimuladas- en casa, era casi imposible no enterarse de los problemas.

Di un recorrido por la casa antes de buscar algo para beber; la fiesta empezaba a volverse un poco aburrida para mí, y estar sentado en uno de los sofás, solo y mirando a la nada no era de gran ayuda. Eduardo fue el único que pudo venir y se había desaparecido en busca de una bebida hace ya un buen rato. Resoplé al tiempo que me ponía de pie para empezar mi búsqueda por el pelirrojo y también por algo para beber. Entré a la cocina para sacar una cerveza de la mini nevera, a mi derecha había un grupo de personas tomándose - a tragos directos- una botella de lo que parecía ser vodka

A esos chicos ya no les circula sangre por las venas.

Al menos siguen vivos.

Justo al salir de la cocina me encontré a Alex, que hablaba con un grupo de chicas

Ese tipo no pierde el tiempo, siempre coquetea con alguien.

Bueno, así es su estilo de vida.

¡Por favor!, ¡No hables de "su estilo de vida" como si tú nunca lo hubieras hecho!

Me mantuve en el marco de la puerta a una distancia prudente de él, presencie como intercambió número con una de las chicas, rieron por algo que Alex dijo y siguieron hablando de algo que no logré entender por el volumen de la música. Al cabo de un rato las chicas se fueron y Alex se acercó a mí.

— Asher, amigo, te estaba buscando — dijo mientras se acercaba a mí— ¿Te diviertes?

— Sí, hay mucha gente aquí —dije mientras buscaba entre la gente a mi amigo— ¿No has visto a Eduardo?

Él miró a su alrededor con el ceño fruncido.

— Lo vi hace unos minutos, afuera con Madd, debe de estar con ella .

— Gracias, iré a buscarlo –me di la vuelta para irme pero Alex me sostuvo del hombro, me giré hacia él con el ceño fruncido.

— Asher, antes de qué te vayas, hay algo muy importante que quiero que decirte —dijo mientras pasaba su mano por su cuello.

— Sí claro, dime.

— Creo que será mejor que vayamos a un lugar menos concurrido —dijo en un susurro.

Lleno de curiosidad e impaciente por saber aquello tan importante, lo acompañé hasta un lugar donde solo había un grupo de personas reunidas jugando a la botella; entre las personas vi el cabello pelirrojo de Hannah, que miraba el juego como si de uno de ajedrez se tratara. Inconscientemente me quedé mirándola un buen rato, olvidando completamente que Alex estaba frente a mí. El paso su mano frente a mi rostro y reaccioné al instante.

— ¡Ah, perdón!, ¿Qué ibas a decirme? —pregunté intrigado.

Miró a mi espalda por unos segundos, como si estuviera pensando en las palabras que usaría.

— Es sobre Hannah — dijo mientras giraba su cabeza asegurándose de que nadie estuviera cerca.

En cuanto dijo aquel nombre mis hombros se tensaron, ¿qué es tan importante sobre ella que tenga que asegurarse de que nadie lo escuchara?

— Tienes toda mi atención —aseguré cruzándome de brazos.

— Sí, te lo diré, solo que... No se como hacerlo —dijo, nervioso nervioso — Por favor, prométeme que no te vas a enfadar.

¿Enfadarme?, ¿Por qué habría de enfadarme? Fruncí aún más el ceño mientras lo miraba fijamente tratando de deducir a dónde nos llevaría esta conversación y si era conveniente que yo la siguiera.

— Alex ...

— Solo promételo —interrumpió— No quiero tener problemas contigo, sabes que eres mi mejor amigo.

— ¿A qué te refieres? — enarqué una ceja, empezaba a impacientarme.

Alex soltó un gran suspiro antes de hablar.

— Me gusta Hannah —soltó.

De pronto sentí como el cuerpo entero se me tensaba, apreté mis bíceps con tanta fuerza que estaba seguro que me dejaría marcas.

—¿Qué te gusta quién? —pregunté anonadado.

— Por favor no te enfades conmigo, tenía que decírtelo yo antes de que alguien más lo hiciera.

En ese momento mi cabeza empezó a dar vueltas, ¿A Alex le gustaba la misma chica que a mí? Él sabía que estaba enamorado de Hannah desde hace ya un tiempo, él sabía lo mucho que ella me gustaba, que siempre quise ser algo más que su amigo. ¿Le gustaba desde antes de que yo se lo dijera?, ¿Se lo ha dicho a Hannah?, ¿Y si lo prefiere a él? Un sentimiento que no supe identificar muy bien empezó a invadir mi cuerpo. Estaba enojado con Alex pero me sentía más enfadado conmigo mismo, ¿Como no me dí cuenta antes?, ¿Por qué no se lo dije a Hannah?, ¿Por qué hice las cosas mal desde el principio?

Quería largarme de ahí pero no podía, mi cuerpo no reaccionaba a la petición de mi mente, mis manos se hicieron puños, la ira dentro de mi quería golpearlo, pero sabía que no tenía caso. Aún así tenía el impulso de hacerlo.

— Asher, sé que a t...

— ¡¿Por qué no me lo dijiste antes?!

— No... no sabía cómo hacerlo.

— ¡Fácil!, ¡Solo tenías que decir lo mismo que soltaste hace un momento!

— No es tan sencillo, eres mi amigo y...

— ¡Pues esas cosas no se le hacen a los amigos!

— ¡No quería perderte como mi amigo, pero tampoco me parecía justo ocultarte esto para siempre, Asher!, ¡Somos mejores amigos, solemos contarnos todo!

Me relamí los labios, enfadado.

— Por favor, dime que no va a pasar nada entre nosotros solo por eso.

— ¡¿"Solo por eso"?! —cuestioné, incrédulo— ¡Por Dios, Alex!, ¡Estamos hablando de algo serio!, ¡A ti te gusta Hannah y sabías que a mi me gustaba desde hace tiempo!, ¡Te parece po...!



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En el texto hay: humor, musica, strangerstolovers

Editado: 16.11.2024

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