✒️MADD*
El aire se me fue de los pulmones en cuanto miré a mi alrededor y consideré las posibilidades. Más de la mitad de la escuela estaba aquí, algunos ignorando mi existencia, otros burlándose de mí e incluso señalándome. Tomé una respiración profunda mientras trataba de dispersar la desagradable sensación que se me había plantado en el pecho; ya había aceptado la invitación de Rej y me había comprometido con Alice para estar cerca por si me necesitaba, estaba demasiado ilusionada y no podía irme. Miré de nuevo mi disfraz frente al enorme espejo de la entrada. Mi intención, obviamente, no era dar miedo -ya bastante desagradaba a mis compañeros-, pero tampoco quería... mostrar demasiado, así que después de varias horas mirando mi closet tomé un vestido negro de mangas amplias de tul, unas medias de red, unas botas negras y un viejo sombrero de bruja que tenía por ahí arrumbado, eso con un poco de maquillaje se convirtió en mi disfraz de bruja.
La casa de Josh estaba decorada para la ocasión, había varias calabazas regadas por el lugar, algunas telarañas colgaban del techo, velas del plástico junto a una bola de cristal en un rincón, bebidas rojas que lucían como sangre y dulces con forma de ojos humanos. Las luces eran tenues, dando un aspecto enigmático a la casa, que estaba llena de personas -la mayoría de mi instituto- las cuales se movían de un lado a otro, algunos bailaban en la sala, otros hablaban sentados en las escaleras y algunos más se besaban en los rincones.
Caminé hacia la cocina en busca de algo sin alcohol para beber y salí de ahí victoriosa con una botella de agua que había encontrado en la nevera. Busqué con la mirada a Josh, se había ido con Alice a quién sabe donde y ahora estaba sola. Si bien ser la tercera en discordia no me agradaba demasiado, me sentía aún más incómoda estando de pie ahí, sola. Después de inspeccionar toda la casa y no encontrarlos terminé por rendirme y salir al jardín para sentarme en algún lugar por ahí, saqué mi celular para entretenerme un rato y revisar si no tenía algún mensaje, le había enviado uno a Eduardo preguntándole si vendría a la fiesta y había respondido con un "¿Fuiste?, ¡Qué sorpresa! Llegaré en un par de horas, acabo de regresar de casa de mi madre".
Respondí un con un "OK" y salí del chat para revisar el de Hannah, me había enviado mensajes muy molesta por no poder ir a la fiesta. Su madre la había castigado por chocar -otra vez- y, además de quitarle la licencia y la camioneta, también la castigó dos semanas sin salir de su casa ni recibir visitas. Reí por todas las cosas que soltaba en sus mensajes, incluidos sus emojis molestos, le puse al tanto de lo que pasaba en la fiesta y después de compartir un par de mensajes más, se desconectó repentinamente.
— ¡Te buscamos por todos lados!
Levanté la cabeza para encontrarme con Josh, quien se había disfrazado de vampiro y caminaba hacia mí con prisa y sin rastro de Alice detrás de él. Me levanté para quedar a su altura y le sonreí ligeramente.
— Yo también los busqué, supuse que querrían pasar tiempo a solas, ¿pasó algo?
Miró a su alrededor para asegurarse de que nadie nos escuchara al tiempo que acercaba su rostro al mío para susurrar.
— Quiero llevar a Alice a mi habitación, pero no sé como hacerlo sin ser muy directo, ya sabes, quiero ser.... dulce.
Hice un mohín, no muy convencida. Sabía que an Alice le gustaba mucho, pero dudaba que quisiera acostarse con él porque, en primera, no eran nada; y en segunda, era demasiado pronto como para que mi amiga tomara confianza suficiente.
— ¿Por qué no le dices a Alice lo que quieres y ves si ella está de acuerdo con eso? —sugerí frunciendo ligeramente el ceño.
— Es que le tengo toda una sorpresa preparada arriba y necesito que suba.
— No estoy segura de que ella quiera.
— Por favor...
— No te puedo ayudar en eso, es demasiado fuerte y no puedo tomar decisiones sin su consentimiento.
— Le mostraré la sorpresa, si no le gusta y no quiere hacerlo conmigo está bien, ella podrá bajar sin ningún problema, no la voy a obligar.
Suspiré poco convencida mientras miraba el jardín pensativa, así fue como encontré a Alice en la mesa de bebidas hablando con una chica disfrazada de payaso.
—Hablaré con ella.
— Las esperaré al pie de las escaleras —anunció con una enorme sonrisa al tiempo que retrocedía y yo caminaba con pasos decididos hacia Alice, me coloqué a su lado y sonreí.
— Josh quiere darte una sorpresa... —empecé incómoda mientras toda su atención estaba puesta en mí— ....pero está en su habitación y quiere que tú subas, él prometió que no te obligaría a hacer nada que no quisieras, pero yo no me fío demasiado de él.
— La verdad es que ha estado muy pendiente de rozarme cada que puede, y creo que ya presentía que esto iba a pasar, así que no me sorprende —respondió soltando una risita.
— Es muy obvio —concedí sonriendo aún incomoda— ¿Quieres ir?
Se lo pensó por unos segundos mirando mi pequeño collar de luna llena y, después de tomar una decisión se giró para empezar a caminar al interior de la casa conmigo detrás.
— Si quiero, pero no he pasado tiempo contigo y no quiero dejarte sola.
— No te preocupes por mí, buscaré a Rej y a Boris para quedarme con ellos y, si no los encuentro, ya esperaré por Eduardo y Asher.
— ¿Rey y Boris?, ¡Veo que hiciste amigos nuevos!
Solté una risita mientras chocaba su hombro.
— Son buenas personas, ya sabes, gente con la que paso el rato y que, misteriosamente no me tratan mal, pero eso no importa ahora —dije mientras cruzábamos la cocina hasta llegar al recibidor— Deberías divertirte, es tu noche.
Pareció que lo dudaba por un momento, pero esa expresión cambió en cuando vio a Josh que -justo como lo había dicho- estaba sentado al pie de las escaleras con una cerveza en las manos, se puso de pie en cuanto nos vio y le sonrió a Alice; ella me dedicó una última mirada antes de perderse escaleras arriba. Yo, por mi parte, volví a repasar la casa para buscar a Rej pero no tuve mucho éxito, ya estaba demasiado cansada y los zapatos no ayudaban demasiado, así que decidí que me senté en un sofá que estaba libre en la sala. Pasé mi tiempo debatiendo si debía invitar a Leo -quien me había enviado un mensaje preguntándome si podía ir a casa en ese momento- pero después de un rato me di cuenta que no sería lo mejor; él había mencionado que no le gustaba mucho ir a fiestas porque podrían reconocerlo por ahí, además, dudaba mucho que él y Rej pudieran convivir en paz y yo seguía un poco molesta por que lo que había pasado.