Nubes.
Hoy, le pregunté a la luna sobre ti,
luna que solo se dejaba ver de vez en vez entre las nubes,
respuesta no obtuve y a las estrellas pregunté,
estrellas que se ocultaban y solo se dejaban ver de vez en vez entre las nubes,
de nuevo, respuesta no obtuve.
En mi desdicha, al cielo sobre ti le platiqué,
cielo que se colmaba en su magnificencia de bastas, grandes y densas nubes,
le conté sobre nosotros, sobre lo que fuimos y lo que esperé que fuéramos,
sobre lo que daría para que de nuevo estuvieras junto a mí,
entonces, comenzó a llover,
entendí que no era lluvia y que no estaba solo en mi fin,
sino que eran lagrimas de tristeza,
tristeza que contagie a las nubes, al escucharme hablar de ti.