—Segunda vez en la semana —se quejó la señora del otro lado del escritorio.
—Lo siento Directora hablaré con ella —la mujer cabizbaja salió de la oficina de la directora.
Podía escuchar el tic tac del reloj del pasillo, mis piernas no dejaban de moverse, a mis espaldas se veía el gran campus del colegio.
No entendía la necesidad de que la directora llamara a mi madre. La puerta se abrió y por allí cruzo mi progenitora.
—Mamá... —me levanté de mi lugar acomodándome la pollera.
Ella siguió su camino sin mirarme.
—¡Mamá! —grite pero fue en vano.
En esos momentos no sabia que hacer o me iba con ella o me quedaba al castigo, solo por un imbécil.
Inicio de flashback
—Sky tu harás el punto 4 y 5, Marlon la tres y parte de la dos, y yo hare lo que quede de la dos y la uno —dijo Violet entregándonos las hojas.
— ¿Y Dixon no hará nada? —pregunté mirando al compañero que estaba concentrado en el teléfono.
—¡Dixon! —lo llamo mi amiga— ¡Oye Dixon! —y el no se movió.
En cuestiones escolares era una persona responsable, era uno de los mejores promedios pero había algo que afectaba mis notas.
Mi conducta.
—¡Te están hablando gordo marica! —me abálense sobre el y le quité el teléfono de las manos.
—¡Devuélveme mi teléfono maldita loca! —el se levantó de su silla y me sacaba como tres cabezas.
—Te estaban hablando imbécil —dije mirándolo desafiante— ¿aparte de gordo eres sordo?
—¡Eres una desquiciada! —gritó él empujando la mesa.
Sin pensarlo dos veces tire el teléfono hacia el suelo con todas las fuerzas.
Fin de flashback
No podía volver a casa porque todo estaría tenso y si me quedaba tampoco quería entrar a clases.
—¡Sky! —gritó alguien a mis espaldas aunque aquella voz ya conocía.
—Mi madre no me quiere ver la cara —dije mirando a mi amiga de alta estatura— ¿puedo irme contigo?
Violet solo movió la cabeza pero asintió.
.....
Esa solo sería el inicio de mi gran aventura.
—¿Tienen las gomitas con forma de dientes? —pregunte mirando los frascos con golosinas.
—No niña solo tenemos de estas —el señor calvo señaló un frasco con gomitas de formas de cerebros.
—Pero esas dan asco —conteste mirando con desagrado.
—Entonces vete —el señor se dio la vuelta.
Era mi momento aproveché la oportunidad y tomé el frasco con barras de chocolates. Y salí corriendo de allí.
—¡Oye niña! —el hombre estaba un poco excedido de peso así que no podrían atraparla.
Así era su vida cada cosa que hacía era extrema aunque muchas de las veces lo hacía por impulso.
Siguió su camino hacia la casa de su mejor amiga la única amiga que tenía podría decirse.
Entro a la casa como si fuera de ella y en la sala estaba Violet con un acompañante.
—¿Qué hace este raro aquí? —dijo mientras le daba un mordisco a la barra de chocolate.
—Tú eres la rara —respondió el chico mientras seguía anotando en su cuaderno.
—Su madre me pidió que lo ayudara con su tarea de ingles —al decir esto casi se atraganta con el chocolate.
—¡¿Su mami?! —preguntó entre risas— ¿tu mami también te limpia la colita?
Entre carcajadas su amiga la miraba seriamente aunque claramente ella también quería reírse.
—Me voy Violet —con esto cerró su cuaderno de golpe y lo guardo en su mochila— volveré cuando esta idiota no esté aquí.
—¡El idiota eres tú niño de mami! —el se levantó de su lugar y pasó por su lado empujando con el hombro— ¡jodete marica!.
Y así le mostró su dedo corazón a lo que el le respondió de la misma forma cerrando fuerte la puerta.
—¡Sky! —le gritó su amiga— ¿por qué corriste a Tyler?
—El niño de mami se fue por su cuenta —y sin darle importancia se dirigió a la habitación de su amiga.
—¿De donde sacaste ese frasco con chocolates? —pregunto Violet entrando a la habitación.
—De una tienda de por ahí no exageres — contestó abriendo otra barrita.
—¡Hija aquí está Wendy pregunta por Sky! —la mamá de su amiga gritó desde el primer piso.
Claramente no debía estar allí porque estaba castigada pero no quería volver a casa las cosas allí nunca iban a cambiar.
—Debo salir de aquí.
Miro hacia la ventana pero recordó que la habitación se encontraba en el segundo piso.
—¡Puedes caerte! —dijo Violet con preocupación.
—¡Violet! —gritó de nuevo su madre.
No iba a arriesgarse a que su madre la viera y tampoco comprometería a su mejor amiga.
Se asomó hacia la ventana y en la pared iba un caño. Y las molduras eran resistentes.
—¡Nos vemos! —se despidió de ella y saltó hacia fuera.
Por fin piso el césped y empezó a correr, pasando por detrás de todas las casas. Hasta que se topo con un cuarto.
Había casas que poseían de un lugar así para dejar herramientas o objetos de jardinería.
Se asomó por la ventanita y reconoció al chico que se encontraba allí dentro.
El estaba acomodando las cosas en una mochila, y vio cómo guardaba dinero en una cajita.
¿Que estaba planeando ese raro?
A Tyler lo conocía desde hacía años pero jamás intentó ser su amiga o acercarse a él. No tenía amigos pero tampoco nadie se metía con él ya que su aspecto parecía de un bravucón pero sin ser robusto.
Ella se encontraba sobre un cajón de madera.
—¡La vimos correr hacia acá! —dijo la voz de un hombre.
Su madre la había estado buscando con su hermano más grande.
Sin pensarlo dos veces se metió a la casita.
—¿Qué mierda haces aquí? —respondió el mirando con sorpresa a la recién llegada.
—¡Shh no digas nada por favor!.
Tyler era un poco más alto que ella tenía el cabello oscuro pero sus ojos eran de un color verde. Pero su piel era muy blanca.
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Editado: 16.08.2022