Sisu

Cap 3

Mire una vez mas mi uña y vi a Violet como anotaba en su cuaderno. El reloj y la aguja larga que se acercaba lentamente al doce.

Iba a hacerlo no había vuelta atrás.

<< Nadie me juzgara nunca más >>

Cerré mis ojos y la campana sonó, me puse de pie tratando de actuar normal como siempre lo hacía.

—¿Quieres que nos juntemos en casa a ver lo de matemáticas? ¡Dijiste que me ayudarías con Historia! —Violet se puso de pie.

¿Y ahora como me la saco de encima?

Sal apenas escuches la campana…

Las palabras de Tyler revoloteaban en mi mente.

—Debo ir a buscar algo a mi casillero —dije rápidamente mirando como casi nadie quedaba en el salón.

Violet cerro su bolso y fue por impulso que me acerque a ella para abrazarla por unos segundos.

—Hablamos después ¡te quiero y cuídate! —dije con rapidez a lo que ella no le dio tiempo de decir nada.

Sali del salón prácticamente corriendo y me dirigí a mi casillero apenas lo abrí arroje mi teléfono allí dentro.

Otra vez camine entre la multitud hasta llegar a la calle, autos y buses pasaban recogiendo a los estudiantes.

Camine a toda velocidad habían pasado cinco minutos de lo que sonó la campana.

Hasta que recordé la ropa que llevaba puesta.

—¡Santísima mierda! —exclame al ver mi pollera los zapatos y todo lo que llevaba puesto…

Estaba a una calle de la estación de buses.

¿Qué hago? Si entro así reconocerán el uniforme y sabrán que desaparecimos en autobús.

Miré a mi alrededor y me escondí detrás de un arbusto. Con piruetas me puse el pantalón de babucha, y mis converse negras, acompañada de mi remera holgada de color lila.

Empecé a correr como loca hasta que llegué, un chico vestido algo parecido a mi con un gorrito de lana estaba sentado observando hacia todos lados.

—Compañero de travesía —dije saludándolo.

—No me digas así… llegas cinco minutos tarde —enarque una ceja.

¿Este chico estaba loco o qué?

—Relaja la raja… ¿Ya tienes los boletos? —dije buscando el dinero en mis bolsillos.

El saco un papelito y me lo entrego, en una pantalla apareció el número de bus que nos correspondía.

Recorrí con mi mirada el sitio, deseando no ver ninguna cara conocida y a la vez tomando detalle de aquel lugar.

Estaba a un paso de abandonar el sitio donde había vivido toda mi corta vida.

Nos subimos entregándole a un hombre con un gorrito los papelitos.

—¿Puedo ir del lado de la ventana? —el ni siquiera me miro— Porfis…

Tyler se giro con esa misma expresión que siempre llevaba en el rostro me dejo pasar.

Tome asiento y mi mirada fue a la ventanilla del autobús.

Enfrente nuestro una mujer iba junto a una niña que se despedían de un hombre.

Una familia…

El cielo estaba nublado y las personas iban con los paraguas ya a mano.

Mire una vez mas mientras el bus empezaba a moverse.

—Apártate de la ventana —dijo Tyler sin mirarme y en voz baja.

Tenía razón así que me aparte un poco abrazando mi mochila que estaba sobre mi regazo.

Las calles y las casas del vecindario, hasta que un joven muy parecido a uno de mis hermanos se detuvo a un lado del bus.

¡Estábamos esperando un semáforo!

Jim esperaba pacíficamente en su bicicleta.

—No voltees… no voltees… —murmure haciéndome más hacia atrás.

Apoye toda mi espalda contra el asiento, levante la mirada y la señora que iba del otro lado del pasillo me miro extrañada.

—¿Qué? —el me miro al ver mi extraña actitud.

Señale disimuladamente a la ventana.

¿Por qué no arranca el semáforo?

Al girar mi cabeza el autobús avanzo y mi hermano siguió su camino.

Solté el aire contenido y volví a mirar a mi compañero de viaje. Su rostro lucia serio mientras trataba de fingir que buscaba algo en su mochila.

—¿Qué haces? —me acerque a el para ver lo que buscaba y el disimuladamente se corrió.

Puse mis ojos en blanco y fruncí el ceño.

—Te dije que debemos pasar desapercibidos… mira a la mujer —miré hacia su lado y la mujer seguía observándonos.

¿Por qué nos miraba de esa forma? Levante una ceja.

Deje la mochila a un lado y me arrodille sobre el asiento mirando hacia atrás. Justo habían dos asientos vacíos al final y lo mejor es que no había señoras chismosas.

—Siéntate —volví a mirar a Tyler y me puse de pie— ¿A dónde vas?

—Encontré un mejor lugar —sonreí victoriosa y caminé por el pasillo.

Tome asiento y me acomode, otra vez dispuesta a dormir porque no había descansado suficiente.

Observe a Tyler que leía un libro de… ¿Células?

—¿Por qué lees eso? —dije tomando el libro en mis manos.

—Devuélveme mi libro —me reí al ver como se notaba molesto.

Amaba ver como se enojaban.

—No me dijiste porque tomaste esta decisión —el enarco una ceja.

—No es momento para hablar de eso niña —tomo el libro quitándomelo de las manos.

¿Pero a donde íbamos? Ninguno de los dos llevaba documentación ya que éramos menores de edad.

—¿A dónde vamos? —no escuche respuesta de su parte— ¡Oye te estoy hablando!

Levante un poco mas la voz y el me miro con el ceño fruncido.

—¿Puedes hacer silencio en lo que resta del viaje? —ahora me siento enojada.

Por un lado, tenía razón pero viéndolo desde mi punto de vista aun no sabían sobre nuestra ausencia.

Crucé mis brazos sobre mi pecho y recosté mi cabeza sobre la ventanilla, dejando llevarme por el cansancio y falta de sueño.

(…)

Un sacudón me despertó haciéndome reaccionar como un ninja.

—¡Se taekwondo! —prepararé mis manos dispuesta a golpear.

La cara de Tyler era entre confusión y molestia, sonreí al ver que había reaccionado así en vano.

—¿Qué? ¿Por qué me tienes que despertar de esa manera? —dije tomando mi mochila siguiéndolo.




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