Introducción ¿Cómo volver a creer en el Amor?
Este libro en principio pretendía ser una guía para conseguir una relación especial, una persona ideal, para compartir el resto de la vida junto a esa persona, como sucede en las películas, cuentos de Hadas; ahora parece ser eso, más una novela en la que alguien trata de descubrir lo que es el amor y cómo puede conseguirlo paso a paso o no sabe si dejar que le sorprenda algún día el amor de su vida, incluso no sabe si será mejor quedarse soltero pero feliz, pensando que la felicidad no depende de otra persona sino del amor propio. Cuando comparamos la realidad con lo imaginario, nos damos cuenta que en muchas ocasiones creamos en nuestra mente una película de cómo debería ser nuestra realidad; pero al comparar la historia que hemos creado en nuestra mente con la realidad en la que vivimos, nos damos cuenta que muchas veces difieren, Lo que lleva a replantearnos las metas y sueños en busca de que se ajusten más a la realidad en la que estamos viviendo, sin embargo la vida parece tener su propio ritmo, sin importar lo que pensemos o hagamos ella sigue su propio rumbo independientemente del tuyo, durante años nuestras vidas han transcurrido más o menos de la misma manera, parecida al ciclo de los arboles, nacemos, crecemos, nos reproducimos y fallecemos, no es algo que escogemos, solo pasa, nos guste o no, el tiempo pasa y crecemos, muchos no llegan a reproducirse, por las circunstancias, como por ejemplo una enfermedad que les impida tener hijos, otras por las simples circunstancias que le rodean, que no hacen de la reproducción algo favorable, ni siquiera una opción o simplemente por decisión propia, aunque me parece que son pocas las veces que las personas se queden sin tener hijos, la prueba está en la cantidad de personas que hay en el mundo, creo que es algo instintivo, que está en nuestros genes. Leí una vez que es difícil perder el tren en el amor, que al menos en una bicicleta nos vamos, aún no se a que se refiere, si a aceptar a alguien aunque no sea todo lo que esperábamos, pero creo que si se siente amor, será la persona perfecta, en fin, el tema del amor y las relaciones es un tema que no escapa de la vida del ser humano, está presente en canciones, farándula, conversaciones, es tan significativo para la sociedad que hay una clasificación de las personas según su estado civil, este aparece en la cedula o carnet que identifica a los ciudadanos en muchas países del mundo, se les etiqueta de solteros, casados, divorciados o viudos, también las personas, amistades, familiares, te preguntan ¿cuándo te casas? cuando ya te has casado te preguntan ¿cómo está tu familia, tus hijos? Se espera de nosotros, que en un momento de nuestra vida nos casemos o “Deberíamos” casarnos, convertirnos en madres y padres, creadores de otros seres humanos, ha llegado el momento de producir más vida en este planeta, aunque tal vez es algo más biológico y profundo que eso, como ya dije, en nuestros genes está escrito, además que tenemos un radar natural para el apareamiento que escanea a la persona que te servirá de cómplice en esa misión genética, les contaré de eso más adelante.
En los primeros años de vida, dependemos de nuestros familiares, amigos o personas adultas, para aprender muchas cosas, sobretodo en la escuela, o el entorno donde vamos creciendo, hasta que llega ese momento en la adolescencia, tras los primeros rasgos de desarrollo, que nos preguntamos sobre ese futuro que nos espera: las nuevas responsabilidades de tener el poder de la creación en nosotros, de mantener una familia, es por eso que debemos estudiar para aprender un oficio, trabajar, independientemente de su sexo, de su status social, porque principalmente queremos mantenernos vivos, a salvo en compañía de nuestros familiares y amistades, así pues, al crecer nos encontramos estudiando una profesión o aprendiendo algún oficio, para comprar nuestra propia casa ya que un adulto necesita su propio espacio, un auto para trasportarnos cómodamente y todo marcha como debe ser, pero luego ocurre, que tarde o temprano, aunque no lo esperemos, la convivencia en grandes ciudades o pequeñas comunidades, nos empuja de la manera social y de una manera natural a relacionarnos cercanamente a una persona en especial, con la que compartimos una afinidad de temas y sentimientos, que muchas veces terminamos apegándonos tanto a esa persona que deseamos casarnos, tal vez para seguir unidos a ese sentimiento, o solo para formalizar la unión, siguiendo las normas de la sociedad civil o incluso para bendecir esa unión que se debe llevar con respeto, compañerismo, amor y fidelidad, como lo juran en las iglesias los creyentes que se casan, muchas veces no se da el casamiento, sino que se tienen hijos sin antes casarse formalmente, tal vez es una de las cosas por las que muchas parejas terminan, no hay un compromiso, una emprendimiento juntos, ni siquiera terminan de criar a sus hijos algunas veces, seguramente no conocían lo suficiente a esa persona con la que decidieron no casarse, pero si tener relaciones cercanas, lo que no solo representa un pecado para los creyentes religiosos, sino una inconsistencia para la base de una sociedad, la familia, una familia viviendo en concubinato, es una inconsistencia, desde el punto de vista formal y espiritual, no digo que sea algo malo, ni siquiera representa un delito, pero para muchos hoy en día las normas de la iglesia y las de la misma sociedad no representan algo importante a la hora de unirse, tal vez por eso hoy día la sociedad parece ir en decadencia, si no salvamos algunos valores pienso que irá peor, es una pena que se tome la responsabilidad de tener y criar niños, sin antes tener en cuenta como es la personalidad, de la otra persona que ha escogido para padre o madre de sus hijos, no podemos juzgar a nadie, solo digo que sería mejor si pudiésemos conseguir alguien compatible, con quien se lleven bien, se respeten, se apoyen en las buenas y en las malas, se quieran y demuestren amor cada día y mutuamente sobre todo, porque el amor es cuestión de dos, por eso se le llama pareja, el matrimonio no es más que un contrato ante la sociedad, y ese acuerdo de convivencia en armonía, para los creyentes. Pero debe creerse de nuevo en el respeto, el respeto mutuo y el respeto propio... y en el amor, el amor al prójimo y el amor propio. En la vida lo peor que nos espera es envejecer y morir; pero nos llevamos muchas cosas, no materiales, sino las vivencias, por eso se debe disfrutar cada momento con responsabilidad, para que a través de los años, los recuerdos en nuestra memoria, nos traigan una sonrisa a la boca, hermosas imágenes que llenen de luz nuestra cara y de felicidad a nuestro corazón y espíritu. He allí el orden natural de la vida, lo que venga después lo sabremos en ese momento, en el que dejamos de existir físicamente en este mundo, aún cuando sigamos presentes en los recuerdos de quienes nos conocieron.
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Editado: 08.11.2019