Capítulo 7

Últimamente la comida ha disminuido considerablemente -Dijo un chico alto y fornido mirando a todo el grupo-

Los militares nos rodearon para defendernos y los que estábamos armados, nos pusimos en guardia.

"¿Por qué ahora?" "Estábamos tan cerca" "¿Este es el fin?"

Aquellos pensamientos invadieron mi cuerpo, coloqué una mano en la espalda de Giselle, quien se despertó y empezó a llorar.

Tranquila, saldremos de aquí -Dijo Charlotte colocándose al frente mío- protege a Giselle, yo haré que ambas lleguen con vida al campamento -Habló con determinación-

Unas ganas de llorar llenaron mi interior, estaba desesperada y quería gritar.

Las únicas dos salidas que nos quedan son esas casas de allí -Señaló las casas que estaban a ambos lados-

¿Cómo sabemos a cual ir? -Preguntó uno de los chicos desesperado mientras apuntaba a los infectados-

Solo hay dos opciones -hizo una pausa- morir aquí o tener unos minutos más de vida -Habló uno de los militares-

Vamos por allá -Susurró Charlotte señalando la casa de la izquierda- puede que tenga alguna salida

El general lamentó haber perdido su radio en la última batalla que tuvieron antes de encontrarnos.

Hay que mandar una señal o algo -Dije apuntando a otro de los infectados que me miraba hambriento-

La comida que habla demasiado me aburre, pero la que se escabulle me pone de los nervios -Dijo con locura el chico de antes, era uno de ellos por completo, lleno de manchas, ojos dilatados y cabello puramente blanco, además de su sed de sangre insaciable- ¡A comer! -Dio la señal y todos esos infectados se abalanzaron hacia nosotros-

Era una lucha sin duda sangrienta, los niños trataban de luchar al igual que todos.

El número de muertos iba avanzando considerablemente.

Solo pude agarrar a Tomi del brazo y correr con él hacia la casa junto con algunos niños y militares.

¿Cómo enviaremos la señal? -Preguntó Charlotte ayudando a cerrar la puerta-

Hay que buscar por toda la casa, quizás tengan bengalas o algo -Dije rápidamente mientras buscaba entre los muebles-

Hay un patio trasero, puede que haya una salida hasta el campo -Dije caminando hacia el patio trasero-

Uno de los infectados saltó desde las escaleras y casi me lastima, por suerte mi cuerpo reaccionó a tiempo y pude esquivarlo para luego clavarle la navaja en el cuello-

No creo que la puerta resista mucho -Dijo uno de los militares mientras sostenía la puerta-

Entré a la cocina, busqué entre los stand y pude conseguir algo.

Hay una bengala aquí -Grité mientras la agarraba-

Agarre un pedazo de servilleta y escribí "AYUDA" para luego pegarlo con cinta.

No está tan lejos, no debería ser tan difícil... o al menos eso espero...

Hay que ir al patio trasero -Dije mientras abría la puerta trasera-

El jardín era cerrado, era casi otra habitación de la casa ¿Cómo puede ser eso posible?

¿Tienen alguna granada? -Preguntó Charlotte viendo a los militares-

Tenga, es la última que nos queda -Le entregó una-

Charlotte se apuró y tiró la granada hacia la pared.

Entramos a la casa, lo suficientemente alejado para no sufrir tanto daño.

La granada explotó haciendo que la pared se derrumbara.

Todo era un desastre y estaba todo lleno de polvo.

Cerré por completo la chaqueta para proteger a Giselle del polvo.

Sin embargo un fuerte estruendo sonó por la parte de la puerta.

Aquel par de militares estaban en el suelo sin vida y un grupo de infectados iban entrando.

La vista sin duda era horrenda.

Esos infectados estaban sangrando, a algunos se les estaba regenerando la mitad de la cara o algún miembro que se les había arrancado.

Era como una típica escena de una película de terror.

¡CORRAN! -Gritó Charlotte mientras agarraba a un par de niños y corría hacia la puerta que tenía nuestra salida-

"Por favor por favor que salgamos con vida" supliqué a mis adentros, estaba desesperada.

Encendí la bengala y se la pasé a Lía, que estaba más cerca de la salida y la tiró con todas sus fuerzas al salir al patio.

Uno de esos agarró mi tobillo haciéndome tropezar, por suerte Charlotte le cortó la mano a tiempo, sin embargo el número de infectados aumentaba demasiado.

El camino por recorrer parecía alagarse.

Solo cinco logramos salir con vida: Lía, Charlotte, Tomi, Giselle y yo.

¡Vamos! -Dijo la chica corriendo hacia la pared destrozada- veo una salida, si podemos salir pero no estoy segura del tiempo que nos llevaría.

Corran -Escuché a Charlotte decir mientras sostenía la puerta con fuerza- yo me quedaré aquí y les daré el tiempo suficiente para que salgan con vida

Estas loca, no te dejaré -Dije mientras las lágrimas empezaban a acumularse-

Prometiste llevar a Giselle con su familia -Dijo con suavidad y lágrimas en su rostro-

¡No pienso dejarte! -Grité mientras me acercaba-

Lía llévatela -Dijo Charlotte mientras forzaba la puerta para cerrarla-

Lo siento mucho -Dijo Lía llorando mientras me agarraba la muñeca con fuerza-

Cuídate -Dijo Charlotte brindándome una última sonrisa antes de volver a concentrarse en la puerta-

¡NO! ¡CHARLOTTE! -Grité desesperada tratando de zafarse del agarre- ¡CHARLOTTE! ¡VEN CONMIGO! ¡Por favor! -La lágrimas corrían por mi rostro sin control mientras era arrastrada por aquella chica junto al pequeño Tomi-

Ya no tengo mi fuerza normal por la falta de alimentos que sufrí por lo que fue fácil arrastrarme hasta la salida.

Fue cuestión de segundos, Charlotte fue cubierta por esos animales.

Solo podía ver sangre y carne salir disparada desde el lugar.

La sola imagen era desgarradora...

Volteé mi cabeza negándome a seguir viendo esa escena atroz.

El pecho me ardía y dolía con fuerza, sin embargo corrí con todo lo que tenía.