2. Debemos avanzar.

Baje la mirada mientras las lágrimas escurrían por mi rostro, Jungkook se había quedado callado y la voz de mi madre se había dejado de escuchar al otro lado de la línea.

–No llores Jimin... Todo está bien pequeño, seguro solo se cortó la llamada.

Me lancé hacía sus brazos y lo abrace con fuerza aún sin dejar de llorar, sabía que no era solo eso, algo que no comprendía estaba ocurriendo y fuera lo que fuera nuestra vida corría peligro si seguimos ahí.

•T-tenemos que salir... Hacer lo que mamá dijo.

–¿Estas seguro? Pequeño no sabemos lo que hay afuera... Aquí al menos estamos seguros.

•No vamos a estar seguros siempre Kook... Es necesario salir de aquí, vamos a un vagón vacío, estamos en el vagón quince y solo debemos ir hasta el veinte, todo estará bien.

–Bien... Pero sin importar nada no quiero que sueltes mi mano Jimin.

Asentí ligeramente y vi como le sacaba el seguro a la puerta, contuve el aire durante unos segundos y luego la puerta fue abierta lentamente, vi como Jungkook se asomaba un poco y cerré los ojos, no quería ver nada feo aún.

–T-todo está en orden... No hay nadie, solo... Hay mucha sangre, vamos rápido, pequeño.

Abrí mis ojos y tragué grueso para después tomar la mano de Jungkook con fuerza, salimos con cuidado y apreté más su mano, él tenía razón, todo el vagón estaba cubierto de sangre.

Sentí la necesidad de vomitar por unos segundos pero luego me calme y avance junto con Jungkook, todo estaba muy silencioso, había demasiada calma y eso me asustaba aún más.

Avanzamos con cuidado y en silencio hasta donde estaban nuestros asientos y empezamos a tomar nuestras cosas.

Cuando terminamos de hacerlo caminamos hasta la salida del vagón pero nos detuvimos en la puerta.

–No grites Jimin~ por favor agachate.

Tape mi boca y me agache contra los asientos mientras las lágrimas bajaban por mis mejillas, mi corazón latía con fuerza y lo peor de todo es que me había visto obligado a soltar la mano de Jungkook.

Lo miré, estaba en los asientos frente a mí con un dedo en su boca, sabía que debía guardar silencio pero no sabía cuanto tiempo más podría hacerlo.

Escuché pasos acercarse lentamente hacía donde estábamos y cerré mis ojos apretandolos con fuerza, la cosa que caminaba hacía nosotros hacía un extraño y aterrador sonido.

Cada vez estaba más y más cerca, un par de minutos después escuché un golpe seco, sentí mi cabeza doler y luego todo se volvió oscuro.

Perdí el conocimiento.