socioantropologia

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EL CONTEXTO CULTURAL DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

 

NANDA, Serena. Antropología cultural. Adaptaciones socioculturales. México, Wadsworth Inc./Iberoamérica, 1.982.

 

Conformación cultural de la “realidad”

Conformación cultural del tiempo

Conformación cultural del espacio

Conformación cultural de la percepción y del conocimiento

Cultura y percepción

Cultura y conocimiento

¿Qué cosas se hacen en forma natural?

Conformación cultural de los hábitos alimenticios

Prácticas sexuales

Sexo y género

Conformación cultural y las emociones

Conformación cultural del egoísmo y la agresión

Resumen

La cultura es necesaria para la supervivencia y la existencia de los seres humanos. Prácticamente todo aquello que los hombres perci­ben, saben, piensan, valoran, sienten y ha­cen, lo aprenden a través de su participación en un sistema sociocultural. Los pocos casos bien documentados que registran las eviden­cias de niños relativamente aislados de la so­ciedad en los primeros años de sus vidas, confirman lo anterior.

Uno de los casos de excepcional interés es el del "niño salvaje de Aveyron" (Itard, 1962). En 1799, un niño de aproximadamente 12 años fue capturado en un bosque en Aveyron, Francia. Se le llevó a París, donde atrajo grandes multitudes que esperaban ver al "no­ble salvaje) de la romántica visión filosófica del siglo dieciocho. En lugar de ello encontraron un niño:

“...cuyos ojos tenían una mirada insegu­ra, sin expresión, que vagaba de un ob­jeto a otro... tan poco entrenado en el sentido del tacto, que nunca pudo dis­tinguir un objeto en relieve de uno pin­tado, Su capacidad auditiva era insen­sible a los ruidos fuertes y a la  música. Su voz se redujo al estado de total mu­dez y solamente escapaba de él un soni­do gutural uniforme... era igualmente indiferente al olor del perfume como a la fétida exhalación de la suciedad que llenaba su cama - (su) tacto se habla restringido a la sujeción mecánica de su objeto... (tenía) tendencia a trotar y galopar...  (y) un hábito obstinado de oler cualquier cosa que se le diera... mascaba como un roedor con uso fre­cuente de los incisivos... (y) no dio muestras de sensibilidad ante el frío o el calor y podía agarrar carbón ardiente de una hoguera sin vacilar o echarse se­midesnudo sobre un suelo húmedo en pleno invierno y quedarse ahí durante horas.,, Era incapaz de prestar atención y pasaba su tiempo meciéndose apáticamente hacia adelante y hacia atrás, igual que lo animales en un zoológico”[1].

Esta descripción del “niño salvaje de Aveyron” la proporcionó Jean-Marc-Gaspard Itard, un joven psicólogo que se hizo cargo de la educación del niño, a quien llamó Víctor. El creyó que la aparente subnormalidad de Víctor no se debía a algún padecimiento men­tal incurable o a idiotez, sino a la falta de par­ticipación en una sociedad humana normal. La narración que ofrece Itard de la educación de Víctor es una lectura fascinante. Pero más que eso, se enfatiza el hecho de que el poten­cial humano puede lograr su realización úni­camente dentro de la estructura de la cultura humana y si se desenvuelve en contacto estre­cho con otros seres humanos. Sin las limita­ciones impuestas por una cultura específica, no somos más libres, sino totalmente depen­dientes, en el sentido de que ninguna de nuestras cualidades y capacidades humanas pueden desarrollarse.

CONFORMACIÓN CULTURAL DE LA "REALIDAD"

Las formas en que los seres humanos perciben tanto el entorno físico como el social, lo que consideran verdadero en su entorno y 1a for­ma en que organizan sus respuestas al mis­mo, son conformadas por la cultura. La cul­tura es una “codificación de la realidad”, un sistema de significado que transforma la reali­dad física, que está ahí,  en experiencia de la realidad. Dorothy Lee (1959), una antropólo­ga interesada en las diferentes formas en que los pueblos ven su entorno y a sí mismos, des­cribe su percepción de la realidad al asomarse a la ventana de su casa: "Veo árboles, me gus­ta que algunos estén ahí; respecto a otros, tengo la intención de tirarlos para que no inva­dan más el pequeño espacio libre que dejé pa­ra mi casa". Ella prosigue con la descripción de la percepción de un indio de Dakota, Reno Negro quien considera que "el árbol tiene de­recho a la tierra, al igual que su... gente que vive de pie, en donde seres alados construyen chozas y crían sus familias".

Según Lee, los marcos de referencia con­ceptual correspondientes a diferentes culturas proporcionan diferentes formas para percibir una misma realidad física. Lee considera que todas las visiones de la realidad que son con­formadas culturalmente pueden contener una faceta diferente de la misma verdad. Estas concepciones de la realidad que son culturalmente diferentes moldean igualmente nuestra percepción de la relación que sostenemos con el entorno natural. Así, prosigue Lee, "el rompimiento de terrones en el proceso agríco­la puede ser un acto de violencia, de agresión personal, de dominio, de explotación, de au­tosatisfacción, o puede ser un acto de tierno cuidado, de involucrarse en el proceso de la tierra, de ayuda a ésta para que produzca a su debido tiempo. También puede tratarse de un acto de adoración en donde el campo es el altar". El individuo puede ser considerado co­mo el centro, el motor y amo de la naturaleza, como sucede en la cultura occidental; o bien se le puede concebir en armonía con la natu­raleza, como el agente que pone en efecto el potencial de animales y cosas inanimadas, co­mo sucede en muchos pueblos nativos de Norteamérica.



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En el texto hay: pereza, cutura, dormir

Editado: 17.02.2022

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