Solamente ámame

5. Es solo una observación

🎧🌷 chapter 5

 

 

 

Algo andaba mal y no era el simple hecho de que estaba mirándolo como una acosadora en plena clase o que inevitablemente había dejado de prestarle atención al profesor. El asunto era algo más profundo, por así decirlo. Pues entre más lo observará, más difícil se volvía la tarea de olvidar lo que dijo mi hermano.

¿Entonces significa que ese tal Donato algún día será tu novio? Porque si te dijo algo así es evidente que le gustas.

Tal vez Albert solo bromeaba.

Sí, eso debía ser. Porque no le podía gustar. ¡Para nada! Apenas lo conocía, digo: ¿Cómo es que el amor puede surgir tan de repente? En ocasiones podía ser así, en esas ocasiones simplemente el amor hacía su trabajo y todo florecía, pero ¿eso sucedió en el momento que nos conocimos?

Definitivamente no.

Mi corazón, indudablemente, seguía en el mismo lugar. Donde Lex era el principal artista y yo la entusiasmada seguidora. Y Donato se convirtió en lo más inesperado, aunque intentará negarlo.

Con la garganta seca vuelvo mi atención al enorme pizarrón, los números y fórmulas están escritos con tizas de diferentes colores mientras que en el silencio solo se escucha la voz del profesor. Garabateo algunos datos y mi enorme intento por estar atenta se esfuma cuando lo oigo suspirar. Entonces lo observó, remueve su cabello y talla sus ojos con cansancio. Estamos muy cerca, lado a lado, a una moderada distancia. Pero si decido estirar mi brazo, solo un poco más, podría tocar su mejilla y llamar su atención.

Pero eso solo era un extraño deseo. 

—¿Te entretienes? —la voz atrevida de Am se oye a mi lado—. Porque no dejas de mirarlo como acosadora, niña

—No lo observaba

—Sí, claro. ¿Nací ayer? —bromea, en voz baja

—Hablas como tu mamá

La pelirosa ríe.

—No, no hablo como ella. Solo usó su interesante léxico para saber cuáles son tus intenciones mirando a Donato de esa manera 

—Bien, tú ganas. Solo pensaba

—¿En lo que dijo tu hermano? —pregunta y es imposible negarlo—. Solo debes evaluar la situación

—¿Donato es una situación?

—Sip, en algo. Te explico —dice sin despegar su atención de la pizarra—. Es obvio saber si le gustas a un chico o no, son fases que todos pasamos, Inea. Pero en este caso debes ver las señales. Esas señales que te harán darte cuenta si a Donato le gustas o no. Y después, cuando lo hayas comprobado, darás el siguiente paso —se detiene y me observa de repente—. ¿Qué piensas hacer después?

—No lo sé

Ella bufa, exaltada.

—Ese es el problema, amiga. Necesitas responder esa pregunta. Además, ¿hasta cuándo piensas seguir enamorada de Lex?

—Hasta que sea el momento indicado

—¿Qué momento indicado? —pregunta y tal vez es la pregunta más difícil de responder

—Tampoco lo sé

Su desaprobatorio silencio me hace sentir pequeña, demasiado diría yo. Y ha pasado tanto tiempo desde que no me había sentido así. Mi corazón de alguna u otra manera sigue con la misma esperanza, pero era una que no podía mantener por mucho tiempo. Sería fácil dar el siguiente paso, decirle lo que siento y esperar su rechazo. Tal vez así sabría qué debía hacer. Era solo que no podía, en estos momentos no, me dolía la garganta cuando esa confesión quería surgir, como si mi subconsciente me advirtiera de que algo andaba mal.

Y yo no podía descifrarlo. 

—Te daré un consejo como tu amiga, es mejor soltar, Inea. Lex no te odiará por quererlo, porque no está mal querer a una persona. Te odiará si te conviertes en la villana

—¿Hablas de si me convierto en la chica que solo quiere separarlo de su novia?

—Sip, lo bueno es que tú no eres así. Así que desde mi punto de vista tienes dos simples opciones. Opción uno, dile lo que sientes y le haces saber que no buscas alejarlo de Silvana —alza la mirada con decisión, sin perder de vista el pizarrón—. Opción 2, no le digas nada y deja que todo fluya. Quien sabe y termines de novia con Donato

Me quedo quieta y solo oigo su risa.

¿Cómo podía decir tales cosas con tanta naturalidad?

—Me siento ofendida teniéndote de consejera

—Soy la mejor consejera que puedas tener, ¿alguna vez han fallado mis intuiciones? —no respondo y ella no abandona su triunfal sonrisa—. Tu silencio lo dice todo, torpe. Y ahora mi intuición dice que debes invitar a Donato a sentarse con nosotras en la cafetería, ayudará tenerlo cerca

—Eso me pone más nerviosa. ¿No querías que buscará una decisión?

—Sí, por eso —me mira

Es fácil saber lo que desea.

Me quejo ante mis repentinos pensamientos y vuelvo mi atención a la clase, pero ya es demasiado tarde. Ha terminado y sigo sin entender qué significan todas esas fórmulas. Mi madre me mataría si supiera que estoy muy distraída. 

El profesor se despide deseándonos un buen receso, las voces se alzan y uno a uno, cada alumno abandona el aula mientras mi paciencia me hace cerrar mi mochila con inquietud esperando que nadie note mi presencia. Siento el cuerpo adormecido por tantas horas sentada, estiró los brazos y suspiro. Estoy demasiado cansada para pensar ahora en sonrojarse o titubear, pero es imposible.

Regreso a mi principal tarea; observar a Donato. Solo que esta vez, ya no hay distracción en su mirada, porque está concentrado en mí y en mi eterno silencio.

—¿Qué ocurre? —preguntó, él sonríe 

—Amanda dice que quieres sentarte conmigo en la cafetería. ¿Eso es cierto?

La pelirosa alza los hombros cuando intento encontrar sentido a su confesión.

—Yo no dije eso —reprocho

—Lo dijo, solo es tímida —dice ella, cómplice y coqueta—. Así que haznos compañía, nos hará bien la presencia de un hombre lindo en nuestras vidas

Pero, aunque intenté negarme, ya estaba de pie rumbo a la cafetería.




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