capitulo 9

…………..Kelaya……………

Pronto este reino me pertenecerá y todos tendrán que vivir bajo mi mando, nunca nadie mas me pasara por encima, ya fue suficiente de que me pisoteen y menosprecien basta de ser el trapo sucio de todos. Ser la villana me cae mejor, nadie pasa por encima y me respetan como debió ser desde un principio porque yo voy a reinar, soy la verdadera reina destinada.

…..DESCONOSIDA…..

Hace mas de 100 años hubo una pequeña y talentosa bruja, sus ojos eran celestes como el cielo despejado, su piel blanca de porcelana, labios rojos como la sangre y cabello dorado como el oro, su inocencia y amabilidad era muy grande. Mediante que aquella niña crecía su poder también, era amada por su familia y su pueblo, ya que iba a ser la próxima líder de una pequeña manada, su madre una poderosa bruja y su padre líder de la manada del norte, una familia amada y respetada por la mayoría, pero habían otros inconformes con los lideres, ya que su heredera no era una licántropo, pues heredo solo la parte de su madre.

Pasaron los años de felicidad y cuando aquella pequeña cumplió ocho años su pequeña burbuja de felicidad callo pues su manada estaba siendo atacada y ella por ser una niña con sus poderes sin surgir totalmente huía junto a su madre.

-escúchame Aria tienes que seguir sin mi- dijo la mujer de ojos esmeralda- te enseñe lo suficiente debes de seguir sola.

-pero mama y papa y tu- acaricia su cabello con una sonrisa- amor voy por tu padre, pero no puedo protegerlos a los dos al mismo tiempo- da un paso atrás alejándose de su pequeña- huye ya sabes donde ir nos veremos mi pequeña bruja- y la mujer da la vuelta corriendo a toda velocidad dejando aquella pequeña atrás.

Aria corría sin parar como su madre le dijo, solo había un lugar al cual ir la familia de su tía Seren y Alda, ellas la protegerían, además estaba su prima Asterin, no había tenido la ocasión de conocerse ya que se reunirían el día de mañana, pero esos planes se vinieron abajo con el ataque a su manada.

-alto- gritaron los hombres los cuales custodiaban la entrada del castillo- quien eres y que quieres- la pequeña niña sale de a poco de la oscuridad del bosque.

-busco a Seren- dice con su voz dulce y suave.

- una mugrosa como tu- la señala con su espada- que tendría que hablar con nuestra reina- y empuja a la pequeña niña haciéndola caer.

Con sus ojos brilloso se levanta nuevamente limpiando su pantalón, aunque a decir verdad estaba completamente sucia por la suciedad del bosque.

-por favor, solo díganle que es Aria y si ella no quiere verme me iré- junta sus manitas rasguñadas por la hierba del bosque.

-no entiendes- levanto su mano para golpearla, pero es detenido por el otro guardia.

-solo es una niña.

-si, pero una niña puede causar grandes estragos- dice el hombre soltándose furioso del otro.

-Geremy solo ve y avísale a su majestad ella te dirá que hacer- dice el hombre tranquilamente- o prefieres que le notifique que golpeaste a una pequeña solo por querer verla- el hombre furioso entro a buscar a la reina.

-gracias- dice la pequeña mientras una lagrima se escapa de los orbes de sus ojos.

Pasaron los minutos y aquel hombre salió con una mirada arrogante y una sonrisa ladina, se posiciono junto a su compañero mostrando imponencia y prepotencia.

-su majestad dijo que no tenia nada que hablar con una plebeya como tu- dijo con voz profunda.

- entiendo- dijo la pequeña dando vuelta y adentrándose nuevamente al bosque- madre y ahora que hago- dice al cielo mientras otra lagrima se le escapa.

La pequeña camino un buen rato hasta que encontró una pequeña cueva y se refugio hay para dormir, a la mañana siguiente la despertó su pequeño estomago gruñendo de hambre, se acerco al bullicio que escucho desde temprano y era un pequeño pueblo, se acerco a una pequeña frutería y toco a la mujer dueña del lugar.

-perdone la moleste tan temprano- dice agachando su cabeza avergonzada- es que quería saber si podría regalarme algo que comer por favor- dijo y sus pequeñas mejillas se tornaron rojas.

-toma pequeña- dijo aquella mujer con una sonrisa- pero que haces tan sola- dice mientas la niña toma la manzana que ella le ofreció- donde están tus padres- miro a la mujer a los ojos y sus ojitos se aguaron.

-ellos…ellos…no- no pudo seguir pues su voz empezó a entrecortarse y para evitar llorar prefirió parar y agachar la cabeza.

-oh lo siento mi niña- dijo la mujer abrazando a la pequeña- si no te molesta puedo ofrecerte mi hogar- dijo separándose de la pequeña- no es mucho lo que tengo, pero por lo menos ya no sufrirás más frio.

-enserio- dijo el pequeño ángel con su corazón roto y sus ojos llenos de lágrimas.

Aquella mujer recibió aquella pequeña como suya, pues tristemente ella no podía tener hijos y el hombre que amaba la dejo y se caso con otra debido a esto. Transcurrieron diez años y aquella pequeña ese día cumplía ya sus veinte años, su belleza era envidiable todo hombre que la viera quería cortejarla, aunque ella rechazaba a todos, pues sabia que la buscaban por su belleza y no por amarla.

-Agnes ya- dice la rubia de ojos celestes- no estoy bromeando- dice seria apretando los puños a los lados.

- es un chiste no- mira seria a su amiga- debes de estar bromeando- al mirar su seriedad supo que su confesión era real- hay que asco, no seas asquerosa- dice alejándose unos pasos de la chica- como puedo gustarte Aria, somos…somos mujeres.

-y – dice viéndola fijamente a los ojos.

- que eso esta mal a mi- dice señalándose- me gustan los hombres si los que tienes- se señala la entrepierna- un pito el cual pueda probar cada noche- luego la señala- eres una loca- ríe sarcásticamente- ahora entiendo porque ninguna mujer te quería cerca, como van a querer- la señala completa- a una rara como tú.

Da la vuelta y se aleja de la rubia la cual agacho la cabeza sintiendo sus ojos aguarse, limpia rápidamente las lagrimas que lograron escaparse, da la vuelta y corre veloz a su casa encerrándose en su cuarto, con la almohada tapando su cara lloro como no lo había hecho desde que se separo de su madre. Estuvo llorando por mas de una hora hasta que su cuerpo no dio mas y entro en un sueño profundo.