LUAN, ALFA.
—Date prisa— le ordene a Jeremy— tenemos que ir tras ella, antes de que lleve a cabo su plan.
—¿De qué estás hablando?— me preguntó confundido.
—Maya, Maya acaba de ir a la ciudad— le respondí, mientras caminaba de un lado para otro, buscando un libro.
—¿Y eso que tiene de malo?— se apoyo de espalda en mi escritorio— siempre va a la ciudad— se cruzó de brazos— no se porque estás tan urgidos por ello.
—Porque irá tras el chico que mordí— buscaba en un estante y otro, esperando encontrar lo que buscaba.
— ¿Cómo irá tras él, sino sabe quién es?— se burló— ni siquiera lo hemos encontrado y ella tampoco lo ha hecho.
—Pero lo hará, por ello tenemos que encontrarla antes de que haga lo que va a hacer.
—¿Y qué va hacer?
—Lo va a inyectar, Maya me robó la inyección de "pre-lunar" la inyección que aunque no haya luna llena, hace que te transformes y si no vamos tras ella y la detenemos, esta noche tendremos a un cachorro descontrolado por la ciudad, pondremos en riesgo a toda una ciudad, por su culpa— le expliqué.
—¿entonces que estamos esperando, para ir tras ella?— se incorporó— tenemos que salir ya, antes de que llegue a la dichosa fiesta, en donde hay un montón de chicos en riesgo, ahora mismo.
—Necesito el libro en donde está la posición guardada— respondí
—¿Este?—tomo el libro que estaba en mi escritorio, el mismo que estaba buscando, lo abrió y saco la ampolla, con el antídoto que haría dormir a aquel nuevo lobo, si es que llegábamos tarde y no podíamos impedir que Maya lo inyectara— andando— dijo guardándose la ampolla del dardo en la parte interna de su chaqueta, para después tomar la pistola y guardarla en la parte trasera de su pantalón.
Salimos a toda prisa del campamento y corrimos cerro abajo a toda velocidad.
—Llegan tarde—nos dijo Maya, muy sonriente—ahí esta tu cachorro asustadizo— me señaló a un chico que se encontraba en el suelo retorciéndose de dolor, mientras la mordida de su brazo comenzaba a notarse, sus ojos cambiaban de color y sus manos estaban siendo reemplazasas por garras, con las cuales se rasgaba la ropa.
—¿Que me hiciste?— le pregunto a Maya.
—Yo no te hice nada, no hice nada más que adelantar tu transformación y salvarte la vida, encontrándote primero— le explicó, agachándose a su lado, lo cual nos dió tiempo para que Jeremy cargará la pistola y lo apuntará— que ni se te ocurra, le gritó Maya, lanzándose sobre él, impidiendo que le disparara, le quitó el arma y la hizo mil pedazos, lo golpeó en la cabeza dejándolo inconsciente y luego volvió hasta donde estaba el chico y volvió a hablarle— tranquilo no pasa nada— lo tranquilizó, el comportamiento de Maya me extrañaba, parecía alguien muy distinta a la chica que había conocido y criado— escúchame, necesito que cuando la transformación se complete corras al bosque y te alejes de la ciudad y de las personas, necesito que te internes en lo más profundo del bosque, donde nadie te encuentre, prometo ir tras de ti y cuidarte, para que no lastimes a nadie.
—Duele— se quejo él, retorciéndose— duele mucho, has que pare, por favor— le suplico— no lo soporto, no quiero morir, por favor has que el dolor paré.
—Pronto lo hará, tranquilo— lo acarició en la cabeza— solo respira, no te voy a dejar solo.
—Ahhh...— gritó cuando los colmillos comenzaron a asomar.
Ver la transformación de aquél chico, era extremadamente horrible, nunca antes había visto sufrir a un lobo recién transformado.
—¿Que hiciste?— grite con impotencia
—Encontear a tu cachorro antes de la próxima Luna llena, antes de que se transformara frente a sus padres o amigos, antes del día en donde ni siquiera pudiéramos detenerlos, antes de que se transformara en luna llena en un lugar lleno de personas— contraatacó— o en casa en donde podrían estar sus padres
—No pensaste acaso en que aquí a unos cuantos metros, está lleno de chicos y que no es mucha la diferencia—la regañe
—Si lo pensé, por eso lo traje al borde del bosque y si es mucha la diferencia, porque ahora sabemos quién es, en cambio si llegara la luna llena y no hubiéramos descubierto quien es, estaríamos en serios problemas, porque tendríamos un lobo descontrolado por la ciudad, un lobo que te recuerdo, que a pesar de todo lo que hemos hecho, para que hablara, se negaba, un lobo muy diferente a todos los que has transformado, un lobo que ni siquiera confiaba en su manada, para contar lo que le había pasado en el bosque.
—¿Cómo supiste que era él?— dije dándole la razón—¿Cómo supiste a quien inyectarle a pocima?
—No lo supe— me quedé atónito, si saber que decir— no sabía a quién de los dos inyectar, por lo que inyecte a los dos.
—¿A los dos?— dije sin dar crédito a lo que me decía.
—Si, primero inyecte al chico que encontró Jeremy en el bosque esa noche, pero apenas lo inyecte, cayó al piso inconsciente, por lo que supe que no era él— dijo como si aquello no fuera nada grave— así que lo recogi del suelo, lo cargue en mis hombros y lo lleve hasta una de las habitaciones de la casa, en donde le quite toda la ropa y lo deje durmiendo desnudó, le dije que la inyección era para que tuviéramos sexo hasta no poder más— me explico al ver mi cara de confusión— y es como se va a sentir mañana, cuando despierte, se va a sentir...