Después de hablar con la reina y de asistir a mis clases, tengo la tarde libre, por el momento solo doy un paseo por la mansión, no hay más que pueda hacer en realidad; los informes de la empresa los guarda Sebastian en la oficina de mi padre bajo llave, así que no puedo revisarlas. Los chicos ya son menos desastrosos y Sebastian parece relajado, sobre todo por que al parecer cuando regresamos la mansión estaba aun en una pieza.
He salido al jardín encontrándome con la belleza negra del otro día, ese pequeño gato, parece mas una mascota que un gato callejero.
Hace un año me moleste por el compromiso arreglado al que estaba llegando mi padre con los condes Ajax y "huí" por el jardín hacia el bosque que se encuentra en la propiedad, necesitaba despejar mi mente e idear una manera de romper aquel innecesario compromiso; camine por la zona hasta que encontré el cadáver de una gata, que al juzgar por las mamas debía de estar criando por lo que decidí buscar en donde ocultaba a sus crías, no tarde mas de media hora para encontrar una "madriguera" de donde provenía unos maullidos algo débiles, después de un rato de intentos logre alcanzar a la criatura para sacarla con cuidado, se encontraba al borde la muerte, asi que sin pensarlo mucho volví corriendo a la mansión y en el camino me encontré con Sebastian.
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—Señorita su padre me envió a buscarla, acompañeme.
—Se...Sebastian - Hablaba con dificultad debido a la carrera que tome de regreso —Necesito leche - Le mostré la pequeña cria luchando por su vida y asustado.
—Señorita es una cría su madre...
—¡Esta muerta Sebastian! - Exclame sin alzar la voz —Él es el único que aun sobrevive... Pero se encuentra débil.
—Señorita sabe que su padre...
—No importa, llevame a mi habitación y consigue leche o lo que sea necesario para el gatito, es una orden.
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Esa creo ha sido la orden mas estúpida que le he dado a Sebastian quien insistió en mantener su ética de mayordomo a pesar de que él también se sentía encantado por el felino indefenso.
Lo oculte de mi padre no se me dificulto mucho pues el único que entraba la mayoría de las veces a mi habitación era, es; Sebastian, y como se imaginaran el felino se recupero lo suficiente para regresar a lo salvaje, pero a pesar de todo sigue volviendo a veces solo y otras ocasiones con compañía.
—Parece que le tiene cariño Señorita - Afirmó a mis espaldas mientras yo seguia dandole cariño al felino.
—No creó... - Contradije —Solo viene cuando tiene hambre y no encuentra algún alimento - Lo había cargado y segui con las acaricias.
—Todos los días, todas las noches a cualquier hora, entonces seria un glotón - Señalo con cierta diversión en su voz
—... Tal vez tengas razón... Aunque sólo pide comida a las horas de desayunar, comer y cenar - Recorde, el resto de veces es en busca de ser mimado un poco.
—¿Por qué no le pone un nombre?
—Por que eso significaría que me pertenece y no quiero que se sienta atado - Lo baje y se acerco a Sebastian.
—Bien... Sebastian a ¿que venias? - Finalmente pregunte.
- Se encontraba a la la altura del gato acariciándolo —Le venía a informar que la comida esta lista - se reincorporó.
—De acuerdo, después de servirme, trae su comida.
Nos adentramos a la mansión, el felino nos siguió hasta la puerta trasera, seguramente esperaría pacientemente su porcion de alimento; nos dirigimos al comedor, al llegar los chicos, Luliana, Víctor y Fredd; me esperaban, les pedí que almorzaran conmigo en la mañana, de vez en cuando es agradable no ser la única en la mesa.
Hoy no tengo planes y no quiero molestar a Sebastian con algo innecesario, la comida como siempre era deliciosa, ¿Cuanto le habrá costado aprender a cocinar?, la relación con mi padre era solo la de un demonio y su presa, pero ahora solo es un mayordomo que hace su trabajo, la reina fingió su muerte hace algunos años en 1901 dejando a su heredero a cargo, pero aun trabajamos para ella ya que aún se encarga del país desde las sombras, posiblemente considere que el actual rey aun no este del todo listo para encargarse por completo de ambos lados de la moneda.
Después de la comida me fui a cabalgar por los alrededores sola, habia pasado un tiempo desde que pude cabalgar por mi cuenta, me aydaba a distraerme y a no perder la nocion de todo lo que posee el apellido Phantomhive.
~Sebastian~
La señorita se había ido a cabalgar por su cuenta, pidió que no le acompañara, aunque por la marca se donde esta específicamente, si le ocurre algo tardaría un poco en llegar a su posición.
Tengo ordenes de cuidarla y protegerla, para eso necesito que se mantenga cerca y aun tengo cosas por hacer en la mansión, a veces Mi Señorita me complica un poco las cosas
—¡Señor Sebastian! Sale demasiado humo de la cocina. - Llego Luliana a informar.
—¿Y Víctor? - La molestia en mi voz no se oculto.
—No lo sé, posiblemente se olvido de algo.
De inmediato me dirigí a la cocina, no necesitaba mas trabajo; al llegar había humo por todos lados, algo se había quemado en la estufa, sorprendentemente Víctor ya lo estaba apagando.
—Vaya se quemo - Se lo había dicho asi mismo.
—Víctor ¿Qué sucedió aquí?
—Oh, Sebastian, nada grave solo se quemo lo que cocinaba, me distraje y cuando me percate el trozo de carne que tome de prueba... - Señalo dicha carne, o lo que quedaba; en la estufa —Quería asarla.
Tenia razón, nada había explotado, la carne se paso de cocimiento, pero eso era todo, el humo debió encerrarse.
—Entonces limpia este desastre.
—Si, señor - Respondio energético.
Me retiré de lugar para continuar ordenando el papeleo del Joven Amo en su despacho, de esta forma cuando regresara podria encargarse mas fácilmente de los asuntos de la fábrica.
"Sebastian... creo que me perdí, disculpa si te molesto pero... ¿Podrías venir por mi?"
La pena se hacia presente en su voz, voz que resonaba en mi cabeza.
—Señorita debe poner atención.
"Lo sé, perdona..."
Extrañamente este tipo de comunicación telepática solo puedo realizarla con la Señorita, es una ventaja ya que podrá contactarme con sutileza cuando sea necesario.
~Angelica~
Me he perdido en mi propia propiedad, me distraje y ahora ya no se en donde estoy con exactitud, trate de volver pero no logre ubicarme, ya llame a Sebastian... mental... telepaticamente.
No estoy segura de por que es que puedo hacerlo, ni por que solo con él, seria útil hablar de esta manera con mis padres, en momentos así podría hablar con ellos cuando viajan, no recuerdo cuando fue que lo descubrí exactamente... creo que me estaban llamando la atención de algo relacionado con gatos y revisarían mi habitación cosa que no quería ya que tenia ocultas algunas maravillas felinas en mi habitación, y repetía en mi cabeza "Sebastian por favor saca los gatos de mi habitación" varias veces y cuando mi padre termino de regañarme escuché vagamente un "Yes, My lady", mi padre reviso mi habitación... Oh sorpresa no había gato alguno. Después de eso hable con Sebastian y el los tenia, al inicio podíamos oír cualquier pensamiento perdido o a veces ni eso, pero aprendimos a controlar lo que queríamos oír. Lo sé, se oye un poco tonto, aun asi es una tontería que resulta útil.
—Señorita ya he venido por usted, desea acompañarme - Su voz me saco de mis pensamientos.
—Si, gracias - Baje del caballo y le di las riendas.
—Debe tener cuidado y poner mas atención.
—Lo sé...
Caminamos de vuelta a la mansión sin platica alguna, después de todo seguia avergonzada por aquel descuido de mi parte, aunque él no me dijo nada mas al respecto, seguro le habia fastidiado, aun asi me acompaño para dejar a White, mi caballo; en los establos. Después de cenar fui a la biblioteca para continuar con una de mis lecturas, pero también fue donde me quede dormida.