La batalla de miradas continuaba aun cuando la señorita nos llevo al salón donde otros invitados ya estaban presentes y en convivencia, fue hasta que la sirvienta se retiro del salón que Sebastian relajó su mirada.
—¿Ocurrio algo? - Pregunte después de unos segundos.
-Su vista se dirigio a mi para sonreír y negar levemente mientras me respondia —Nada en especial Señorita, no se preocupe.
—Entiendo - Decidi no cuestionar, si no quería decirme era por algun motivo.
De todos los presentes los únicos que reconocía era a Lau y Ranmao, de los demás simplemente no recuerdo haberlos visto antes, me senté en una de las sillas colocadas cerca de uno de los ventanales de aquel salón.
—Le traeré algo de beber - Me informo con una reverencia, solo asentí antes de que se fuera.
Oh genial acabo con un maniático de los ojos y no puedo iniciar alguna conversación con alguien decente, la mayoría aquí son mayores, me siento un poco excluida, usualmente no se de los temas que le agradan a los adultos, además de que en rara ocasión me han dejado opinar realmente.
—Condesa ¿Esta bien? - Me saco de mis pensamientos haciéndome voltear al verlo.
-Me levante al percatarme de quién se trataba —Si, Joven Alex, solo pensaba un poco.
—Son demasiados adultos ¿cierto? - Menciono tras mirar en dirección al resto de sus invitados.
—¿Demasiados? - La confusión en mi voz no se hizo tardar.
—Si, la verdad es que solo quería una convivencia con jóvenes como usted y como yo - Comenzo a explicar con brevedad —Algo más sencillo, pero mis padres insistieron en hacer un baile.
—Deben tener sus razones - Respondi aquello que seria mas apropiado, no debía ni ponerme de acuerdo y ni en su contra —Los padres siempre buscan lo mejor para sus hijos.
Sebastian llego con dos bebidas justo después de que terminara de hablar y nos las entregó.
—Tiene razón - Concordo conmigo mientras tomaba la bebida —Gracias Señor...
—Sebastian Michaelis, Joven Alex, soy el mayordomo y tutor de la Señorita Angelica.
—Vaya... - Parecio que lo analizo un momento —Es muy elegante para ser solo un mayordomo, no esperaba menos de los Phantomhive.
—Se lo agradezco - Respondi al cumplido —Mi padre trata de que todos estén bien vestidos sin importar la ocasión, ademas de ser los mejores en sus áreas.
—No hay que agradecer Condesa, ahora, si me permiten debo ir con los demás invitados - Estrechamos manos y se retiró.
—Sebastian... - El mencionas que los padres hacen lo mejor para sus hijos había dirigido mis pensamientos a ellos —¿Como están mis padres?
—Bien señorita, no se preocupe - Respondio con seguridad tranqulizandome.
—Esta bien - Sonreí y volví a tomar asiento, no necesitaba mas respuesta que esa, después de todo se trata de Sebastian, si algo estuviera él sería llamado por mi Padre.
La fiesta inició oficialmente a las siete de la noche como al parecer se tenia planeado, aunque también comenzó a llover... extraño teniendo en cuenta lo bien que se habia visto el clima, hable con algunos socios de mi padre ya que me reconocieron, principalmente por Sebastian; después de un rato hablando logré identificar quienes eran, aunque más bien me dieron algunos breves informes verbales, lo cual agradezco por que Sebastian no me deja revisar los que llegan a la mansión, y en cuanto a él, se ofreció a ayudar a los sirvientes ya que al parecer tuvieron un contratiempo.
—Veo que el mayordomo no ha cambiado, al menos no en su estética de trabajo - Finalmente me habia librado de los socios y ya que ellos estaban cerca me acerque para sentarme a su lado.
—¿A que se refiere señor Lau? - Pregunte, no entendía del todo su comentario, ¿Era diferente en algo?
—Bueno, ahora se nota mas apegado por su trabajo ¿Verdad Ranmao? - Ella solo asintio concordando con él.
¿Apego?, Es decir que ya no lo hace por obligación exactamente, me confundí un poco por su extraña afirmación, la ligera lluvia de antes ahora era una tormenta, pero aun se disfrutaba de la fiesta y algunas parejas ya bailaban gustosamente con la música que había.
—Condesa, ¿Me concede esta pieza? - El Joven Alex se habia acercado y me extendió su mano.
—Si joven Alex, por supuesto - Tome su mano y nos dirigimos al centro del salón, para bailar el vals.
—¿Por qué vino sin acompañante? - Pregunto mientras dábamos una vuelta.
—¿Sin?, Sebastian me acompaña - Respondi con cierta extrrañes y obviedad.
—¿Qué ue relación tiene con exactitud con él? - Cuestiono mientras me hacia girar a mi.
—¿Relacion?... Ninguna en especial, solo es un mayordomo - Señale lo obvio —¿Por qué la pregunta?
—Por que me gustaría pedir su mano personalmente - Respondio directamente.
—¿Mi mano?...- Pregunte ingenuamente confundida.
—Claro no pienso obligarla - Explico —Quisiera conocerla mejor si me lo permite, conocer mas allá del vago recuerdo de cuando visitaba la mandion Phantomhive.
—Bueno yo...- No sé que hacer en una situación así, ¿Debería rechazarlo o no? —La verdad es que no se que responderle ahora Joven Alex.
—Entiendo, pero ¿Me gustaría que fuéramos amigos genuinos?, mientras se toma su tiempo para darme su respuesta.
—Claro, no tengo problema con ser su amiga, pero le pido que no se ilusione conmigo.
—De acuerdo, entonces dejemos las formalidades conde... perdón Angelica.
—Esta bien... Alex.
El baile termino y se retiro, ya que dijo que iría a ver si el cocinero recupero el tiempo perdido, poco después de que salio del salón, Sebastian entro y se acercó a mi.
—¿Todo bien Sebastian? - Pregunte mientras me alejaba de la pista de baile para evitar estorbar.
—Si, solo cocinaron de más algunas cosas - Me siguio —Nada que no se pudiera arreglar.
—Entiendo.
-Espero un momento anted de continuar —¿Puedo saber que le dijo al Joven Alex?, se veía muy alegre en el pasillo.
—Para resumir quería proponerme matrimonio, pero le dije que no podía corresponder y al final terminamos como amigos - Resumí.
—Entiendo - Vio hacia una de las ventanas —La tormenta esta empeorando.
Solo asentí tras mirar a donde el miraba, seguramente se haría dificil volver a la mansión, pero me enseñaron que no podía abandonar una fiesta a no ser que fuera realmente grave; la cena como tal ya estaba lista por lo que los invitados aun presentes fuimos llamados y guiados al comedor por la sirvienta que nos había guiado anteriormente al salón.
La comida era deliciosa y por el sabor familiar supe que Sebastian se había encargado, él me esta atendiendo, mientras que los sirvientes de Alex a los demás invitados, Sebastian insistió a que permitiera que él me sirviera, creo que no se confía mucho de la sirvienta principal, me encuentro junto a Alex quien disfruta de la comida y en cada oportunidad que tiene elogia a Sebastian, ya pasan de las nueve de la noche, y la tormenta no paraba todo lo contrario, se podía escuchar que se ponía peor.
-Alex se levantó unos momentos después de que los invitados finalizaran sus alimentos —Les agradezco su asistencia y el hecho de acompañarme a esta velada, por motivos del clima les pido que se queden esta noche, Ashelia les asignará una habitación, esperemos mañana mejore el clima para que vuelvan a sus hogares y actividades sin atraso - Una sonrisa finalizo aquel anuncio.
Todos los presentes comenzaron a seguir a Ashelia, si ya recuerdo su nombre; despies de que esta se los pidiera, menos Sebastian y yo, aún seguíamos en nuestro lugar, ni siquiera Alex se habia percatado al salir para apoyar a su sirvienta.
—Señorita ¿Ocurre algo? - Se acercó y se inclinó a mi altura.
—Sebastian ¿Podrías pasar la noche conmigo?, ya sabes si llega a pasar algo - Pedi en voz baja.
—¿Segura My Lady?, no quisiera incomodarla con mi presencia - Respondio de la misma forma.
—Si, además sabes que me costara conciliar el sueño sin algo familiar cerca.
—De acuerdo - Me extendió su mano para ayudarme, la cual acepte, me levante de mi asiento y Alex entró.
—¿Angelica? - vio nuestras manos un momento —Vamos no te quedes atrás solo faltan ustedes.
Asentí y lo seguí junto a Sebastian, al parecer Ashelia ayudaba a lo demás ya que la ví con algunas cosas entrando a una habitación.
—Señor Sebastian su habitación estará frente a la de Angelica, la que estará cerca de la mía por lo que pueden despertarme por cualquier cosa - Paramos en medio de dos puertas —La de mi izquierda es la de Angelica y la de mi derecha la suya Sebastian, la puerta del fondo es la mía - Dijo mientras señalaba dichas puertas antes de despedirce —Tengan buena noche.
Dicho eso se fue hacia su habitación, claro esta no le informe que dormiría con Sebastian, revisamos las habitaciones y decidimos quedamos en la de él, esto debido a que no había ventanas ni balcón, además era relativamente mas pequeña de área, las camas de ambas habitaciones eran iguales, ademas tenia lo necesario, la otra en cambio sentí que tenia cosas de más.
—Señorita sera mejor que se quite el vestido - Habia entrado primero, pero al voltear en su dirección tenia mi bata en sus manos.
—De acuerdo - Sinceramente no me sorprende, siempre hace ese tipo de cosas si es necesarii.
Me quito el vestido, por fin respiró; para ayudar a ponerme la bata, me acosté en la cama y me arropó como de costumbre, pero se había quedado de pie a un lado.
—Sebastian... no te preocupes en seguir tu estética de mayordomo en este momento - Me arrime a la orilla y me senté para que entrndiera que era en serio —Ven puedes recostarte - Palpe la otra orilla.
—Señorita, sabe que no puedo...
—Por que seria una falta de respeto, ya lo sé, pero me es extraño no estar en casa - suspire resignada, no podía obligarlo —Por lo menos toma asiento a mi lado hasta que duerma.
Suspiro pesadamente y se sentó a mi lado después de que me arrime al centro de nuevo.
—Disculpa por ser tan molesta.
—Usted no es molesta, solo es... - Dudo —Usted misma eso es todo my lady.
—Gracias, sé que lo dices por que debes evitar que me sienta mal, pero gracias.
Me acomodé en posición fetal viendo a Sebastian en la oscuridad, poco después me quedé dormida arrullada por la tormenta.