Solo hasta que te enamores

Capítulo 2. La invitada

Kalet

Llevábamos tres horas en el mismo supermercado tomando y dejando diferentes tipos de carne, solo porque a Emily, mi hermana, nada la complacía. “¿Qué comerá?” “¿Y si a ella no le gusta?” “¿Y si es alérgica?” No paraba de preguntar un montón de cosas sin sentido por las que no se estaría preocupando si, en primer lugar, no hubiese aceptado que una completa extraña se quedará en su casa.

De todos los presentes en este día solo mi hermana y mi sobrina eran las más emocionadas con la idea de que una famosa actriz se hospedará en su casa y justo hoy que era “ese” domingo en familia que tendríamos que compartir con ella. Claro que nadie se iba a poner en contra de su entusiasmo, pero las preguntas de Emily estaban comenzando a fastidiar a todos los presentes.

— Por favor, Emily, ¿puedes cerrar la boca? — Dean era el menor de los tres, siempre el más rebelde, quien últimamente no estaba soportando en lo más mínimo la actitud de nuestra hermana.

Ella, como cuál niña pequeña, solo le mostró la lengua para posteriormente seguir con la tarea de buscar la comida ideal para su invitada.

— ¿Por qué no solo le pediste a Leopold qué preguntará? — pregunté yo, intentando sonar compresivo para que así ocultar que, así como Dean yo también deseaba con toda el alma salir ya de ese lugar y por fin comer algo, estaba muriendo de hambre literalmente.

— Ni lo intentes, Kalet Masson, sé lo que planeas y no me iré hasta encontrar todo lo que necesito —respondió ella con esa mirada de “te atrapé” que siempre tenía cada vez que adivinaba lo que Dean o yo pensábamos.

Así pasaron diez, veinte y después, treinta minutos antes de que ella pudiese decidir si la lechuga morada o la verde, que, para mí era igual, no era como si no pudiese comprarse las dos, pero bueno, ella siempre complicaba todo.

Justo cuando al fin estuvimos a solo dos pasos de poder, al fin pagar todo lo que llevábamos, apareció Leopold pálido, blanco, como si el alma se le hubiese ido del cuerpo.

— ¿Han visto a Elody? — Preguntó rápidamente y jadeando como si hubiese corrido un maratón.

— Ella estaba contigo —dijo Dean en respuesta a lo obvio, ya que él la había llevado por un helado.

— Sí, pero entramos a una tienda, estaba junto a mí y de pronto ya no. Sus palabras eran demasiado rápidas y en ellas se podía escuchar toda la angustia que sentía.

— Está bien —exclamó Emily, quien aún se mantenía serena —. Ella sabe cómo pedir ayuda y jamás se va con extraños. — Esas eran palabras de aliento para sí misma, porque se podía ver que estaba tan preocupada o quizás más que Leopold.

Podía jurar que nadie había dicho nada, parecía que casi telepáticamente nos habíamos comunicado e inconscientemente cada uno tomó su rumbo. No sabíamos por dónde empezar, solo sabíamos que debíamos encontrar a Elody lo antes posible.

Ella había heredado el cabello negro azabache de la familia, por ello era a un más fácil de reconocer. Nadie como los Masson para identificar a uno de ellos, esa era una ventaja y yo sabía que internamente todos orábamos por ver frente a nosotros ese negro tan particular.

Entre tienda por tienda y en ninguna encontraba nada, hasta que me tope con un pequeño lugar color durazno con grandes ventanales desde donde se podía ver que había muchos tipos de bolsas para mujer, yo sabía que Elody aún no sentía ningún tipo de atracción por cosas como esas, ella aún era de peluches, pero vaya mi sorpresa cuando la vi salir a toda prisa del lugar, con una sonrisa reluciente en los labios.

— ¡¡Tío!! — gritó antes de lanzarse a mis brazos para qué la cargará.

— ¿Dónde estabas? Todos estábamos como locos buscándote — Pregunté preocupado.

— Los siento — Susurro ella haciendo esa expresión a la que nadie se podía resistir.

— Está bien, eso de regañarte se lo dejaré a tu mamá — Mencioné intentando no decir más ya la había encontrado y estaba bien — Por cierto, Elody, tienes siete años y tu tío treinta, ya no puedo cargarte así cielo — Dije haciendo una mueca de dolor, claramente fingida, pero por obvias razones ella no creyó

— Pero soy tu única sobrina y no tienes hijos, si no me cargas a mí, entonces a ¿quién? — preguntó con “inocencia”, sabiendo que tenía toda la razón.

— Bueno, ya, demasiada plática, tu madre debe estar preocupada — aseguré siguiendo el camino hasta el lugar donde se había quedado esperando Emily a petición de nosotros.

— Sí, pero no estará muy enojada cuando le diga con quien platique — Dijo la chiquilla cubriéndose la boca en donde otra risa brotaba.

— ¿Y se puede saber quién es esa persona?—pregunté intrigado por nadie, mejor que yo sabía que no había nada que calmara el humor de su madre enojada.

— No — Vociferó — Prometí que se lo diría solo a ella — Volvió a decir emocionada.

Yo solo negué con la cabeza porque sabía que por más excusas que ella quisiese poner Emily estaría muy enfadada por lo sucedido, aunque sería entretenido ver como madre e hija peleaban.

No me había equivocado, cuando ella nos vio acercarnos casi corrió mostrando una expresión de llanto y enfado, era inevitable, ella estaría en problemas.

— ¿Dónde estabas? ¿Por qué te separaste de tu padre? ¿Estás bien? — Decía en tanto la inspeccionaba de pies a cabeza.

— Es que no pude evitar alejarme — Respondió Elody.

— ¿Por qué? — Cuestiono Emily.

— Te lo diré, pero es un secreto —mencionó mi sobrina bajando un poco la voz —. Esa actriz que tanto te gusta ver en la televisión, la vi entrar a una tienda. — Todo lo había dicho en un susurro, tan bajo que a penas, y había entendido lo que decía.

— Eso no puede ser posible, seguro te confundiste cariño — Aseguró Emily.

— No, era Avery, tu actriz favorita

Sentí como una helada corriente atravesaba todos mis huesos, trayendo hasta mi mente lejanos recuerdos que obviamente no quise asociar a ese nombre, seguro en América debía ser muy común, pero mi idea de que solo fuera una coincidencia se fue por el caño cuando Emily me miró dejando en claro que si era de “Avery” quien mi sobrina hablaba.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.